Elogio de la altea: un ensayo raro y seductor

Marilyn Bobes

Pocos libros de ensayo tienen el poder de seducción y la diafanidad de lenguaje de Elogio de la altea o las paradojas de la racialidad con el que Zuleica Romay Guerra obtuvo el Premio Extraordinario de estudios sobre la presencia negra en la América y el Caribe contemporáneos otorgado por la Casa de las Américas en el 2012.

Zuleica Romay.

Confieso que la lectura de este texto me sorprendió favorablemente, entre otras cosas por la manera en que su autora supo armonizar numerosas disciplinas como la literatura, la sociología, la sicología, la estadística y la historia para ofrecer al lector el estudio más completo que, en mi opinión, se ha publicado en nuestro país sobre el racismo y la discriminación, temas que suscitan hoy uno de los más apasionados debates en la sociedad cubana y que no siempre son abordados desde todas las aristas que convergen en tan espinoso asunto.

Cabe destacar la valentía con que Romay ‘se desnuda’ y echa mano a sus vivencias personales para compartir con el receptor esa radiografía visceral de lo que significa el racismo cuando se experimenta en carne propia, ello sin recurrir a las trampas de un sentimentalismo que en este libro es reemplazado por la agudeza analítica y la racionalización comprometida con el conocimiento y el saber.

Pero el ensayo no queda en un mero resumen testimonial. La autora profundiza en las raíces históricas, compara el fenómeno nacional con la realidad de otros países de la región, entrevista a los sujetos que pueden enriquecer la trama siempre a partir de un equilibrio que no soslaya la explicación dialéctica ni la mirada necesaria hacia un pasado que permite el balance entre lo logrado, los posibles retrocesos y lo que queda por lograr.

Con frecuencia los ensayistas prestan más importancia al qué dicen que al cómo. En Elogio de la altea no sucede así. El lenguaje preciso, rico en vocablos, eficaz en términos expresivos y capaz de comunicarse con las mayorías se convierte en un factor protagónico en este libro inteligentemente estructurado y que puede leerse de un tirón sin que el tedio se apodere en ningún momento del lector.

Obra política de alguna manera, tiene la virtud de mostrarnos la cara humana del asunto a la vez que nos informa y convence.

El estilo apasionado de la autora no le impide aferrarse a la objetividad a partir de un profundo dominio del tema. Erudita sin parecerlo, Zuleica Romay es una de esas investigadoras que no se queda en la epidermis de las cosas. Todo material de consulta constituye para ella un pretexto para acercarse y corroborar sus originales hipótesis.

Solo una revolución —nos dice— un cambio social cismático y refundador, puede derribar los diques sociales construidos por el capitalismo, aunque siempre habrá que estar atentos a las sutiles tácticas de una reacción conservadora encaminada a "poner a los negros en su lugar"; y asumir que durante mucho tiempo, como la del horizonte, la línea de color será imaginable pero indeleble.

En el capítulo final, Zuleica propone cinco presupuestos que, a su entender, contribuirían a contrarrestar lo que en la cita anterior llama "las sutiles tácticas de una reacción conservadora".

De esta manera no se limita a analizar el racismo sino que se convierte en participante activa en la lucha contra ese flagelo.

Decía al principio que pocos libros de ensayo poseen el poder de seducción del que hemos comentado.

Mucho más que el merecido premio que alcanzó Elogio de la altea deberá convertirse en un texto de obligatoria lectura para todos. El racismo se disimula a veces en actitudes que algunos llaman políticamente correctas. Está en el subconsciente de muchos que nos creemos libres de sus tan arraigadas manifestaciones.

La lectura de Elogio de la altea constituye un buen ejercicio de desenmascaramiento a la vez que nos proporcionará eso que en ocasiones nos parece tan raro: el placentero disfrute de un texto teórico que parafraseando una frase no sé si tristemente célebre está escrito con la cabeza fría y el corazón muy pero que muy caliente.

 

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