ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Portada del libro

No mates a Mayakovski leo en la portada de un libro que huele a tinta recién plasmada. En la librería no solo este título ha llamado mi atención, pero la cara roja del poeta, estampada en la carátula, nos mira como quien mucho tiene que advertirnos.

Seducida por el enunciado, busco la reseña. Se trata de «17 relatos notables donde vuelven a manifestarse la consistencia del arte narrativo» y «el poder de la imaginación de su autor», el del escritor Alberto Marrero, cuya prosa será para esta lectora un estreno, si bien guarda con celo algunos de sus poemarios.

No mates a Mayakovski, releo, y no puedo menos que rememorar aquellos versos futuristas del cantor de la ideología bolchevique, escalonados y tremendos, dedicados al pasaporte soviético, el que «el señor funcionario» toma «como si tomara una navaja afilada», «el de la hoz y el martillo», el que lo enorgullece, tal como se expresa en la célebre pieza, donde denuncia los prejuicios con que desde entonces era ya vista la Revolución Socialista de Octubre. 

Acordado el «encuentro» con las letras, tomo en la noche el libro a sabiendas de que sus cien páginas abrirán por No mates… el octavo de los cuentos. Aunque no es la primera vez que Mayakovski (Bagdadi, 1893 –Moscú, 1930) es recreado en la literatura en calidad de personaje, resultará curioso conocer la «nueva» trama que de esta forma empieza:

«La noche anterior Verónica Polonskaya se negó a subir al apartamento del poeta, porque el espíritu, la sombra de Lilia Brik interfería sin cesar entre ellos, alegó ella con gesto de ira. ¿Acaso el poeta planeó despedirse de Verónica con un coito final que le granjeara un poco de indulgencia y, a lo mejor, su perdón? Quizás fue en ese intervalo cuando escribió la carta que más tarde recorrería el mundo».

Un grupo de vivencias experimentadas por el bardo soviético serán tejidas con maestría en esta breve y excitante historia en la que estarán irreductiblemente figuras y episodios esenciales en su existencia. Verónica, Lilia, una crítica descarnada que publicara el periódico Pravda sobre su obra Los baños… son apenas algunos de los ramalazos que punzarán los demonios internos del bardo, en un argumento donde aparece, fumando «su pipa georgiana» Stalin, un personaje de factura convincente que ha recibido, «de acuerdo a un rumor muy difundido con posterioridad», una nota firmada por Trotski con una conmovedora advertencia...

Mientras se desenreda el ovillo, el lector agradece el conocimiento dormido o ignorado que llega desde la ficción, el cual, a la par del disfrute, nos pone al tanto de sucesos reales que bien podrá conducirnos a otras lecturas, ya sean la de la propia obra mayakovskiana o la de esas encrucijadas que conforman la Historia que se escribe con mayúsculas.

Sin delatar desenlaces, otros fragmentos del texto en cuestión podrían seducir al lector, pero el libro, recordémoslo, no es solo este cuento. Justo es citar en estas líneas narraciones como El cristal de la vida; La mansedumbre de los elefantes; ¿Qué quiere la gente?; Bonsáis, Cucarachas donde la carcajada, pero también el bombillo rojo para mirarnos hacia adentro, nos aportan beneplácito tras la cavilación atinada.

La lectura de No mates… (Ediciones Loynaz) ofrece garantías. Hablo de ir, tras el gozo de esta entrega, a buscar más de lo bueno, lo que esperamos hallar en la novela Agua de paraíso, con la que Marrero mereció recientemente el Premio Carpentier y cuya publicación por Letras Cubanas será un hecho próximamente.

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Marcelo ElProfe dijo:

1

28 de agosto de 2019

08:13:31


Gracias Madeleine, por traerme de regreso al poeta. Uno de mis ídolos literario dentro de la profusa literatura rusa por la que transité con los ojos bien abiertos de la mano de mi profesora rusa de literatura que me enamoró del pasaporte soviético, Izquierda, sobre los reunidos, Compañero Nette, Lenin y otras obras del poeta que lei en su lengua original con la ayuda de la profesora que me desentrañaba muchos giros lingüisticos a la vez que me enamoró para toda la vida de Yesenin, Lermontov, Chejov, y tantos otros. Gracias por devolverme este pedacito extraviado de mi juventud. Ya salgo a buscar mi Mayakovsky antes de que lo maten.

Eduardo Raúl BURATTINI dijo:

2

31 de agosto de 2019

20:37:15


Excelente artículo, impactante y que como lectores nos ha atrapado... muy buena pluma de crítica literaria. Ya lo hemos conseguido en Buenos Aires, con otra tapa, si bien mantiene el rostro del gran poeta. Nos llega a través de una editorial canadiense, por lo tanto, se ha convertido en un bien suntuario ya que al cambio y con el precio del dólar acá esta bastante "picante" pero la obra bien vale la pena. Gracias a Marrero por su pluma y a tí por estas valiosas críticas. Saludos desde ARGENTINA.