Cuando mañana jueves 22 de octubre la obra Charenton, del Buendía, inaugure la 16 edición del Festival de Teatro de La Habana, en la sala Covarrubias, la capital entera volverá a ser, como hace dos años, la sede del teatro del mundo, intención que, más allá de cualquier chovinismo, reafirma la voluntad del comité organizador de hacer converger distintos modos de concebir el teatro, lo teatral y lo escénico en una sola ciudad y lograr así que cada propuesta artística nos reactive el pensamiento, la polémica, las pasiones y por qué no, hasta la creación.
Dedicado a los 30 años del grupo que precisamente descorrerá el telón en la noche inaugural, a los 90 del director británico Peter Brook, y al tan necesario —y no siempre reconocido— arte de la dirección escénica, este Festival aúna en su programación espectáculos de todos los continentes.
Hasta el 31 de octubre, con presentaciones extendidas al 1ro. de noviembre, agrupaciones provenientes de 22 países inundarán junto a la muestra nacional múltiples espacios, parques, plazas y teatros, no solo de la capital, pues esta edición llegará también a Pinar del Río, Artemisa, Mayabeque, Matanzas, Cienfuegos y Villa Clara.
A las propuestas escénicas se unirán la teoría, con coloquios, talleres y conferencias, exposiciones de carteles y fotografías; y el ciclo de cine De las tablas a la pantalla, en la sala Charlot del cine Chaplin. En esta misma sala, se exhibirá el viernes 23, en la mañana, el documental Tell me Lies, de Peter Brook, a cargo del realizador de cine y productor Simon Brook, hijo del afamado teatrista.
La cartelera es amplia, diversa y desde ya, sabemos que el tiempo no será suficiente para verlo todo. Entonces, si de recomendaciones se trata, aquí les dejamos algunas:
De la muestra internacional, sobresale, para adultos, el Ave María. La muerte se siente sola, del elenco danés Odin teatret, dirigido por ese genio que es Eugenio Barba; Writing in sand, de FUNDarte; Monólogos de la vagina, de Eve Ensler; Broadway Rox, de Nederlander Worldwide Entertaiment; y Crash, drumming in motion, de Mary Ellen Childs Company, todos de Estados Unidos.
Aparecen también la obra Vaal, del Teatro Académico V.F Komissarzhevskaya de San Petersburgo; La consagración de la primavera, de She She Pop (Alemania); Personas perfectas, de Os Satyros (Brasil); Las sirenas, de Sleepwalk Collective (España-Reino Unido); Glory box, de Finucane and Smith (Australia), espectáculo de cabaré, que estará en el Copa Room del hotel Riviera; y Ayer dejé de matarme gracias a ti, Heiner Müller, texto del dramaturgo cubano Rogelio Orizondo que tuvimos la oportunidad de ver hace unos años y que ahora llega asumido por el colectivo alemán Teatro de Konstanz.
En la selección nacional, pues la novedad es el work in progress de Carlos Díaz en Harry Potter: se acabó la magia; además del placer de poder revisitar puestas de tan alta factura como Café CCPC (The Cuban Coffee by Portazo´s Cooperative), del grupo matancero El Portazo; Triunfadela, de El Ciervo Encantado o Mecánica, de Argos teatro, rectorada por Carlos Celdrán, director artístico del Festival.
Para los más pequeños llegará nuevamente la obra Gris, del tunero Teatro Tuyo; Cuento de amor en un barrio barroco, de Teatro de las Estaciones; Aventura en Pueblo chiflado, de los Cuenteros; y La muchachita del mar, Teatro de Títeres Retablo.
La danza, por su parte, tendrá a su cargo el cierre de la cita teatral no competitiva. Cenicienta, del Ballet de Montecarlo del Principado de Mónaco, clausurará la 16 edición en la noche del día 31, en la sala Avellaneda del teatro Nacional de Cuba.
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