
Solo el estadounidense Bjorn Seguin se interpone hoy en el camino de Osleni Guerrero a la final del XV Torneo Giraldilla de Bádminton. Y sabe en su fuero interno que, desde cualquier noción estadística, lo tiene crudo.
Nunca ha podido ganarle en ninguno de los tres enfrentamientos que han sostenido, y solo en el primero consiguió arrancarle un set al cubano, que desde entonces lo ha vencido cada vez con menos trabajo.
Ubicado ahora mismo en el lugar 58 del ranking (con 25 850 puntos), el capitalino solo transmite señales positivas, tras derribar este viernes al quisqueyano Alberto Raposo (21-7 y 21-14) en la segunda ronda y al peruano Andrés Corpancho (21-9 y 21-17) en cuartos. Y su sed de triunfo se advierte intacta.
De hecho, si supera a Seguin, Osleni no solo estaría discutiendo mañana, por quinto año seguido, el título individual masculino del Giraldilla, sino que arribaría a su octava final consecutiva desde que el pasado mes de agosto se coronó en el II Torneo Internacional de Venezuela, en pos de su vigésimo tercer éxito en línea.
La otra semifinal, por demás, dejó planteado el pulso entre el checo Jan Fröhlich y el guatemalteco Kevin Cordón, al que antes le tocó en suerte tener que enterrar en el camino las aspiraciones de varios compatriotas suyos, venciendo primero a Rodolfo Ramírez (18-21, 21-18 y 21-18) y luego a Aníbal Marroquín (21-11 y 21-12).
Así que solo queda ver ante quién defendería su cetro el cubano: si frente al europeo que busca la revancha por la final del año pasado o el habilidoso zurdo campeón de Guadalajara 2011 que vuelve a competir once meses después, ávido por recuperar el terreno perdido que le cobró una grave lesión de rodilla.
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