Ícono
de belleza y sensualidad para varias generaciones de los cincuenta,
los sesenta y los setenta, la actriz y cantante española Sara
Montiel falleció ayer, en Madrid, a los 85 años de edad.
Nacida en La Mancha, en la localidad de Campo de Criptana, con el
nombre de María Antonia Abad Fernández, la Montiel debutó en el cine
con un pequeño papel en Te quiero para mí, de 1944, pero no
fue hasta 1957 que conoció la fama de la industria cinematográfica
con el filme El último cuplé, una de las películas más
taquilleras de la historia del cine español.
Desde ese entonces trabajó en más de 50 melodramas musicales,
algunos de gran éxito comercial, y grabó alrededor de una treintena
de discos. Conocida como la "manchega universal", la artista triunfó
en México y fue, además, la primera actriz española que conquistó
Hollywood, meca que abandonó porque, según reconoció, su cabello
oscuro y rasgos latinos limitaron su presencia a papeles secundarios
de india en westerns de la época.
Con un estilo inconfundible, acentuado por fumar puros encima del
escenario, Sarita —como le decían— tuvo una prolífera carrera no
solo en el cine, sino también en el teatro y la televisión. En 1975,
abandonó su carrera cinematográfica para dedicarse únicamente a la
música. Su tono de voz grave le permitió revitalizar el cuplé y
realizar interpretaciones de temas como Fumando espero o
Bésame mucho.
La artista, diva y mito del cine español, recibió numerosos
reconocimientos de la academia europea. Según refieren agencias de
prensa, la Montiel será enterrada hoy martes en el cementerio
madrileño de San Justo.