CRIMEN DE BARBADOS. Aniversario 30. |
Publicado el 4 de octubre de 2006
"Vamos a golpear a un avión cubano "
DEISY FRANCIS MEXIDOR
Francis_mexidor@granma.cip.cu
El 10 de mayo del 2005 fueron desclasificados por los Archivos de
Seguridad de la Universidad George Washington, en Washington D.C,
importantes documentos referidos, entre otros temas, a la carrera de
Luis Posada Carriles en la CIA desde los años sesenta del pasado
siglo y a la voladura de un avión civil cubano en Barbados, con 73
personas a bordo, el 6 de octubre de 1976.
En el aeropuerto
José Martí, unos meses antes del atentado, el DC-8 matrícula CUT
1201 de Cubana de Aviación, contra el cual se cometió el crimen el 6
de octubre de 1976.
Tal legajo sacó a la luz pública la evidencia irrefutable de la
participación directa de Posada Carriles y de Orlando Bosch en el
horrendo crimen que costó la vida a todos los pasajeros y la
tripulación de la aeronave, y además, demostró que el gobierno de
Estados Unidos sabía con antelación, mediante sus servicios
especiales, lo que se estaba fraguando en aquel entonces.
En uno de los textos, dirigido al Secretario de Estado
norteamericano de la época, Henry Kissinger, se incluía un
comprometedor comentario de Bosch durante una cena de recaudación, a
su llegada a Caracas, Venezuela, en septiembre de 1976, en el que
aseguraba: "Ahora que nuestra organización ha salido bien parada del
trabajo (asesinato) de Letelier, vamos a tratar de hacer algunas
otras cosas".
¿A qué "otras cosas" hacía alusión Bosch? Las dudas se disiparon
enseguida. Días antes del sabotaje, un informante de la Agencia
Central de Inteligencia (CIA) escuchó casualmente cuando Posada
Carriles se ufanaba de que "vamos a golpear a un avión cubano y
Orlando (Bosch) tiene los detalles".
A menos de cuatro meses del sabotaje, fue muy sintomática una
reunión celebrada en Bonao, República Dominicana, el 11 de junio de
1976, donde participó el entonces subdirector de la CIA, Vernon
Walters, en la que se decidió la formación de la Coordinación de
Organizaciones Revolucionarias Unidas (CORU), "una organización de
pantalla terrorista antiCastro integrada por cinco grupos
anticastristas", según reveló años más tarde un documento secreto
desclasificado.
El CORU, una diabólica criatura de muerte, fue dirigida desde sus
inicios por Orlando Bosch y resultó de la fusión de los grupos
terroristas Acción Cubana, el Movimiento Nacionalista Cubano, el
Frente Nacional de Liberación Cubano, la Asociación de Veteranos de
la Brigada 2506 de Bahía de Cochinos y el Movimiento 17 de Abril.
Hernán Ricardo
y Freddy Lugo, los autores materiales del horrendo crimen.
No tardó para entrar en acción. Hacia finales del propio mes de
junio del 76, la CIA comenzó a reportar que "un grupo del exilio,
encabezado por Bosch, planificaba poner una bomba en un vuelo de
Cubana de Aviación entre Panamá y La Habana". Sabían, igualmente,
por mediación de una fuente del FBI, que con anterioridad se había
tratado de volar otra aeronave, pero que la bomba no explotó.
Sin embargo, en una segunda intentona, en Jamaica, lograron
colocar los explosivos en una de las maletas, que estalló antes de
que fuese puesta dentro del aparato.
Para no pocos entendidos, lo de Barbados fue el resultado de un
crimen ensayado. Al consumarse los hechos, no es de extrañar que el
CORU se adjudicara la autoría de lo ocurrido, como parte de esas
"algunas otras cosas" que hicieron después del asesinato de Letelier
y que fueron anunciadas con antelación por Bosch en la cena de
Venezuela.
No obstante, despachos de prensa de la desaparecida agencia UPI
reseñaron inicialmente que fue una autodenominada organización
Cóndor la que planificó y ejecutó el sabotaje. El CORU, en 1976,
formaba parte de la estrategia del Operativo Cóndor que estaba en su
apogeo en América Latina. Orlando Bosch siempre mantuvo conexiones
con la DINA chilena y con todas las dictaduras y gobiernos de la
región. Lo del avión de Cubana indudablemente fue parte también de
ese gran Cóndor.
En los documentos desclasificados fueron develados parte de esos
vínculos. En uno del FBI se confirmaba el pacto entre el ex
presidente venezolano Carlos Andrés Pérez y el mencionado criminal.
"De acuerdo con (tachado) —señalaba el texto— el presidente
venezolano Carlos Andrés Pérez se dice que tiene simpatía por Bosch
y le ha permitido viajar libremente y solicitar fondos por todo el
país con el entendimiento de que Venezuela no fuese utilizada como
una base de operaciones o un lugar de refugio. Se reporta que Bosch
prometió no involucrarse en actividades terroristas mientras
estuviese en Venezuela y recibió un regalo de contribución de 500
dólares por parte de Pérez."
En consecuencia, los sicarios Freddy Lugo y Hernán Ricardo,
vinculados a un negocio de seguridad que Posada Carriles había
instalado en aquella nación, cometieron el crimen en Barbados.
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