Cada año por esta fecha miles de jóvenes recién egresados de las enseñanzas superior y técnica profesional, comienzan a dar sus primeros pasos en la vida laboral.
Sus inquietudes rondan entonces alrededor de tres temas: el servicio social, el adiestramiento laboral y la atención y preparación que recibirán de las administraciones de los centros de trabajo donde han sido ubicados.
En Cuba, a diferencia de otros países, afirma Mario Miranda Márquez, director de Formación y Desarrollo del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), el Estado garantiza a cada graduado una ubicación laboral o la continuidad de estudios, lo cual forma parte de nuestra política de empleo.
Posteriormente, agrega, le brinda una atención especial a la integración de estos jóvenes al colectivo de trabajo, teniendo en cuenta que esta constituye una etapa importante de sus vidas, pero en este sentido subsisten insatisfacciones en no pocas entidades laborales.
En opinión del funcionario, a pesar de existir legislaciones que trazan los lineamientos a seguir en relación con estas temáticas, aún se dan casos de jóvenes que no se presentan o abandonan sus ubicaciones laborales y de recién graduados sin tutores asignados ni plan de entrenamiento.
Tales problemas, subraya, requieren de un fuerte trabajo por parte de los organismos y las entidades laborales hasta lograr solucionarlos. Estos deben garantizar la orientación necesaria de los nuevos técnicos y profesionales, responsables de dar continuidad al desarrollo económico y social del país.
EL SERVICIO SOCIAL ES UN DEBER, NO UNA OPCIÓN
El servicio social, explica Miranda, consiste en el deber elemental que tienen quienes alcanzan los conocimientos en los niveles de educación superior y técnica profesional, de poner estos al servicio de la sociedad que contribuyó a su formación, y hacerlo de acuerdo con los planes y prioridades de desarrollo que tenga el país.
Precisa el funcionario que el servicio social se presta en el lugar al que es asignado el egresado, quien solo puede estar en el centro de trabajo donde conste en el expediente laboral su boleta de asignación, emitida por el MTSS. A partir de este año, ese documento que permite al recién graduado establecer el vínculo laboral, viene foliado y elaborado en papel de seguridad.
En ocasiones, dice Miranda, acuden los padres u otros familiares del joven y piden que este sea ubicado en la entidad laboral deseada por ellos, y no donde son más útiles y necesarios.
En relación con este punto, el funcionario subraya el importante papel de la familia en lograr que el recién graduado asuma el servicio social como la continuidad de su preparación profesional y como un paso esencial en su formación como trabajador y en el cumplimiento de su deber con la sociedad.
Solo se realizarán cambios de la ubicación dada en casos excepcionales, siempre a solicitud del organismo al cual pertenece la entidad laboral a la que se le envía el graduado.
Es importante recordar, subraya, la justeza de exigir el cumplimiento del deber social. A quienes se nieguen a ello, sin causas debidamente justificadas, les serán inhabilitados sus títulos por el plazo que establece la Ley.
Durante la prestación del servicio social los graduados tendrán todos los derechos y deberes correspondientes a su condición de trabajadores; entre ellos: vacaciones, medios de protección, sistema de estimulación en correspondencia con sus ingresos y cumplimiento de la disciplina laboral.
Dentro de este periodo se lleva a cabo el adiestramiento laboral, pero no obligatoriamente tiene la misma duración. Sobre este tema, y acerca de la responsabilidad de las administraciones en la atención y preparación de los recién egresados, hablaremos en la próxima sección.
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Alegnet dijo:
1
17 de octubre de 2019
14:31:03
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