Hoy prácticamente todos los equipos y las personas generan datos digitales, su obtención y procesamiento es vital para la toma de decisiones, pero ¿cómo lidiar con esos gigantescos volúmenes de datos? Una solución son las tecnologías conocidas como Big Data, fronteras de la innovación en el campo de la informática.
Big Data es un conjunto de datos muy grande que se actualiza demasiado rápido y no encaja en las estructuras de procesamiento convencionales de datos; existen enormes desafíos en la gestión de la información porque las tecnologías tradicionales no lo pueden administrar y los ejecutivos necesitan más y mejor información para tomar decisiones.
Las dimensiones de Big Data se denominan con las tres v:
Volumen: cantidad de datos que se mide en Terabytes o Petabytes de información.
Velocidad: el dato debe responder de manera instantánea a las necesidades de información.
Variedad: los datos vienen en distintos soportes (audio, video, datos obtenidos por sensores, registros de llamadas telefónicas, mapas, imágenes, posts en redes sociales).
Información es la suma de los datos que se tienen, y conocimiento consiste en extraer lo valioso de esa información. Grandes volúmenes de datos son inútiles si no se pueden obtener conclusiones de ellos. La información tiene poco valor si no se transforma en conocimiento y este permite tomar decisiones razonadas y actuar en consecuencia.
En el caso cubano, dos campos en los que Big Data porta todo su potencial son los relacionados con las ciencias de la vida: proteómica y desarrollo de nuevos medicamentos, y el de las ciencias cognitivas, campos estos en los que el país ostenta una posición reconocida a nivel internacional.
Se estima que la cantidad de neuronas en el cerebro humano es de 86 x 109, pero cada una de ellas se relaciona con muchísimas otras, súmele a eso que algunas áreas del cerebro se especializan en determinadas funciones. ¿Cómo lograr simular y entender el funcionamiento de este sistema que genera una inmensa cantidad de datos? Big Data es un camino.
El diseño de una molécula con determinadas propiedades curativas conlleva un minucioso y largo proceso de «prueba y error», ya que se debe probar cada paso del proceso; sin embargo, si se tienen digitalizadas las propiedades de cada molécula y sus componentes por una parte y por otra las especificidades de la célula que debe servir como diana, un equipo de cómputo con determinada potencia y las técnicas de
Big Data, lograrán ahorrar mucho tiempo y en ocasiones brindar soluciones que por los métodos convencionales serían casi imposibles.
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