Porque –como una vez dijera el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz– Cuba jamás fallará en su solidaridad con la República Popular Democrática de Corea, y porque esa convicción es recíproca, ayer en la tarde tuvo lugar, en el Palacio de la Revolución, el acto por el aniversario 65 del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre la nación asiática y la Mayor de las Antillas.
El momento –que también celebró los 80 años de la fundación del Partido del Trabajo de Corea– contó con la presencia del Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez; así como con miembros del Buró Político, del Secretariado del Comité Central, y dirigentes del Partido, del Estado y del Gobierno.
Acompañaron la jornada, funcionarios de la Embajada de la República Popular Democrática de Corea, estudiantes de ese hermano país, y una representación del cuerpo diplomático acreditado en La Habana.
Gratitud fue el primer sentimiento compartido por Han Su Chol, embajador de la República Popular Democrática de Corea, quien reconoció a los compañeros cubanos que se esforzaron «para celebrar significativamente» el aniversario 65 del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países –nacidas el 29 de agosto de 1960–, así como el aniversario 80 de la fundación del Partido del Trabajo de Corea, que tuvo lugar el 10 de octubre de 1945.
Dijo que «la actual situación internacional, muy complicada, nos exige apreciar y desarrollar de manera constante la amistad y la solidaridad entre nuestros dos Partidos y naciones, establecidas y consolidadas por nuestros líderes antecesores, y las relaciones bilaterales, patrimonio común de ambos pueblos».
En el acto, el miembro del Buró Político y ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, afirmó que «estas conmemoraciones son una expresión de los sentimientos históricos de amistad, solidaridad, apoyo mutuo y cooperación que nos unen. Son el reflejo del camino transitado en el esfuerzo común de nuestras naciones por preservar la imprescindible memoria histórica y proyectar nuestras relaciones hacia el futuro».
Subrayó que «el Partido Comunista de Cuba se honra de la estrecha relación de apoyo recíproco, diálogo, intercambio y cooperación que mantiene con el Partido del Trabajo de Corea, con el que compartimos posiciones de principios y enfrentamos desafíos comunes, luchando siempre contra las aspiraciones imperialistas de dominio y hegemonía».
Hemos tenido el privilegio –aseguró– «de que nuestros procesos revolucionarios hayan tenido grandes líderes que supieron interpretar los momentos históricos y las aspiraciones de nuestros pueblos en proyectos socialistas de verdadera emancipación».
Rodríguez Parrilla expresó: «En 1960, la joven Revolución Cubana iniciaba el proceso de transformaciones del país en beneficio de los más humildes; y al mismo tiempo enfrentaba las agresiones del imperialismo yanqui. Mientras, la República Popular Democrática de Corea ya había superado las más difíciles pruebas, logrando derrotar las fuerzas intervencionistas de Estados Unidos.
«A pesar de que eran contextos geográficos e históricos diferentes, estábamos entonces, y continuamos ahora, hasta hoy y siempre, en el mismo frente y defendiendo los mismos principios e ideales antimperialistas y socialistas».
Afirmó que «el compañero Miguel Díaz-Canel Bermúdez ha realizado dos exitosas y extraordinarias visitas a la República Popular Democrática de Corea, como miembro del Buró Político y Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, una, y luego como Presidente de la República, en las que ha destacado el sentir común de nuestras naciones al enfrentar la hostilidad, el bloqueo y las sanciones del imperialismo; y ha ratificado el firme compromiso de nuestros pueblos de no ceder jamás ante las políticas injerencistas y de chantajes».
El Ministro fue enfático cuando señaló: «Expresamos nuestra firme solidaridad con la hermana República Popular Democrática de Corea y rechazamos las maniobras y ejercicios militares que realiza Estados Unidos en la península, que incrementan el clima de tensión y atentan contra los esfuerzos a favor de la paz y la estabilidad regional».
Aseguró que «tenemos plena confianza en que, bajo la conducción de nuestros Partidos, continuaremos fortaleciendo la historia y la tradición de hermandad y solidaridad que nos une, ampliaremos la colaboración en beneficio de nuestros pueblos, y profundizaremos, con la más firme determinación, nuestros indestructibles e invariables vínculos, teniendo como legado y guía enaltecedora el ejemplo de nuestros líderes históricos».















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