Su padre, Cándido René González
Castillo, era trabajador siderúrgico en Indiana, Estados Unidos;
mientras su madre, Irma Teodora Sehwerert Milejan, se dedicaba a los
quehaceres domésticos.
El 2 de octubre de 1961 sus
padres, quienes desde Estados Unidos habían cooperado con el
Movimiento 26 de Julio en la lucha contra Batista, deciden regresar
y establecerse definitivamente en Cuba, en compañía de sus dos
hijos, incorporándose de inmediato a las tareas de la Revolución.
Inicia sus estudios primarios, en
calidad de becario, en la escuela "José Martí", ubicada
en Santa María del Mar, con resultados satisfactorios.
Desde muy pequeño René
disfrutaba desarmando y armando juguetes defectuosos, de ahí que en
el futuro sintiera una gran inclinación hacia la mecánica, al
mismo tiempo que reflejaba un carácter fuerte pero de nobles
sentimientos.
Sus deseos de convertirse en
artillero antiaéreo, al igual que su padre en las milicias, lo
impulsan a solicitar en 1968 su ingreso en la escuela vocacional
militar "Camilo Cienfuegos", de Baracoa, teniendo que
causar baja en décimo grado por problemas de salud que afectaron su
rendimiento escolar.
En 1970 la Unión de Jóvenes
Comunistas acoge a René en sus filas por su activa participación
en las actividades militares, deportivas y otras de carácter político.
En 1972 se traslada a la
secundaria básica Combatientes de América, en el municipio Cerro,
y en 1973 ingresa en el segundo contingente del destacamento
"Manuel Ascunce Domenech", estudiando en el curso especial
como trabajador y comenzando a impartir clases entre 1973 y 1974 en
la Escuela Secundaria Básica de Estudiantes en el Campo, ESBEC, República
Socialista de Rumania, en Alquízar.
En 1974, aun manteniendo su
condición de extranjero y pudiendo eximirse de sus
responsabilidades patrióticas, se presentó voluntariamente en el
servicio militar general, siendo ubicado en la unidad militar 3075,
donde pasó un curso de conductor de tanques.
A principios de 1977, después de
culminar el servicio militar, se le propuso y aceptó el
cumplimiento de una misión internacionalista en la República
Popular de Angola, pasando un entrenamiento como conductor de
tanques T-34. Durante la misión fue designado jefe del claustro de
profesores que impartían clases a soldados y a oficiales para
elevar su nivel cultural.
Fue secretario del comité de la
juventud, participando en un curso de dirigentes de la juventud y en
otro de zapadores, obteniendo el primer expediente en ambos cursos.
En marzo de 1979 culmina su misión
internacionalista, siendo condecorado con la medalla Combatiente
Internacionalista.
Entre 1979 y 1982 realiza estudios
en la escuela de aviación "Carlos Ulloa", en San Julián,
Pinar del Río, graduándose como piloto.
En 1982 la Sociedad de Educación
Patriótico-Militar (SEPMI), lo acepta como trabajador y le
encomienda la tarea de formar pilotos para las Fuerzas Armadas
Revolucionarias.
En dicha institución ocupó
cargos como instructor de vuelo y dirigente del comité de base de
la juventud hasta 1985, en que es designado jefe de escuadrilla de
la base de San Nicolás de Bari y jefe de la sección de aeronáutica
deportiva.
En 1990 es aceptado en las filas
de nuestro glorioso Partido Comunista de Cuba. A finales de ese año,
parte hacia Estados Unidos.
En Miami logra acceso a diferentes
organizaciones contrarrevolucionarias que utilizan el territorio
norteamericano para organizar y realizar acciones terroristas y
provocaciones constantes contra nuestro país, con el propósito de
desatar una confrontación militar entre Cuba y Estados Unidos.
Su vida en ese país se ha
desarrollado bajo condiciones de austeridad y sacrificio, teniendo
como única fuente de ingreso personal su trabajo como instructor de
pilotos.
Su esposa, Olga Salanueva Arango,
es miembro del Partido desde 1990 y es graduada de ingeniería
industrial. Comenzó a trabajar en el año 1977 en la empresa Tenerías-Habana,
primeramente como contadora y luego como ingeniera.
En enero de 1997, Olga viaja a
Estados Unidos para unirse a su esposo, acompañada de su hija mayor
Irma González Salanueva.
Posteriormente, en 1998, pocos
meses antes de ser detenido, nacería en territorio norteamericano
la más pequeña de esta familia valerosa, Ivette González
Salanueva.
A raíz de la detención de René
y del resto de los compañeros, comenzó un proceso de amenaza y
chantaje de diferentes índoles hacia Olga y sus hijas, que
incluyeron las presiones psicológicas y económicas, con el
objetivo de que traicionara a su esposo, a su patria y a sus
convicciones revolucionarias.
A partir de ese momento, el
sacrificio y los peligros para su seguridad personal y la de su
familia aumentaron ostensiblemente.
Aun en esas circunstancias, Olga
decidió permanecer en Estados Unidos, llegando a jugar un papel
importante como vía de comunicación entre los compañeros y su
patria, y como apoyo moral. Los compañeros vieron en ella la
estirpe de una Mariana Grajales, indoblegable y desafiante.
El último intento de propuesta
deshonrosa y humillante por parte de un enemigo impotente y
adolorido, fue intentar doblegar a René, como hablamos en la mesa
redonda del viernes.
La respuesta del matrimonio no se
hizo esperar y, como resultado, Olga sufrió en carne propia la más
injusta de las detenciones, permaneciendo en una prisión del INS de
Estados Unidos durante tres meses, tiempo en que no lograron
doblegar ni un ápice su carácter rebelde y revolucionario.
A finales del 2000, Olga Salanueva
Arango fue deportada hacia Cuba lográndose reunir en nuestro país
con sus dos hijas.
A su regreso de Estados Unidos la
hija mayor, Irmita, se incorporó a sus estudios, primero en la
ESBEC República de Panamá y actualmente en el "Raúl Cepero
Bonilla", del municipio Diez de Octubre.
La madre, Irma Sehwerert Mileján,
se incorpora a las actividades revolucionarias en Estados Unidos,
adonde emigra acompañada de sus padres.
Desde su regreso a Cuba, se
incorporó de lleno a las actividades de la Revolución, siendo una
destacada activista de las organizaciones de masa y miembro del
Partido.
Su padre, Cándido González
Castillo, regresó a Cuba en 1961 y se vinculó directamente en las
actividades revolucionarias, la movilización popular y las zafras
del pueblo.