TEMAS BEISBOLEROS

¿Cómo medir a un lanzador?

Sigfredo Barros

Aseguran los más avezados especialistas que desde sus primeros pasos, el béisbol es un deporte altamente medible, en el cual las estadísticas tienen un valor superior al de otros deportes. Cada lanzamiento, cada batazo puede ser numéricamente archivado, registrado y compilado juego por juego.

Carlos Yanes: sus números no reflejan fielmente su inmensa calidad. FOTO: RICARDO LÓPEZ HEVIACarlos Yanes: sus números no reflejan fielmente su inmensa calidad. FOTO: RICARDO LÓPEZ HEVIA

Es así, sin duda. Son tantas las posibilidades que hasta hoy nadie se ha puesto de acuerdo en cuál es el mejor método para saber con exactitud la mayor o menor efectividad de un lanzador: promedio de ganados y perdidos, carreras limpias, ponches y transferencias por juego, etc.

La primera en aparecer fue la más sencilla, la cantidad de triunfos y derrotas, aunque bueno es aclarar que en fecha tan lejana como 1884 ya el promedio de limpias se utilizaba como medidor. Por supuesto, el objetivo esencial de todo pitcher que escala la lomita es ganar. Pero, tomemos por ejemplo a un lanzador como Yadier Pedroso.

En la presente temporada, el estelar derecho artemiseño acumula nueve éxitos y seis fracasos, nada impresionante. Pedroso lanza con un equipo último en promedio de bateo (249, 17mo.), que pierde mucho más de lo que gana. Otro ejemplo es el de Carlos Yanes, segundo ganador de juegos en nuestro béisbol, 235, y máximo perdedor, 242, lanzando con elencos inferiores al resto durante casi toda su carrera y en un estadio de dimensiones reducidas hasta hace poco tiempo. No es del todo justo este medidor.

El PCL, promedio de carreras limpias, es para la mayoría el más exacto de los medidores, pues tiene en cuenta las anotaciones que son responsabilidad del lanzador. Pero, determinar si una carrera es merecida o no resulta en ocasiones harto complicado y entra a jugar el criterio del anotador oficial, quien puede equivocarse y considerar jit un batazo dudoso, con más sello de error que de incogible. Tampoco es enteramente exacto el PCL.

Modernamente ha hecho presencia en el amplio mundo estadístico del béisbol el llamado WHIP, las siglas en inglés de bases por bolas y jit divididas entre las entradas lanzadas, buscando cuántos hombres pone el pitcher en circulación bajo su responsabilidad. Excelente, sin duda, pero recuerde que un árbitro puede considerar como la cuarta bola un tercer strike y colocar en circulación a un bateador que debió ser out. Lo mismo pudiera suceder con el average de los rivales.

Mi criterio es que para medir mejor a un lanzador deben tenerse en cuenta todos los factores posibles. El universo estadístico del béisbol es amplísimo y no puede circunscribirse a uno o dos parámetros. Promedio de ganados, de carreras limpias, average de los rivales, WHIP, todos son útiles y ofrecen un panorama más abarcador.

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