CINCUENTENARIO DEL ASESINATO DE KENNEDY
Operación 40: los sospechosos
GABRIEL MOLINA FRANCHOSSI
Los sospechosos del asesinato de JFK, grupos de la CIA y la mafia
según el Comité investigador de la Cámara de Estados Unidos (HSCA),
participaron antes del magnicidio en la Operación 40 (Op.40) contra
Cuba y en los intentos de asesinar a Fidel.
Luis
Posada Carriles.
A 50 años del magnicidio ocurrido el 22 de noviembre de 1963, se
han venido conociendo confesiones y otros indicios. Las principales
sospechas recaen sobre cuatro de esos miembros de la Op.40. Se
destacan como autores de los disparos Herminio Díaz y Eladio del
Valle. En tanto que Luis Posada y Orlando Bosch, que se presume
estaban presentes en la Plaza Dealey el 22-11-1963, están también
implicados en las investigaciones oficiales y privadas.
Allen Dulles creó la Op.40 y los oficiales CIA los adiestraron y
entrenaron para poner bombas, ametrallar y asesinar dondequiera que
se les ordenase. Desde 1959 protagonizaron siniestros planes de
sabotajes y terrorismo como la voladura del avión de Cubana en
octubre de 1976, que provocó 73 muertos. Robert Kennedy sospechó que
ese grupo participó en el asesinato de su hermano desde que John E.
Hoover, director del FBI, le informó del crimen.
El único sobreviviente de ellos, Posada, chantajea al gobierno de
Estados Unidos con su amenaza de decir todo lo que sabe. Ha confiado
a alguien secretos que destaparía si lo procesan o asesinan, como
insinuó su abogado.
El investigador Anthony Summers ha actualizado en estos días las
acusaciones sobre Herminio Díaz, autentificando la confesión que
Díaz hizo a Tony Cuesta y a Reinaldo Martínez, dos personajes que lo
acompañaron en sus planes terroristas. La conferencia había sido
convocada por Wayne Smith, jefe del Centre for International Policy
in Washington y, entre otros investigadores, asistieron Summers,
Gaeton Fonzi, Dick Russell, Peter Dale Scott y Peter Kornbluh.
Orlando
Bosch.
Díaz, Cuesta y Martínez intentaron desembarcar el 29 de mayo de
1966 desde Miami, para realizar atentados contra Fidel u otros
dirigentes cubanos, en Monte Barreto, Miramar. Díaz halló la muerte
allí, en un intercambio de disparos con la policía. Cuesta y
Martínez fueron apresados durante el enfrentamiento.
Tras salir de la cárcel, Martínez se radicó en Miami; y en 2007
se puso en contacto con Robert Blakey, quien fuera el asesor jefe
del HSCA. Dijo que iba a morir y quería dejar las cosas claras.
Según declaró Blakey a Summers, Martínez decía la verdad. Se trataba
de un complot y Herminio Díaz fue el segundo tirador contra Kennedy.
Summers se entrevistó también con Martínez durante dos días en
Miami.
En la filmación de un aficionado llamado Abraham Zapruder desde
la puerta del almacén de libros escolares, se muestra a JFK en la
Plaza Dealey alcanzado por los disparos primero por detrás, desde el
mismo almacén de libros según se estableció. Después, herido por la
parte frontal en un ángulo que indicaría la presencia de otro
tirador, situado en la "lomita cubierta de hierba". Esas
investigaciones no dejan ya dudas de que hubo una conspiración y más
de un tirador. Incluso el Comité financiado por el gobierno federal
así lo considera.
Herminio Díaz nació en Cuba en 1923 y pertenecía a grupos
gangsteriles desde fines de los años 40; fue guardaespaldas de
Santos Trafficante y mantuvo otros contactos criminales con la mafia
siciliana. En círculos cubanoamericanos de Miami se decía que la
suicida encomienda en Miramar se le confió para que fuese cazado, y
evitar así que hablase sobre la conspiración contra JFK.
Juan Restoy, Félix Rodríguez Mendigutía, Guillermo Novo, Carlos
Bringuier, Eugenio Martínez, Antonio Veciana, Juan Manuel Salvat,
Ricardo Morales Navarrete, Isidro Borjas, Virgilio Paz, José
Dionisio Suárez, Felipe Rivero, Gaspar Jiménez Escobedo, Nazario
Sargent, Pedro Luis Díaz Lanz, y José Basulto, miembros de la Op.40,
han sido investigados por el Comité Especial de la Cámara y los del
Senado, el Comité de Church y el de Kerry, pues muchos también han
traficado con drogas junto a sus mentores de la CIA. Restoy, antiguo
compinche de Batista, fue arrestado con otros miembros de Op. 40, en
la Operación Águila, masiva red de tráfico de drogas descubierta en
1970. El 70% de los acusados eran miembros de la brigada 2506 de
Playa Girón.
Gaeton Fonzi, uno de los investigadores del Comité HSCA, alega
que oficiales CIA como David Atlee Phillips, David Morales, Tom
Clines, Tracey Barnes, E. Howard Hunt y Rip Robertson tomaron parte
en la Operación 40 desde la secreta estación JM/WAVE, que dirigía
Ted Schackley y después organizaron el magnicidio. Otros famosos
acusados son los convictos del Watergate ordenado por Nixon, además
de Hunt, Walter McCord, Frank Sturgis, Bernard Baker, Eugenio
Rolando Martínez "musculito", y Virgilio González, participantes
también en lo que Nixon llamaba la maldita cosa de Girón, para
referirse verdaderamente al magnicidio. Las sospechas apuntan más
hacia Hunt y Sturgis, también como francotiradores en Dallas, desde
la lomita o montículo de hierba. Se les identificó como los
"vagabundos" arrestados y fotografiados, que fueron vistos por 15
testigos. Pero se han esfumado. David Morales —jefe de operaciones
en la enorme estación de la CIA en Miami, quien fue investigado por
Gaeton Fonzi, cuando trabajó para el HSCA, para saber si estaba en
el edificio desde donde se supone partieron los disparos—, estaba
citado para testificar, pero murió de "un ataque al corazón" el 8 de
mayo de 1978.
Herminio
Díaz.
Su amigo Rubén Carbajal está convencido de que lo asesinó la CIA,
pues Morales le dijo que quien pudiese representar una amenaza para
las operaciones encubiertas, la CIA lo eliminaría. Bob Walton,
asociado en negocios con Morales, le confirmó que este temía iba a
ser asesinado por la CIA porque sabía demasiado. En una ocasión dijo
a Walton y Carbajal que "JFK traicionó a los cubanos en Bahía de
Cochinos. Bueno, nosotros nos encargamos del hijo de p...".
(1) Otras teorías calificadas de disparatadas apuntan
hacia el chofer del auto presidencial, miembro del Servicio Secreto,
y a James Files, que cumple condenas por otros delitos.
Respecto a la conocida reunión en Dallas la víspera del crimen,
el investigador Oglesby los marca comprometidos con el complot,
"todos personajes que odiaban o se oponían a los Kennedy".
(2)
Sobre J. Edgar Hoover y su vecino Johnson, señala: se respetaban
y se temían. El FBI poseía información de los sucios negocios del
Vicepresidente y este de las preferencias sexuales de Edgar, quien
sin embargo perseguía a los gays y sostenía que la Cosa Nostra no
existía. El Padrino Frank Costello le proporcionaba diversión y
ganancias, dándole tips (propinas) en el hipódromo, sobre los
ganadores.
Clint Murchinson, racista y barón texano del petróleo, era socio
en negocios del también millonario H.L. Hunt. Integraban el
consorcio petrolero que reaccionó iracundo ante algunas leyes
aprobadas por Kennedy. La medida amenazaba las altas ganancias del
sector de hidrocarburos, obtenidas con la combinación de bajos
impuestos y la reinversión de los beneficios en el exterior, para
reducirlos aún más al Fisco, al mantenerlas repatriando ganancias.
Allen Dulles, exdirector de la CIA y su segundo, el general
Charles Cabell, fueron los primeros a quienes JFK les pasó la cuenta
por Playa Girón. Earle Cabell, hermano del general, era alcalde de
Dallas y también enemigo de los Kennedy. Fue él quien desvió la
fatal caravana, forzándola a hacer una maniobra en Z, so pretexto de
ver de cerca a Kennedy para revertir el rechazo de esa población a
las medidas sociales del gobierno federal. En la práctica facilitó
la tarea de los asesinos con esa marcha a 17 km por hora. El hombre
de la sombrilla en la filmación de Zapruder se supone era Bosch,
quien avisaba, levantándola, que venía JFK.
Eladio
del Valle.
Otro importante asistente a la reunión calificada de "celebración
anticipada", fue Richard Nixon, quien perdió con JFK la posibilidad
de ser presidente de Estados Unidos en 1960. Dirty Dick dijo al FBI
que no recordaba dónde estaba ese día. (3) Pero
tuvo que admitir lo contrario cuando le mostraron el diario Dallas
Morning News de la fatídica fecha, donde Nixon retaba a Kennedy, lo
inducía a recorrer la peligrosa Dallas en un auto descapotado,
diciendo que él, Nixon, estaba allí solo y no necesitaba ninguna
protección como la que tenía JFK. George Bush (padre), también clama
que no puede recordar dónde estaba el 22 de noviembre, pero Jack
Anderson dice tener pruebas de que estaba detrás del "montículo de
hierba" desde donde provino uno de los disparos. Además, Hoover
envió un memo a George Bush en la CIA, donde le pide que controle
los festejos de los cubanos de Miami por la muerte de Kennedy.
No es ocioso recordar que el diario Dallas Morning News, es el
que culminó su campaña de odio el 22 de noviembre de 1963 con una
incitación al crimen: la foto a toda plana de Kennedy como las de
los delincuentes, con la leyenda "Buscado por traición".
La CIA, el Servicio Secreto, el FBI, organismos de seguridad de
la nación, cuya protección del Presidente fue criticada por el
Comité de la Cámara, debían tener en cuenta estos "descuidos"
culposos para al cabo de 50 años, dejar de continuar oponiéndose a
desclasificar esos miles de documentos de la CIA que podrían develar
el misterio, precisamente "por motivos de seguridad". Eso es
demasiado poco serio para una potencia mundial que se respete.
(1) Gaeton Fonzi, The Last Investigation, 1993 (páginas 380-390)
(2) Granma 14 de octubre de 2013
(3) Memorandum del FBI, Feb. 23, 1964, publicado en Coup d’etat in
America.Weberman & Ca |