 En 
			los cálculos de los intervencionistas se tenía muy en cuenta la 
			superioridad de sus fuerzas navales para imponer su voluntad al 
			adversario. Entre las formas posibles de empleo de esas fuerzas, el 
			bloqueo naval desempeñaba un papel principal. Por ello, desde 
			finales de marzo, una poderosa escuadra al mando del contralmirante 
			William T. Sampson estaba concentrada en Cayo Hueso, el punto del 
			territorio de Estados Unidos más próximo a Cuba. El día 21 de abril, 
			Sampson recibió órdenes: proceder al bloqueo de las costas de 
			Cuba desde Cárdenas a Bahía Honda. Bloquee Cienfuegos si lo 
			considera prudente. Se estaba dando inicio así a la intervención 
			militar de los Estados Unidos en Cuba.
En 
			los cálculos de los intervencionistas se tenía muy en cuenta la 
			superioridad de sus fuerzas navales para imponer su voluntad al 
			adversario. Entre las formas posibles de empleo de esas fuerzas, el 
			bloqueo naval desempeñaba un papel principal. Por ello, desde 
			finales de marzo, una poderosa escuadra al mando del contralmirante 
			William T. Sampson estaba concentrada en Cayo Hueso, el punto del 
			territorio de Estados Unidos más próximo a Cuba. El día 21 de abril, 
			Sampson recibió órdenes: proceder al bloqueo de las costas de 
			Cuba desde Cárdenas a Bahía Honda. Bloquee Cienfuegos si lo 
			considera prudente. Se estaba dando inicio así a la intervención 
			militar de los Estados Unidos en Cuba.
			Al amanecer del día siguiente, la poderosa escuadra 
			norteamericana navegaba hacia Cuba. Aproximadamente a las tres de la 
			tarde, los buques estadounidenses avistaron las costas cubanas y 
			sobre las cinco estaban frente a La Habana, permaneciendo fuera de 
			los 20 kilómetros de alcance de las baterías costeras.
			El día 23, la fuerza bloqueadora recibió refuerzos. Sampson 
			dividió entonces sus unidades en tres destacamentos: uno fue enviado 
			a bloquear Cárdenas y Matanzas, un segundo destacamento permaneció 
			frente a La Habana y el tercero fue enviado a patrullar desde La 
			Habana hasta Bahía Honda. El 29 de abril, el bloqueo fue extendido a 
			Cienfuegos.
			Las fuerzas navales españolas que se encontraban en Cuba no 
			tenían ningunas posibilidades frente a los bloqueadores. La 
			denominada Escuadrilla de las Antillas estaba compuesta por buques 
			anticuados, faltos en su mayoría de reparación y mantenimiento. En 
			cuanto a la defensa de puertos y costas, el único puerto que contaba 
			con obras y medios de defensa, más o menos adecuados, era La Habana.
			El bloqueo propiamente dicho fue combinado con otros tipos de 
			acciones como el hostigamiento a las defensas costeras y el corte de 
			los cables submarinos de comunicación. Entre las primeras merecen 
			citarse el bombardeo a las obras defensivas situadas a la entrada de 
			la Bahía de Matanzas el 27 de abril y la fracasada incursión 
			realizada el 11 de mayo en la Bahía de Cárdenas por varias unidades 
			navales norteamericanas, en la que resultó averiado el torpedero 
			Winslow y tuvieron los atacantes cinco bajas mortales y tres 
			heridos. Ese mismo día, un destacamento estadounidense cortó varios 
			cables submarinos en la entrada de la Bahía de Cienfuegos y sufrió 
			en la acción dos bajas mortales y doce heridos.
			Al conocerse por el mando estadounidense la noticia de la salida 
			hacia las Antillas de la escuadra española mandada por el 
			contralmirante Pascual Cervera, dispuso que sus mayores y mejores 
			buques se dedicaran a su búsqueda. Días después, el 29 de mayo, se 
			confirmó que Cervera había logrado entrar en Santiago de Cuba y, 
			como consecuencia, los norteamericanos concentraron allí el grueso 
			de sus fuerzas.
			No obstante, se continuaron capturando presas y realizando 
			acciones contra el litoral. El 13 de junio, un crucero auxiliar 
			estadounidense sostuvo fuego contra un cañonero español y las 
			baterías costeras en la entrada de Cienfuegos. El día 15, varios 
			buques bombardearon posiciones españolas en la Bahía de Guantánamo y 
			apoyaron un desembarco de infantes de marina. El 29, dos unidades 
			abrieron fuego contra fuerzas españolas en la boca de Río Hondo y el 
			30 de junio fue atacado Manzanillo. Otra incursión contra Manzanillo 
			tuvo lugar el 1ro. de julio. El día 2 fue atacado el fondeadero de 
			Tunas de Zaza.
			Después del 3 de julio, cuando la escuadra de Cervera fue 
			aniquilada frente a Santiago de Cuba, el bloqueo naval de los 
			puertos cubanos volvió a reforzarse y las acciones continuaron. El 
			día 12 de ese mes fue perseguido y hundido cerca de Cortés, costa 
			sur de Pinar del Río, el vapor Santo Domingo. Tres días después 
			fueron bombardeadas las defensas terrestres de Baracoa. El 18, un 
			fuerte destacamento naval estadounidense aniquiló a las cañoneras 
			españolas que se encontraban en Manzanillo. Ese mismo día, buques 
			norteamericanos hundieron al antiguo cañonero Jorge Juan en la 
			entrada de la Bahía de Nipe. El 12 de agosto varias unidades 
			sometieron a Manzanillo a un intenso e injustificado bombardeo. 
			Mención aparte merecen los sucesivos bombardeos navales a que fue 
			sometida Santiago de Cuba con el fin de aterrorizar a la población 
			civil y presionar así al mando español a rendir la plaza.
			Fue la población civil la que más sufrió las consecuencias del 
			bloqueo. Téngase en cuenta que el país estaba devastado por tres 
			años de guerra y, sobre todo, por los efectos de la reconcentración. 
			Gran parte de los alimentos tenían que ser importados.
			El comandante de un crucero alemán de visita en esos días en 
			puertos cubanos nos dejó su testimonio de aquellos sucesos: 
			Llegamos a La Habana el 1ro. de agosto (... ), el número de mendigos 
			en las calles se había incrementado. Turbas de gente pobre se 
			acercaban a los buques en pequeños botes para tratar de obtener 
			algún alimento. Mujeres hambrientas, con niños en brazos, cubiertos 
			de harapos, extendían sus manos pidiendo comida. Todo lo que flotaba 
			era examinado por esa gente miserable (... ). Su sufrimiento era 
			terrible. Estas escenas se repetían cada día, cada tarde...