De esa medular humildad y de la fe que pone siempre Nersys en los
otros, con la esperanza de que podemos ser mejores, así como de la
prudencia, justicia, templanza y fortaleza que la caracteriza, nos
habló Esteban Llorach, Premio Nacional de Edición, y uno de los
integrantes de la mesa, moderada por el poeta Nelson Simón, editor
de algunos de sus libros.
Enrique Pérez Díaz, escritor y director de la Editorial Gente
Nueva, cuya rúbrica poseen varios de los libros de la homenajeada,
se valió para elogiarla de un rápido pero puntual recorrido por su
obra, en la cual reconoció un grupo de imágenes de la más notable
cubanía.
"Pepe y la Chata, la novela que acaba de ser publicada sobre el
niño José Martí, es una historia conmovedora, donde están las
relaciones entre hermanos y en la que el personaje va tratando de
ser cada vez mejor. En estos rasgos del carácter se explica por qué
llegó después a ser nuestro José Martí".
No pasó por alto Román Elé, un tierno y sugestivo libro que le
valió, junto con Cuentos de Guane el premio Casa de las Américas
—que obtuvo en dos ocasiones— y que significa el acercamiento a una
infancia desvalida de un niño que ve trunca su niñez, por su
condición humilde y el color de su piel.
El tratamiento de la Historia de Cuba y de muchos de sus héroes
fue también reseñado por Pérez Díaz, quien ejemplificó con pasajes
de Cuentos de Nato, dedicado al Mayor Ignacio Agramante, y de
Corazón de Libélula, el modo en que Nersys se las ingenia para
llevar a la literatura la vida de los mejores cubanos y agradeció a
la escritora por haberse acercado para goce de sus lectores "a la
maravilla, a lo intangible y a lo eterno".
Al universo ficcional que se halla en las páginas escritas por
Nersys, donde lo trascendental cobra alcance en los cotidiano, se
refirió la investigadora Denise Ocampo. Apoyándose también en
pasajes de su narrativa, donde está presente el realismo mágico,
"anduvo" junto a los duendes presentes en esta obra, "unos duendes
que viven entre los seres humanos, los de Cuba, que se caracterizan
por relacionarse con las personas y hacerles bien".
La investigadora Alga Marina Elizagaray, con quien la autora
comparte una hermosa amistad, reservó sus palabras para referirse a
la persona que es Nersys, lo cual "ha hecho posible todos estos
beneplácitos que se están escuchando."
Su ternura toma por asalto al lector con la garra de su
sensibilidad, acotó, dejando claras entre sus virtudes el afecto y
el sentimiento con que escribe esta mujer que "fue la gran
revelación de la literatura infantil cubana en la década de los años
70 con los Premios Casa".
Destacó su modestia, carente siempre de afanes protagónicos, que
no se encumbró con los premios recibidos y recordó el modo
desprejuiciado e impecable en que llevó a la literatura infantil el
tema de la muerte.
Orgullosa de ser amiga y colega de esta pinareña, cuyo universo
lo centran su familia y su país, le deseó larga vida, también
literaria, y calificó su talento como una varita mágica para
concebir su peculiar lenguaje. "Te has ganado el disfrute de muchos
lectores y un lugar permanente en la literatura cubana", concluyó.
Varios títulos de Nersys Felipe fueron presentados en la Sala
Nicolás Guillén de la Cabaña, donde tuvo lugar el homenaje en
presencia de Zuleica Romay Guerra, presidenta del Instituto Cubano
del Libro, y Rafael Bernal Alemany, Ministro de Cultura.