Hace pocas semanas culminó la Conferencia de la onu sobre el Cambio Climático, cop28. Quizá su resultado más destacado fue la aprobación de una reducción del uso de los combustibles fósiles. Eso significa acelerar la transición a las fuentes renovables de energía. El uso de internet es creciente y se soporta en grandes centros de datos, que crecen en cantidad y potencia año tras año. Estas instalaciones son voraces consumidoras de energía.
Los términos green computing, green it o traducido al español como tecnologías verdes –yo prefiero decir, computación verde– se refiere al uso eficiente de los recursos computacionales tratando de minimizar su impacto ambiental, maximizando su viabilidad económica y asegurando su uso social. Ese concepto promociona el desarrollo de productos informáticos ecológicos y promueve el reciclaje de los dispositivos.
Es evidente la importancia de reducir el consumo de energía. Eso puede comenzar por la simple acción de apagar un equipo que no se está utilizando. Así, se puede disminuir en cerca del 50 % el consumo energético por cada cien servidores. Se plantea que, como promedio, las entidades que introducen administración automatizada de energía reducen en un 20 % su consumo energético.
Usted, que me lee, también puede hacer algo en ese sentido: apague su computadora o póngala en modo de hibernación cuando no la esté usando, y desconéctela de la corriente cuando sepa que pasará tiempo sin utilizarla.
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