Nació bajo el signo de Leo, pero atestigua ser "la
negación viviente de tal afirmación zodiacal".
Quienes siguen de cerca, o simplemente, se interesan
por tan intensa vida, casi podrían asegurar que esa aseveración del
narrador, poeta, dramaturgo y ensayista cubano Antón Arrufat Mrad es
otra de las obstinaciones características de ese rostro del zodiaco.
Tanto como cuando afirma también que sus obras no se parecen a él…
El 14 de agosto de 1935 protestó por primera vez
cuando abrió sus ojos a la vida, con una mezcla de sangre española y
árabe, en su natal Santiago de Cuba. No obstante, dice que su
verdadero nacimiento ocurrió cuando un clérigo del colegio jesuita
de Dolores, en el que cursó su primera enseñanza descubrió que era
miope y la familia lo ignoraba: "No veía con claridad las letras en
el pizarrón del colegio, y me creyeron tardo, torpe y morón".
De sus padres, que fallecieron cuando era aún un
niño, no heredó esa vocación innata por la creación literaria que ya
a escasos años lo condujo a escribir poemas, breves piezas teatrales
y una novela que no pudo conservar.
Del terruño fue "arrancado",sin permiso, a los 11
años para partir hacia La Habana. Aún rezonga por ese acto
autoritario que lo condujo a terminar estudios de bachillerato en la
capital y finalizar "tras largos abandonos", la Licenciatura en
Filología en la Universidad de La Habana.
Hubiera querido permanecer más tiempo en su
Santiago, pero hoy hay que agradecerle a la ventura el rumbo tomado
por una vida que ha legado una obra sólida —que lo hizo merecedor
del Premio Nacional de Literatura en el 2000— con títulos como En
claro (1962, su primer libro en el cual se recogen los poemas de
adolescente); El vivo al pollo (mención de teatro Casa de las
Américas, 1961); Los siete contra Tebas, (premio de
teatro UNEAC, 1968); La caja está cerrada (1984, novela);
Lirios sobre un fondo de espadas (1995, poesía); La tierra
permanente (1987, teatro),); La noche del aguafiestas
(premio Alejo Carpentier, 2000, novela); y El hombre discursivo
(2005, ensayo).
Títulos traducidos a diversos idiomas, en especial
sus piezas teatrales llevadas al polaco, inglés y francés y
estrenadas en Estados Unidos, Venezuela, México, Puerto Rico y
Varsovia.
Su existir, más intenso aún que esa mirada que tiene
siempre en perfecta armonía con los bordes casi cínicos de los
labios, lo llevó a residir en los Estados Unidos, Londres y París,
viajar por gran parte de Europa y otras latitudes y publicar en
medios culturales de la Isla como Ciclón; Lunes de Revolución; Cuba
en la UNESCO; Unión; La Gaceta de Cuba, por solo citar algunos, y
otros extranjeros, entre estos Europe, L'Arc, Les Lettres, Quimera,
Siempre, Ever green. Fundó y dirigió durante cinco años la revista
Casa de las Américas.
Hoy, junto a la doctora Graziella Pogolotti (París,
1931) recibirá merecido homenaje en la XVII Feria Internacional del
Libro Cuba 2008, dedicada a estos dos autores. Un momento más en que
se pone a prueba su popularidad: amigos no faltarán, pero de seguro
añorará la presencia de dos entrañables: Virgilio Piñera, de quien
escribiera un significativo testimonio sobre los últimos años de
este gran dramaturgo en Cuba con el título Virgilio Piñera: entre
él y yo, Ediciones Unión, La Habana 1994; y Lezama Lima.
"Es tremendo Antón saber que me voy a morir sin
saber si yo soy o no un gran escritor", le escuché comentar a
Arrufat en una tertulia en el habanero Centro Cultural Dulce María
Loynaz, refiriéndose a palabras dichas por Virgilio. "Estas
pretensiones son un poco de la generación de él y mía", afirmó.
"No creo —sostuvo— que los jóvenes escritores en el
mundo estén interesados en la grandeza de un escritor siendo ya
víctimas de las editoriales, de los premios, el dinero, de la ley
del mercado".
De Lezama Lima rememoró la humedad, la pobreza, lo
reducido y ruidoso de su hogar en el municipio de Centro Habana.
"Lezama tenía que esperar la madrugada para sentarse en la última
habitación de su casa, en la cual yo estuve muchas veces. Era
contigua a la cocina, un cuarto horrible para estar. Allí cogía esa
especie de campechana que tenía, ponía una tabla, un papel y un
lápiz y ahí redactó las 900 páginas de Paradiso y todas las
cientos que escribió casi siempre jadeando de asma. Y para que las
escribió, porque quiso, él no había hecho contrato con ninguna
editorial, ni tenía adelanto económico y eso creo que ocurre ahora
poco."
Del 13 al 24 de este febrero los adoquines
coloniales de La Fortaleza de San Carlos de La Cabaña y el Castillo
de los Tres Reyes del Morro, en el este de La Habana; y las calles y
plazas de las otras 41 ciudades del país, sedes igualmente de la
Feria hasta el próximo 9 de marzo, acogerán a este Leo que trata de
negar las astrología, pero es tan voluntarioso como los de su
verdadera naturaleza.
La editorial Vigía, de la ciudad de Matanzas, ultima detalles en
"Manual de Inexpertos, título provisional", del autor Antón Arrufat,
uno de los creadores a quien está dedicada la Feria Internacional
del Libro Cuba 2008.
El texto manufacturado e ilustrado a mano, característica de esa
casa editora, propone un diseño del maestro Rolando Estévez sobre 18
poemas inéditos que conforman un libro, que en estos momentos
escribe Arrufat y que versan sobre la problemática que vive hoy la
humanidad.
Arrufat, Premio Nacional de Literatura, mantiene estrechos
vínculos con la original editorial cubana y por tal motivo Vigía le
rinde homenaje al dedicarle el libro el cual será mostrado en la
Feria de La Habana y presentado en Matanzas, el 29 de febrero, a las
dos de la tarde.
Agustina Ponce, directora de la editorial, dijo a la AIN que a la
XVII edición de la fiesta literaria llevarán alrededor de 25
títulos, incluidos los recientes números de la Revista del Vigía y
Barquitos del San Juan, esta última dirigida al público infantil.
El stand de la sui géneris casa productora de libros rinde
homenaje a Digdora Alonso, reconocida pedagoga y escritora cubana
fallecida en julio último y quien dedicara su obra a las aves,
insectos, árboles y naturaleza en sentido general.
Ponce destacó que el diseño es de la creadora María Alba Ríos e
inserta sobre un poema de Digdora la sensibilidad femenina al
escribir sobre mariposas, libélulas y plantas, recrea desde el papel
con hojas secas, recortes textiles y otros materiales reciclables su
pasión por la naturaleza.
Vigía con casi 23 años de fundada mantiene presencia estable en
las ediciones de la Feria Internacional del Libro, le ha publicado
textos a reconocidos escritores como Eliseo Diego, Miguel Barnet,
Pablo Armando Fernández, Carilda Oliver Labra, Nancy Morejón y César
López, entre otros.
Una colección de la prestigiosa editorial se encuentra entre los
fondos del afamado Museo de Arte de New York, conocido en el mundo
como el MOMA. (AIN)