La pregunta que con mayor reiteración hacen los ciudadanos
estadounidenses a sus interlocutores cubanos cuando visitan la Isla
es el porqué del bloqueo a Cuba, tan pronto se percatan de algunos
efectos de la inhumana política del gobierno de Washington desde
hace más de 50 años.

Es evidente, por supuesto, que los motivos que han llevado al
establecimiento y mantenimiento tan largo tiempo de aquello que
eufemísticamente se califica como "embargo" en Estados Unidos, solo
podrían brindarlos los propios patrocinadores de la Casa Blanca.
Pero es sabido que tales justificaciones, como las que se
plantean para persistir en la política general de hostilidad hacia
Cuba por el gobierno de Estados Unidos han variado a lo largo de los
años.
Inicialmente se dijo públicamente que se trataba de una
represalia por la nacionalización de propiedades de ciudadanos
estadounidenses en la Isla, argumento que se vio debilitado por la
disposición de las autoridades cubanas de discutir y acordar
fórmulas de compensación adecuada.
Cuba logró de esa manera solucionar los problemas similares que
se presentaron con empresarios de otros países. Pero el gobierno
estadounidense se negó categóricamente a sostener tales discusiones
y prohibió a sus súbditos afectados discutir directamente con el
gobierno de Cuba cualquier forma de compensación.
Una definición concreta de las intenciones del bloqueo se conoció
apenas en 1991 al desclasificarse una serie de documentos sobre
política exterior de Estados Unidos en los años inmediatos
posteriores al triunfo de la revolución cubana.
En la página 885 del informe del Departamento de Estado de
Estados Unidos de 1958 a 1960 (Volumen VI) aparece un memorándum
secreto fechado el 6 de abril de 1960 del Subsecretario Asistente
para Asuntos Interamericanos, Lester D. Mallory, que consignaba:
"... La mayoría de los cubanos apoya a Castro(... ) el único modo
previsible de restarle apoyo interno es a través del desencanto y la
insatisfacción que surjan del malestar económico y las dificultades
materiales(... ) hay que emplear rápidamente todos los medios
posibles para debilitar la vida económica de Cuba(... ) una línea de
acción que, aun siendo la más mañosa y discreta posible, logre los
mayores avances en privar a Cuba de dinero y suministros, para
reducirle sus recursos financieros y los salarios reales, provocar
el hambre, la desesperación y el derrocamiento del Go-bierno".
Más tarde, en ese mismo año 1960, el presidente Eisenhower
instituyó el "embargo" económico y comercial a Cuba. Pero el cruel e
inmoral método para tan ilegítimo fin nunca ha sido reconocido por
Washington pese a que lo han practicado y defendido con tenacidad
once sucesivos gobiernos de Estados Unidos, desde el republicano de
Eisenhower hasta el demócrata de Obama.
Las razones esgrimidas por la superpotencia para la irracional
política han ido, desde la nacionalización no compensada de
propiedades de estadounidenses antes mencionada, hasta "la
promoción" por Cuba de la insurrección en América Latina y África;
los peligros para su seguridad nacional por ser Cuba un satélite de
la Unión Soviética, pasando por supuestas violaciones de los
derechos humanos.
La historia se ha encargado de desmentir uno por uno estos
pretextos mediante el reconocimiento, por la mayoría de los
gobiernos actuales de América Latina y el Caribe llegados al poder
por vías democráticas, de los méritos del apoyo cubano a los
procesos de liberación en el continente; la continuidad del proceso
revolucionario cubano pese a la disipación de la Unión Soviética, y
el reconocimiento universal de Cuba como vanguardia en la lucha por
el respeto y la defensa de los derechos humanos, con resultados
grandes y concretos.
El hecho de que por vigésima segunda ocasión en igual número de
años sucesivos la comunidad mundial haya expresado un rechazo, que
se ha ido haciendo cada vez más unánime, al bloqueo de Estados
Unidos contra Cuba y nuevamente la representación de Washington en
la Asamblea General de la ONU se viera aislada y humillada ante la
opinión global y dejada en la más incómoda de las posiciones,
constituye un estímulo y una esperanza para las luchas de todos los
pueblos del mundo por su emancipación y dignidad.