GIBARA.—
La importancia del producto audiovisual como herramienta de cambios
fue abordada durante un foro sobre el tema, desarrollado en el X
Festival Internacional de Cine Pobre que se extenderá hasta el
próximo domingo en esta ciudad costera de la provincia de Holguín.
Los debates transcurrieron tras la exhibición de varios
documentales, entre ellos Translatina, que narra el
desgarrador modo de vida de travestis y homosexuales de varios
países latinoamericanos y su lucha por ganar el espacio negado por
personas e instituciones.
La mayoría de los presentes estuvo de acuerdo con la realizadora
cubana Lisette Vila al llamar a sus colegas para que recurran al
conocimiento y al poder de las emociones y difundan conceptos y
acciones transformadoras en bien de los seres humanos.
Al confirmar que Translatina fue realizado con la
colaboración del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD), su asesor técnico principal en Cuba, Carlos Cortés Falla,
señaló que el organismo ve en el Festival de Cine Pobre un vehículo
para combatir cualquier tipo de exclusión padecida por las personas.
Paralelo a los espacios de discusiones se desarrollan los
concursos de ficción y documentales, cuyos jurados evalúan obras
provenientes de España, Suiza, Estados Unidos, Colombia, México y
Cuba, entre otros países.
La gente de este pueblo que ama el mar anda contenta en las
calles, asiste a las discusiones, ve películas de buena factura como
Año Bisiesto, de Michael Rowe, comparte con los criollísimos
Aurora Basnuevo y Mario Limonta, y protagoniza los episodios del
largo de ficción Gibaras que resultará de esta edición
del festival, al tiempo que aguarda por el momento de la premiación
como si todas las obras en competencia fueran de su autoría.