
Aunque el principal motivo de su visita a la Feria se debe a la presentación del libro que recoge la obra con que ganó la edición 2014 del Premio Internacional de cuento Julio Cortázar, al argentino Alejando Stilman no le alcanza el tiempo para todo lo que en esta fiesta quisiera ver. Fue mientras esperaba el comienzo de un panel que tocaría temas en torno a la novela y la sociedad, que Granma conversó con esteescritor que aún cuando no anda pendiente de los concursos ha sido distinguido también por la provincia de Córdoba, por el título Acá, allá, más allá, y por la Universidad Nacional Autónoma de México, por Extraños de ánimo.
El mundo es nuestro, título del cuento con que mereció el Cortázar, y por extensión, del libro que se presentaría más tarde en la sala Alejo Carpentier —que contempla, además, otros textos reconocidos en el certamen— trata, “de una diatriba contra el turismo, en su sentido más comercial y se convierte después en una historia que tiene cierto parentesco con lo cortazariano puesto que se sale de lo real y se produce entonces un viaje quien no es tal, en el mismo espacio físico”.
“Me siento muy privilegiado con este premio. Aunque no los persigo, algunos me imantan, y si este es generado por Cuba y además lleva el nombre de Cortázar hay un montón de cruces afectivos, históricos, políticos que hicieron que para mí la convocatoria fuera un poderosísimo imán”.
¿Cómo fue la recepción de este resultado?
“Mi felicidad excedió el simple hecho de haber ganado algo, tiene que ver con lo que implica la figura de Cortázar para la literatura universal y también desde el punto de vista de su compromiso con la política y de lo que significa Cuba en las luchas revolucionarias de América Latina, y el modo en que ha sostenido su estoica resistencia durante más de medio siglo frente a un bloqueo económico criminal.”
¿Qué impresiones se lleva a su país de nuestra Feria?
“Tal vez ustedes no alcancen a comprender la magnitud de su Feria, tan distinta a muchas otras del mundo. Primero por el disfrute que se manifiesta por parte de sus visitantes, que es lo que podemos definir como una multitud. Creo que con ese interés como producto cultural antes que comercial coincide el tema del libro como producto comercial. Los precios de los libros aquí son accesibles a la mayoría, si los comparas con los precios de los libros en cualquier Feria del Libro del mundo. En otras, ves que es un producto con valor de mercado y casi siempre están limitados para la gente”.
Impresionado por la cantidad de actividades que ocurren al unísono Stilman habló de organización y espontaneidad e insistió en la presencia del pueblo cubano en los espacios académicos del evento.
“La clave de este éxito me parece que está en considerar el libro con un valor cultural y no de mercado. Aquí no hay ninguna clase de maquillaje. Aquí se llaman las cosas por su nombre: aquí está el libro, aquí está el autor y aquí está la gente y todos charlan llamándole al pan pan y al vino vino”.
COMENTAR
Responder comentario