ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Las motos estuvieron involucradas en el 10 por ciento de los accidentes de tránsito ocurridos durante el 2008, los que alcanzaron la cifra de 10 665, la más alta del último lustro. Fueron, además, las causantes del 13,3 por ciento de las víctimas mortales y los lesionados.

En contrapartida, con relación al año precedente, disminuyó en 29 el número de motoristas fallecidos: muestra evidente de lo eficaz que resulta el uso correcto del casco de protección.

Científicamente está demostrado que este accesorio es el principal elemento de seguridad pasiva del que disponen los usuarios de motocicletas y ciclomotores. Ayuda a prevenir la muerte de estos y reduce la probabilidad de sufrir lesiones craneales, espinales, encefálicas, fracturas y luxaciones cervicales, entre otras. Ante todo protege la cabeza, la parte más vulnerable del cuerpo humano.

De ahí que la Dirección Nacional de Tránsito insista en la necesidad de que quienes conduzcan motos y ciclomotores -ya sean de combustión interna o eléctrica, de cualquier cubicaje-, tanto de propiedad estatal como personal, cumplan lo dispuesto en el artículo 81.1 del Código de Vialidad y Tránsito: "El conductor y los pasajeros deben usar casco protector o de seguridad debidamente abrochado".

Quienes incumplan esta disposición, pueden ser notificados por los miembros de la Policía Nacional Revolucionaria con una multa ubicada en el tercer grupo, debido a la peligrosidad de la indisciplina. Esta alcanza una cuantía de 10 CUP o CUC, según corresponda, y suma seis puntos al expediente del chofer.

Tal medida, dirigida a preservar la salud y calidad de vida de nuestra población, y particularmente la seguridad de conductores y pasajeros de dichos vehículos, se puso en práctica a partir del 1ro. de noviembre del 2007.

El Ministerio de Comercio Interior inició entonces la venta de cascos de protección en las unidades del Mercado de Artículos Industriales del país, en moneda nacional, a precios que fluctúan entre 150 y 200 pesos, según el modelo.

Los especialistas aseguran que para lograr una buena protección el casco debe cubrir completamente la cabeza, incluida la mandíbula; estar bien ajustado y debidamente abrochado. La visera debe ser apropiada para proteger los ojos.

Además, debe estar homologado o certificado, es decir, validados los elementos que garanticen su eficacia. Es por ello imprescindible que los cascos que se comercializan en nuestras tiendas, independientemente de su precio, sean realmente los idóneos.

En opinión de la teniente coronel Georgina Gavilán, jefa del Departamento Especializado de la Dirección Nacional de Tránsito, la primera etapa del proceso, dirigida a que los conductores ganaran conciencia de la necesidad de protegerse, "se ha ido venciendo; lo percibimos en nuestro trabajo diario".

Aun así, subrayó, continúan reportándose casos -aunque esporádicos- de motoristas que portan cascos improvisados (de construcción, de ciclistas), impropios para el objetivo que deben cumplir; de otros que llevan los adecuados pero sin abrochar, y de pasajeros que no los usan. Con tal actitud ponen en juego su seguridad e integridad física.

Recordó que los organismos están obligados a garantizar estos accesorios a los conductores de motos y ciclomotores estatales.

"El casco no evita el accidente, pero amortigua los resultados", concluyó la especialista.

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