Dejar pasar a un jugador en el momento de escoger, o cualquier otra decisión controversial, puede incidir de forma negativa en las escuadras y su desempeño, así como una selección atinada que cubra todas las deficiencias del elenco favorece el alza de la nave.
En las fechas iniciales de la presente etapa hemos visto las dos variantes: elencos que no fortalecieron como se esperaba sus áreas más débiles y otros que dejaron prácticamente sin fisuras su entramado. En el primer grupo incluiríamos a Santiago de Cuba, cuya poderosa tanda parece no garantizarle, al menos de momento, un paso victorioso dada la fragilidad de su pitcheo.
Los indómitos ya han permitido 31 anotaciones y cuentan por derrota sus cinco salidas, la última de ellas frente a Matanzas, estos últimos afianzados en la cima del torneo con tres éxitos en la actual fase, dos de ellos a las manos de sus refuerzos: el granmense Lázaro Blanco y el tunero Yoelkis Cruz.
Para más desacierto, según la Dirección Nacional de Béisbol, el espirituano Yunier Mendoza, seleccionado por el manager santiaguero Luis Danilo Larduet en la última ronda de los refuerzos, salió del plantel oriental por lesión, y en su lugar entrará otro jugador de cuadro, el mayabequense Michael González, muestra evidente de que la dirección de las Avispas considera que no necesita mejores serpentineros.

La cara opuesta de la moneda es Pinar del Río, a mi juicio el equipo que mejor se fortificó el pasado 9 de enero. Los pupilos de Alfonso Urquiola están igualados en la cúspide con los Cocodrilos y permanecen invictos, merced del gran trabajo de su staff de lanzadores, tanto abridores como relevistas, además del aporte de Roel Santos y Giorvis Duvergel, dos zurdos que desde lo alto de la alineación han castigado a los rivales.
Las palmas también para Holguín y Artemisa, que han animado estos compases iniciales con un juego dinámico y alegre, sacando los colores a elencos muy fuertes. Los Sabuesos han ganado tres encuentros por una carrera y los Cazadores tienen otra cara en cuestiones ofensivas, razón suficiente para tenerlos muy en cuenta en los desafíos venideros.
De manera general, no podemos decir que se haya alcanzado el nivel al que aspiramos, de hecho, todavía la Serie anda con múltiples deudas de carácter técnico-táctico que restan brillo al espectáculo. Son frecuentes los malos corridos de bases, la desconcentración, las fallas arbitrales, quienes padecen de mucha irregularidad en los conteos, además de la crisis defensiva, talón de Aquiles indiscutible del certamen.
En la primera ronda se fildeó para 973, muy por debajo de los estándares globales, y tras los resultados de este domingo ya suman 42 errores, a razón de más de dos por encuentro, cifra inadmisible para un campeonato de primera categoría.


                        
                        
                        
                    














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