El notariado cubano ha sido siempre destinatario de un amplio espectro de atribuciones, a diferencia de lo que ocurre en otros contextos internacionales en los que pugna con el poder judicial, y con otros ámbitos de competencia administrativa.
En entrevista concedida a Granma, la doctora Yanet Alfaro Guillén, presidenta de la Sociedad del Notariado Cubano, significó que son muchas las actuaciones que las personas naturales y jurídicas pueden hacer en ejercicio de sus derechos o en cumplimiento de su estatuto ante notario público.
Comentó que, en el país, esta expansión se produce con la Ley 50 de las Notarías Estatales –vigente desde 1984–, considerado como el momento de mayor expresión de la desjudicialización con destino notarial en Cuba.
«En otros momentos, lo que se ha producido es una atribución directa de facultades al notario; es decir, se han reconocido determinadas cuestiones que van marcando la evolución en los ordenamientos sustantivos atribuidas o designadas al notario como funcionario de primer orden», acotó.
Esto representa que no son relegadas del poder judicial, como ocurre con la declaratoria de heredero o la perpetua memoria, sino que son, desde el primer momento, colocadas en el estatuto notarial.
Todos estos aspectos, afirmó, refuerzan la idea de que el notariado cubano ha contado siempre con la confianza de las máximas autoridades del país en lo relacionado con la actuación de las personas.
UNA JORNADA DE CONFRATERNIZACIÓN
Confraternizar en el orden académico e intercambiar las prácticas y rigores determinantes en el ejercicio de la función notarial en el país es uno de los objetivos que persigue la xiv Jornada Internacional del Notariado Cubano, un evento que sesiona desde el 26 hasta el 28 de junio en el Palacio de Convenciones de La Habana.
Los temas que centralizan la atención científica del evento, precisó la Presidenta de la Sociedad del Notariado Cubano, presentan una marcada importancia tanto por la incidencia que tienen en el ejercicio de la función o del rol del notario, como por la complejidad que cada uno de ellos reviste.
Todos, agregó, son temas en formación y composición que requieren no solo el ejercicio práctico que cada día realizan los notarios en Cuba, sino también la construcción teórica y de conceptos necesarios para cada uno de los ejes temáticos del evento.
Al respecto, Pedro Luis Landestoy Méndez, secretario de la Sociedad y presidente del capítulo de La Habana, significó que los tres ejes son producto de los nuevos retos de las reformas que se han dado en el derecho en Cuba.
El primero se centra en las nuevas competencias notariales no solo en la Isla, sino comparado a nivel internacional pues es un objetivo que el notario tenga cada vez más funciones.
La fundamental –dijo– es una función de investir a todos los actos jurídicos que realiza de fe pública y, a su vez, es un profesional altamente especializado en derecho privado con lo cual tiene una fuerte función asesora y de configuración de los negocios privados.
Remarcó que, en ese sentido, se ve también su función de prevención de conflictos, buscando pasar a la sede notarial más competencias y asuntos que históricamente son tratados ante la judicatura, y cuya esencia fundamental es litigiosa, por lo que se habla de la desjudicialización.
Landestoy Méndez resaltó que el segundo de los ejes temáticos es la comparecencia asistida, nacido de la gran reforma realizada por el Código de las Familias.
En este sentido, destacó el cambio de paradigma relacionado con el ejercicio de la capacidad jurídica por parte de las personas.
Con anterioridad, apuntó, podían ser incapacitadas y se les nombraba un tutor que los representara o tomara decisiones por ellos; pero el nuevo paradigma considera la capacidad jurídica como un derecho humano.
«Eso fue un reto en la función del notario. Pero hoy día la pregunta es cómo se instrumenta la comparecencia de la figura de asistencia, y en pos del diseño e instrumento notarial donde se cumplan los derechos de las personas con discapacidad, se tutele y garantice su ejercicio pleno jurídico con la asistencia de su figura de apoyo, va el segundo eje temático», comentó.
Apuntó que el tercero es sobre las competencias notariales en materia mercantil, pues con la reestructuración del modelo económico cubano, la presencia de las micro, pequeñas y medianas empresas, que adoptan la forma de sociedad de responsabilidad limitada y de sociedades mercantiles, abrieron un amplio diapasón a la actuación notarial.
Explicó que en estos procesos el notario participa en su constitución y en los actos que acontecen durante la vida de estas sociedades y, finalmente, en su disolución, liquidación y extinción.
Destacó que el notariado cubano, que tantas décadas ha tenido ajena a su competencia fundamental la materia mercantil, empieza a prepararse para dar respuestas certeras, diseñar instrumentos garantistas, y prever vías de solución a las múltiples vicisitudes que puedan tener estas sociedades en su interés existencial.
SOCIEDAD DEL NOTARIADO CUBANO
La Sociedad, agregó su Presidenta, es un acápite de la Unión Nacional de Juristas de Cuba, creada por acuerdo de su junta directiva en 1995, y agrupa a todos los profesionales que ejercen la función notarial a lo largo y ancho del país.
Resaltó que se estructura en capítulos coincidentes con las provincias, las que trabajan en coordinación directa con la directiva de la Sociedad y con las direcciones provinciales de Justicia, «porque el Ministerio de Justicia (Minjus) es el organismo rector del ejercicio de la función notarial».
Alfaro Guillén explicó que los notarios son designados o removidos por el Ministro de Justicia y por los directores provinciales; y el ejercicio de la función está regido por pronunciamientos que emite el Ministro o que delega en la Dirección General de Notarías y Registros Públicos del Minjus.
Por otra parte, Landestoy Méndez explicó que uno de los objetivos de la Sociedad es promover y fomentar las investigaciones y el desarrollo de las ciencias jurídicas.
«Es muy común ver al derecho como un ejercicio práctico o una función, incluso, burocrática; pero lo esencial para la Sociedad es defender que el derecho también es una ciencia y, como tal, debe tener un desarrollo de investigaciones, metodologías y objetivos para dar respuesta a los nuevos problemas científicos que acaecen en el ejercicio de la función», resaltó.
Es por ello que la Sociedad del Notariado Cubano defiende, al igual que otras, el estudio y la investigación científica de las temáticas atenientes a esa esfera o función del derecho y, como sus fines son científicos y académicos, tienen un objetivo de formación y capacitación profesional que tributa a la calificación del notario.
Las capacitaciones, comentó Alfaro Guillén, son coordinadas por la directiva y por cada uno de los capítulos que la integran con cursos programados sobre temáticas que no deben faltar en los planes de formación, en correspondencia con las necesidades de los capítulos.
Agregó que los territorios también promueven y están en su libre determinación de organizar los ciclos de conferencias, posgrados y preparaciones a través de la invitación de profesores o notarios destacados que llevan el liderazgo en determinados temas.
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