NOTICIAS LUNES 17

Julia de Burgos entre dos islas

En el centenario de la notable poetisa puertorriqueña presentan hoy en la Cabaña su Obra Poética Completa, publicada por el Fondo Casa de las Américas

Pedro de la Hoz
pedro.hg@granma.cip.cu  

Una aureola de rebeldía acompaña la existencia de Julia de Burgos, poetisa puertorriqueña a la cual la Casa de las Américas rinde homenaje en el centenario de su nacimiento (Barrio Santa Cruz, Carolina, 7 de febrero de 1914). Con la publicación de su obra poética, en cuidada edición prologada por Juan Nicolás Padrón, los lectores cubanos podrán constatar cómo, más allá de la leyenda, la Burgos, consiguió legar a las letras de su país, y en general a las del ámbito hispanoamericano, una cosecha lírica de acentos sorprendentes y a la vez conmovedores, en más de una zona conectada a nuestra sensibilidad.

Julia de Burgos (1914-1953).

Sobre Julia gravita la sombra de la fatalidad, debido a la plena imposibilidad de su realización sentimental y a las trágicas circunstancias de su muerte. La persistencia de su reclamo amoroso hacia el dominicano Juan Isidro Jiménez Grullón —lo conoció en 1938 en Puerto Rico, vivieron una intensa relación hasta 1942 en tierra borinqueña, Estados Unidos y Cuba, y tras la ruptura, a pesar de haberse casado con un músico puertorriqueño, continúa obsesionada con el amante—, y el abandono a la enfermedad física y el desvarío en los últimos años de su existencia —fue hallada inconsciente y sin identificar en una calle de Nueva York el 4 de agosto de 1953 y falleció pocas horas después en el hospital público de Harlem— suelen sobrepasar la real dimensión de su legado literario.

Este fue rescatado íntegramente por el Instituto de Cultura Puertorriqueña en 1961 y sirvió de base para la edición cubana. En vida publicó Poema en veinte surcos (San Juan, 1938) y Canción de la verdad sencilla (San Juan, 1939) y póstumamente El mar y tú, y otros poemas (San Juan, 1954). Su poesía transitó desde la asimilación del romanticismo tardío hasta una afirmación lírica propia. Se le ha comparado con Alfonsina Storni, pero está mucho más cerca de la estética de nuestro Emilio Ballagas.

En Cuba, Julia vivió en La Habana, Santiago, Santa Clara y Trinidad.- Cultivó entre sus amistades a Juan Marinello, Raúl Roa y Manuel Navarro Luna. Aquí conoció al escritor y patriota dominicano Juan Bosch. Y el 28 de enero de 1941 publicó en el diario Oriente, de Santiago, un poema dedicado a José Martí: Yo vengo de la tierra mitad de tu destino; / del sendero amputado al rumbo de tu estrella; / del último destello del resplandor andino / que se extravió en la sombra, perdido por tu huella.//. Yo vengo de una isla que tembló por tu trino, / que hizo tu alma más fuerte, tu llamada más bella / a la que diste sangre, como diste camino / (que al caer por tu Cuba, ya caíste por ella). // Y por ella, la América debe un soplo a tu lumbre, / tu tiniebla hace un nudo de dolor en tu cumbre, / recio dios antillano, pulso eterno, Martí. // ¡Porque tengamos cerca de la muerte un consuelo, / Puerto Rico, mi patria, te reclama en su suelo, / y por su voz herida se conduce hacia ti!

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