10 de Junio de 2002
El
arma sucia preferida de Washington
La
monstruosa modalidad de terrorismo ha sido un instrumento permanente de la política
exterior de Estados Unidos contra la isla en los últimos 40 años. En ese tiempo más de
3 478 cubanos han muerto debido a esas acciones y otros 2 100 han quedado
mutilados e incapacitados. Contra nuestro pueblo han utilizado las mil y una forma de
matar. Pioneros en la brutal moda de secuestrar aviones atacaron y destruyeron en el aire
un aparato, asesinando a todos sus pasajeros . Dieron vía libre a la agresión
biológica. Pulgas, garrapatas, mosquitos... cualquier medio para atacar a Cuba fue
estudiado y el Dengue hemorrágico llegó e hizo estragos mortales, entre nuestra
población infantil principalmente
Una de las primeras acciones terroristas del
Gobierno de Estados Unidos contra nuestro país tuvo un carácter monstruoso: el sabotaje
al buque francés La Coubre el 4 de marzo de 1960, en un muelle del puerto de La Habana.
El buque había cargado en Europa
un importante lote de armamentos y parque comprado a la industria nacional belga por el
Gobierno Revolucionario de Cuba, que estaba ya preocupado por las crecientes acciones
agresivas de Estados Unidos. El cargamento fue saboteado por agentes de la CIA en el punto
de embarque, y los artefactos colocados hicieron explosión ese día mientras se
realizaban las operaciones de descarga.
Las bombas fueron sofisticadamente
instaladas de modo tal que la segunda explosión se produjera en el momento en que se les
prestaba auxilio a las víctimas de la primera. Tanto el buque como el muelle aledaño
estaban efectivamente atestados de trabajadores portuarios, soldados y personal de auxilio
que, sin importarles el peligro, habían acudido al lugar del desastre para ayudar a las
víctimas y prevenir accidentes.
Este acto terrorista dejó un saldo de 101
muertos, entre ellos seis marinos franceses, y centenares de heridos, cuya cuantificación
exacta, por haber sido atendidos en numerosos hospitales y centros de auxilio diferentes
de la capital, resulta imposible hoy, a tantos años del hecho.
LAS MIL Y UNA FORMA DE MATAR
Las modalidades del terrorismo
empleado contra Cuba han sido en lo fundamental las siguientes: sabotaje o destrucción de
objetivos civiles dentro del país; ataques piratas contra instalaciones costeras y contra
naves mercantes y embarcaciones pesqueras; atentados contra instalaciones y personal
cubano en el exterior, incluidas sedes diplomáticas, oficinas de aviación y naves
aéreas; la constante instigación a elementos subversivos, a través de emisoras de radio
y televisión, para realizar actos de esta naturaleza contra los centros de producción y
de servicios, indicándoles incluso la forma de hacerlo.
Si durante estos cuarenta años de
Revolución nuestro país ha sido un blanco incesante de acciones terroristas, es en el
año 1961 cuando se inician con mayor sistematicidad, como consecuencia del programa de
acción encubierta contra Cuba, aprobado el 17 de marzo de 1960 por el Presidente de
Estados Unidos, Dwight D. Eisenhower, quien, en el mencionado documento secreto ya
desclasificado referido al programa de acción encubierta contra Cuba, que después
prosiguió el Presidente Kennedy, precisa: "El método para lograr este fin
consistirá en incitar, apoyar y, en lo posible, dirigir la acción, dentro y fuera de
Cuba, por parte de grupos selectos de cubanos que pudieran realizar cualquier misión por
iniciativa propia."
Fue precisamente uno de esos
"grupos selectos" el que perpetró, en la tarde del 13 de abril de 1961, el
incendio y total destrucción de "El Encanto", la mayor tienda por departamentos
del país, acción ejecutada por Carlos L. González Vidal, integrante del grupo
terrorista conocido por las siglas MRP.
También se conoció que el
organizador principal fue Mario Pombo Matamoros, quien a su vez mantenía relaciones con
dirigentes del grupo M-30-11. Las consecuencias de este siniestro no fueron solo de
índole económica, sino también algo más doloroso: la muerte de la trabajadora Fe del
Valle Ramos, y las quemaduras y lesiones sufridas por otras 18 personas, entre los cientos
de ellas que laboraban en esa institución comercial.
Como parte de estos mismos planes terroristas,
se había producido un mes antes, el 13 de marzo de 1961, el ataque a la refinería
"Hermanos Díaz", en Santiago de Cuba, en el que resultó muerto el marinero
René Rodríguez Hernández, de 27 años, que cubría una posta, y herido gravemente
Roberto Ramón Castro, de 19 años.
Esta acción fue ejecutada por un comando de la
CIA a bordo de una embarcación artillada con ametralladoras de grueso calibre, que fue
lanzado desde el barco Bárbara J., procedente de Estados Unidos, hecho que fuera
reseñado por el Inspector General de la CIA, Lyman Kirkpatrick.
El 28 de mayo de 1961, elementos terroristas
incendian el cine "Riego", en la ciudad de Pinar del Río, durante el desarrollo
de una función infantil. Resultan heridos 26 niños y 14 adultos.
El 5 de septiembre de 1963, dos aviones
bimotores lanzan artefactos explosivos sobre la ciudad de Santa Clara y ocasionan la
muerte al maestro Fabric Aguilar Noriega y heridas a tres de sus cuatro hijos.
El 23 de diciembre de
1963 un comando de la CIA transportado por mar desde Estados Unidos, utilizando elementos
de demolición submarina, hundió la lancha torpedera LT-385 perteneciente a la Marina de
Guerra Revolucionaria en la dársena de Siguanea, Isla de Pinos, provocando la muerte del
alférez de fragata Leonardo Luberta Noy y los marineros Jesús Mendoza Larosa, Fe de la
Caridad Hernández Jubón y Andrés Gavilla Soto.
Pudieran señalarse
decenas de casos similares en esos años.
PIONEROS EN LA BRUTAL MODA DE SECUESTRAR AVIONES
Los secuestros de
aviones, que no tenían precedentes en el mundo, fueron un método ideado y utilizado
precisamente por la CIA en su programa de acciones terroristas contra Cuba desde 1959.
Numerosos hechos de esta índole tuvieron lugar, especialmente en los primeros años de la
Revolución. Algunos adquirieron características dramáticas. A modo de ejemplo,
citaremos lo ocurrido el 27 de marzo de 1966: un sujeto sin escrúpulos, Ángel María
Betancourt Cueto, utilizando un arma de fuego, intentó desviar hacia Estados Unidos,
donde eran siempre recibidos como héroes, un avión Il-18 de Cubana de Aviación con 97
personas a bordo, incluidos 14 niños, en vuelo de Santiago de Cuba hacia La Habana;
fracasado en su intento por la valiente y decidida conducta del capitán de la nave,
Fernando Álvarez Pérez, quien se negó a desviar el avión aterrizándolo en el
aeropuerto internacional de la capital, el frustrado secuestrador, ya en tierra, asesinó
al piloto y al custodio, Edor Reyes García, y causó heridas graves al copiloto Evans
Rosales, hecho que conmovió a todo el país.
Las
otras formas de terrorismo no cesaron.
El 12 de
octubre de 1971, una lancha rápida y otra embarcación de mayor porte, procedentes del
territorio de Estados Unidos, ametrallaron el poblado de Boca de Samá, en la costa norte
de la provincia de Oriente. Esta cobarde acción contra la población civil provocó dos
víctimas mortales e hirió a otros varios vecinos del poblado, entre ellos dos niños.
EL MÁS MONSTRUOSO Y REPUGNANTE ACTO TERRORISTA
Por esos años el terrorismo se
traduce igualmente en acciones paramilitares contra embarcaciones mercantes y pesqueras de
Cuba o de terceros países en el estrecho de la Florida. El 4 de octubre de 1973, los
pesqueros cubanos Cayo Largo 17 y Cayo Largo 34 son atacados por dos cañoneras tripuladas
por terroristas, que asesinan al pescador Roberto Torna Mirabal y abandonan a los demás
en balsas de goma, sin agua ni comida.
Sin duda
el más monstruoso y repugnante acto terrorista cometido contra Cuba en ese período tuvo
lugar el 6 de octubre de 1976: el estallido en pleno vuelo de un avión civil de las
líneas aéreas cubanas con 73 personas a bordo, entre ellas 57 cubanos, incluidos los 24
integrantes del equipo juvenil de esgrima que acababan de obtener todas las medallas de
oro en un campeonato centroamericano; 11 jóvenes guyaneses, 6 de ellos seleccionados para
realizar estudios de medicina en Cuba, y 5 ciudadanos de la República Popular
Democrática de Corea. Todos, sin excepción, perecieron.
La nave,
un DC-8 con matrícula CUT-1201, acababa de despegar del aeropuerto internacional de
Barbados diez minutos antes. Un artefacto explosivo programado había sido colocado en el
baño del avión por dos sujetos que, procedentes de Trinidad Tobago, abandonaron la
aeronave en esa escala habitual de su ruta.
En el
aeropuerto toman rápidamente un taxi y piden al chofer que los lleve a la sede de la
Embajada de Estados Unidos en Barbados, según el testimonio de Maurice Firebrace, el
chofer del taxi que los trasladó, en declaración a las autoridades de Barbados. Otro
taxista, Roger Pilgrim, testimonió igualmente ante las autoridades de Barbados que en la
tarde de ese mismo día los trasladó dos veces a la sede diplomática de Estados Unidos,
primero entre las 2:00 y las 3:00 de la tarde y después alrededor de las 4:55. Esa misma
tarde, desde el hotel "Village" lograron comunicarse e informar a sus jefes en
Venezuela sobre el cumplimiento de la misión encomendada. En horas de la noche regresaron
a Trinidad Tobago, donde al amanecer del 7 de octubre fueron identificados y arrestados
por las autoridades locales, a las que casi de inmediato confesaron su participación en
los hechos.
En una reunión
realizada en Trinidad Tobago a instancias del Primer Ministro de ese país, Eric Williams,
catorce días después del sabotaje, el Canciller de Guyana, Fred Willis, se refirió a
las agendas comprometedoras para la CIA, propiedad de los encartados, que delataban a ese
organismo norteamericano al dejar al descubierto sus vinculaciones con los detenidos. Eran
dos mercenarios de nacionalidad venezolana que habían sido contratados por Orlando Bosch
Ávila y Luis Posada Carriles, dos de los más connotados terroristas reclutados por la
Agencia Central de Inteligencia desde 1960, y especializados en sofisticadas técnicas de
sabotaje con todo tipo de medios. Ambos estaban registrados en una organización llamada
CORU, surgida de la unificación ordenada por la CIA de los principales grupos que hasta
entonces actuaban bajo siglas diferentes desde territorio norteamericano, y a la que se le
asignó la tarea de ejecutar un ambicioso programa de sabotajes y actos terroristas contra
Cuba con apoyo total del Gobierno de Estados Unidos.
MÁS COBARDÍA Y BRUTALIDAD
Ese
mismo grupo unificado de la CIA llevó a cabo por esa fecha, entre otros, los siguientes
hechos:
6 de
abril: Dos barcos pesqueros, Ferro-119 y Ferro-123, son atacados por lanchas piratas
procedentes de la Florida, causando la muerte al pescador Bienvenido Mauriz y graves
daños a las embarcaciones.
22
de abril: Una bomba es colocada en la Embajada cubana en Portugal, ocasionando la
muerte de los funcionarios diplomáticos Adriana Corcho Callejas y Efrén Monteagudo
Rodríguez, y heridas graves a varios más, destruyendo totalmente el local.
5 de
junio: La Misión de Cuba ante la ONU es objeto de un atentado con explosivos,
ocasionando importantes pérdidas materiales.
9 de
julio: Una bomba hace explosión en el vagón que cargaba los equipajes del vuelo de
Cubana de Aviación, en el aeropuerto de Kingston, Jamaica, momentos antes de ser
transbordados. Es decir, por pura casualidad no estalló en el aire el 9 de julio el
avión de Cubana que iba a cargar aquellos equipajes.
10
de julio: Una bomba estalla en las oficinas de la British West Indies en Barbados,
que representaba los intereses de Cubana de Aviación en ese país.
24
de julio: Un técnico del Instituto Nacional de la Pesca, Artagnán Díaz Díaz, es
asesinado en un intento de secuestrar al Cónsul cubano en la ciudad mexicana de Mérida.
9 de
agosto: Dos funcionarios de la Embajada cubana en Argentina, Crescencio Galañena
Hernández y Jesús Cejas Arias, son secuestrados, sin que se haya vuelto a tener noticias
de ellos.
18
de agosto: Una bomba hace explosión en las oficinas de Cubana de Aviación en
Panamá, causando daños de consideración.
Los
grupos que integraban el CORU hacían declaraciones públicas en Estados Unidos,
adjudicándose cada una de estas fechorías. En agosto de 1976 fue publicado en un
periódico editado en Miami un desvergonzado parte de guerra donde, después de referir
cómo volaron un automóvil frente a la Embajada cubana en Colombia y destruyeron las
oficinas de Air Panamá, los cabecillas del CORU declaraban al final textualmente:
"Muy pronto atacaremos aeronaves en vuelo." Aproximadamente seis semanas
después estalla en pleno vuelo el avión cubano que hizo escala en Barbados.
Arrestados Orlando Bosch y Luis
Posada Carriles, encarcelados y sometidos a largo y sinuoso proceso judicial en Venezuela,
junto a los dos mercenarios venezolanos que por órdenes suyas colocaron la bomba en el
DC-8 de Cubana de Aviación, en agosto de 1985 Posada Carriles es rescatado por la CIA a
través de la llamada Fundación Nacional Cubano Americana, de la prisión de máxima
seguridad de San Juan de los Morros, y trasladado en cuestión de horas a El Salvador,
donde es puesto de inmediato a trabajar en una de las operaciones más secretas, delicadas
y comprometedoras de las que ha llevado a cabo un gobierno de Estados Unidos: la famosa
Operación Irán-contras que dio origen a un colosal escándalo político en ese país.
Posada Carriles era el responsable de los almacenes y prácticamente de la distribución
de las armas para la guerra sucia en Nicaragua, a las órdenes directas de la Casa Blanca.
Jamás había alcanzado una responsabilidad tan alta en sus 25 años de servicios al
Gobierno de Estados Unidos.
II PARTE
|
|