
Por fuerza mayor o no, no hubo antes de 1605 un golpe de fortuna mejor para la literatura que la aparición de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. El primer tomo de la historia creada por el escritor español Miguel de Cervantes vio la luz hace 410 años, mientras la segunda entrega fue publicada una década después, para cerrar una obra que no solo desmitificó la tradición caballeresca y cortesana, sino que inauguró la novela moderna.
Catalogado como una joya de la literatura hispanoamericana y universal, el volumen es uno de los proyectos literarios más complejos de la historia universal, al decir del catedrático español José María Reyes Cano, prestigioso cervantista, que llegó a esta 24 edición de la Feria del Libro para participar en el coloquio Andanzas Cervantinas en América Latina y el Caribe.
El evento, inaugurado ayer precisamente, en el Salón 250 de la Universidad de La Habana, con la conferencia magistral Don Quijote, las tres jornadas de Cervantes, del profesor español, rinde tributo al cuarto centenario de la publicación del tomo II y reúne a teóricos, investigadores, escritores y ensayistas cubanos y extranjeros para hablar del latinoamericanismo y el caribeñismo del Quijote, según hizo constar durante la apertura José Antonio Baujín, director de la Editorial UH.
Sobre el contexto histórico, la fina ironía de Cervantes y la plena conciencia que tenía el autor de que estaba creando un personaje demente —a causa de la propia literatura— y alejado de los cánones establecidos para la época, comenzó su discurso el orador, quien más adelante aseveró que el escritor “al convertir a Alonso Quijano en Quijote creó algo completamente nuevo en la literatura”.
En esta obra, Cervantes nos hace balancear en una dualidad que está basada en ese elemento primordial que es la locura de Quijano. Sin duda el género caballeresco ya estaba herido de muerte y con esa locura del Quijote el escritor comienza la destrucción de esa práctica literaria.
“Crea una nueva estructura narrativa, algo de lo que era consciente y que debió sumirlo en un profundo y denso proceso de reflexión”, indicó Reyes Cano.
En suma promulga una nueva escritura capaz de hacer fusionar categorías muy distintas y un proceso de fabulación sin distanciarse de su contexto.
Ya en la segunda parte hallamos una novela diferente donde los planos e imágenes van cambiando. Si bien en la primera parte transforma el modo de narrar, en la segunda se nos presenta como una novela moderna donde el autor —que inmortalizó la frase de inicio “En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme”— se siente libre de desarrollar lo quijotesco, apuntó el catedrático, que luego de finalizar la conferencia respondió inquietudes de los presentes.
El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha es uno de los libros más publicados y editados en la historia. Cuba ha realizado 23 ediciones, 22 de ellas después de 1959. En esta ocasión, la Feria Internacional del Libro trae nuevamente una reimpresión de la novela.
Sobre la trascendencia del volumen en nuestro continente y su relación con las artes, los catedráticos invitados al coloquio ofrecerán una panorámica hasta mañana miércoles 18 de febrero.
COMENTAR
pjmelián dijo:
1
17 de febrero de 2015
15:25:45
indagaciones sobre las rutas cervantinas. dijo:
2
17 de febrero de 2015
19:22:46
Responder comentario