Tirándole pretende ser un espacio que cada viernes será construido a partir de las ideas, criterios o simplemente comentarios, de todo aquel que ame al béisbol, lo defienda y no lo prive de la sabiduría popular, ese tesoro inagotable de conocimientos y cultura, pues la pelota nos corre por la sangre, como la caña, el tabaco, o el son.
La afición, peloteros, árbitros, entrenadores, directivos, y claro está nosotros, los periodistas, participaremos en este swing grande por la calidad de la pelota.
Hoy, aun cuando ya tenemos de vuelta a nuestro campeonato nacional, no quisiéramos dejar en el tintero algunos de los criterios, por demás muy interesantes, que nos hicieron llegar a partir del artículo "Soportemos la oruga para ver la mariposa", a propósito de la actuación cubana en la pasada Serie del Caribe, publicado el pasado martes 4 de febrero.
Como ya ha pasado el tiempo, recordemos que en aquel material periodístico, además de pasar por algunas de las deficiencias en el campo de juego en el Estadio Nueva Es-parta, en Margarita, basamos los argumentos de que la expresión en la competencia, cualquiera que sea esta, es el reflejo de la calidad de nuestros torneos.
Muchos concordaron, otros no y hubo quienes combinaron algunos de los supuestos del artículo con los suyos; en fin que nos llegó un vasto caudal de conocimientos, que no solo manifiesta la cultura deportiva y beisbolera de la nación, sino que además dieron la idea de crear este espacio ciudadano, que sabemos será insuficiente para tanto acervo.
Joel Mena defiende la actual estructura de la Serie Nacional (SN), la que jugamos ya hace dos temporadas, y basa su razonamiento en la representatividad. Sin embargo, cree que para asistir a la Serie del Caribe (SC) sería insuficiente acudir con el campeón, dada la calidad que encontramos.
Propone Mena que una vez terminada la SN se conformen cuatro equipos, con 30 jugadores cada uno y desarrollar un torneo que él llama Elite, el cual se jugaría en la casa del campeón de la SN, y el ganador representaría al país en la lid caribeña de campeones. Tiene la ventaja de que sería una gran preselección nacional, compitiendo por hacer el grado, lo cual motivaría un buen espectáculo a la afición y no degrada la Serie Nacional, pues los 120 peloteros han de salir de lo que él considera debe mantenerse: la actual estructura. Desventaja: ¿en qué mes ubicamos la nueva propuesta, si queremos asistir con un equipo acabado de coronar, es decir, en una forma deportiva mucho más adecuada a la que exhibió ahora Villa Clara a mitad de la temporada de casa?
Orlando Hernández, sin sugerir un método, sí considera que por la actual estructura, el campeón haría una representación del país a más de ocho meses de coronarse, sin ningún incentivo cercano, se lo ganó entonces y ya. Es del criterio que si queremos avanzar e insertarnos en el béisbol mundial, debemos hacer coincidir nuestros calendarios con la posibilidad de intervenir en esas lides con una mejor preparación.
Sugerente opinión, pues ¿se han puesto a pensar si Cienfuegos o Sancti Spíritus, grandes animadores de la 52 SN y por demás favoritos de entonces, hubieran ganado aquella justa? ¿Íbamos a ir a Margarita con los lugares 13 y 16 de la actual campaña?
Ya dijimos que un espacio como este es insuficiente, por eso vamos con esta última sugerencia, la de Gilberto Ponce.
Como Mena, le suma a la Serie Nacional, otro calendario, pero le llama Liga Cubana de Béisbol (LCB), con seis equipos: OCCIDENTALES, que bajo el color verde agruparía a peloteros de Pinar del Río, Artemisa y Matanzas; LEONES DE LA HABANA, color azul, con Industriales, Mayabeque e Isla de la Juventud; LEOPARDOS DEL CENTRO, vestidos de naranja y nutriéndose de Cienfuegos, Villa Clara y Sancti Spíritus, TOROS DEL CAMAGÜEY, con franelas marrón y jugadores de Ciego de Ávila, Camagüey y Las Tunas; MINEROS, de rojo y aportándole Holguín y Granma, y SERRANOS, tonalidad negra, y el concurso de Santiago de Cuba y Guantánamo. Ponce incluye que quienes jueguen en esta lid reciban una mayor remuneración a la ya anunciada de la SN.
Sugiere, además, que se transmitan por tv todos los partidos, pues serían solo tres, que se mejoren las condiciones de los estadios cabeceras de esas regiones, con pantallas digitales y nuevas pizarras para llevar el juego. Su idea es de 180 encuentros, a seis vueltas, con cuatro clasificados en esquema cruzado para buscar los finalistas, siempre en serie playoff de siete a ganar cuatro.
Autorizar la contratación de jugadores que juegan en el exterior, incluyendo los cubanos que salieron del país, quienes pudieran intervenir en la LCB, es otra de las aristas de su sugerencia.

Habría que buscarle una ubicación en el año como a la propuesta de Mena, la correlación de fuerza del sexteto de concursantes habría que analizarla, pues Holguín-Granma, parecen muy débiles, y sobre lo último, no estaría en las manos de las autoridades cubanas tal decisión. Aquellos peloteros, no se mandan ni obedecen a sus deseos. Son propiedad de los dueños de sus equipos. Además, hay una ley, la del bloqueo que no les permitiría una relación contractual con su país, con su béisbol, aun sin jugar en Estados Unidos. No olvidemos que por esa misma normativa solo somos invitados a la Serie del Caribe y no miembro pleno de una institución de nuestra región, en la cual vivimos y en la que jugamos un buen béisbol pese a lo ocurrido en Margarita.
Y como dijimos que este también es un espacio para periodistas, les adelanto una idea nuestra para el próximo viernes. Un avance: modificar el sistema competitivo, no solo la Serie o campeonato nacional, que permita concentrar la calidad y propicie asistir con un criterio de selección a la Serie del Caribe. ¿Cómo? Espere el próximo swing.
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