Tras cinco años de su último estreno, la compañía cubana de teatro callejero Gigantería alista los detalles de su próximo espectáculo, que bajo el título de Tierra santa verá la luz a principios del próximo año, anunció su director Roberto Salas.

El texto narra la historia de dos personas tratando de enfrentarse a su propio sueño, en un caso el de viajar hacia el exterior, y en otro, hacia dentro de sí mismo.

Es un espectáculo visual y musical de muñequería gigante, en el que habrá jirafas, mariposas, caracoles y un tiburón, precisó Salas.

Hay una historia de mar -de las personas que emigran y los accidentes que pueden sufrir en la travesía - pero, al final, ese hombre tiene una enseñanza: no se trata de viajar a otra parte, sino de abrir la puerta del corazón para que todos los caminos entren y salgan de él, porque nosotros somos el viaje, aseguró el artista.

En declaraciones a la prensa, Salas indicó que ya se trabaja en los diseños y en los primeros ensayos de la obra, los cuales se vieron interrumpidos durante el pasado Festival Leo Brouwer de Música de Cámara, en el que Gigantería presentó el macro espectáculo La Tarasca.

Traída por los españoles hace más de 200 años, esta leyenda empezó a ganar espacios y popularidad entre los habaneros, al extremo que con el tiempo resultó más importante el jolgorio, que la parte misma de la fe religiosa, motivo por el cual el rey Carlos III decidió prohibirla y sacarla de la isla.

Sin embargo, La Tarasca, los gigantes, los diablitos y los cabezudos, entre otras figuras, se convirtieron en un sello distintivo de la tradición, que hoy intenta rescatar Gigantería, una compañía que hace suya una parte del patrimonio cultural de la nación cubana.