Bahía de La Habana

No empañar su descontaminación

ORFILIO PELÁEZ
pelaez@granma.cip.cu

Tras ser la principal puerta al intercambio comercial de Cuba con el exterior, la Bahía de La Habana necesita lograr su total saneamiento, antes de hacer realidad el noble propósito de convertirla en un portal para el disfrute de actividades turísticas y recreativas.

fotos:Yaimí RaveloArmando Choy, presidente del GTE-BH.

Con un área aproximada de 5,2 kilómetros cuadrados, y una profundidad media de nueve metros, la rada capitalina llegó a convertirse a finales de la década de los ochenta del pasado siglo en una de las más contaminadas de la región del Caribe e, incluso, del mundo.

Tal deterioro obedeció, sobre todo, al efecto combinado del crecimiento de los núcleos poblacionales y de la actividad industrial y de servicios desarrollada en sus alrededores, el tránsito de incontables barcos, y el colapso de un obsoleto sistema de alcantarillado, construido entre los años 1913-1915, cuya capacidad está muy por debajo de las necesidades actuales.

La creación en 1998 del Grupo de Trabajo Estatal para el Saneamiento y Conservación de la Bahía de la Habana (GTE-BH) marcó un hito en los esfuerzos del Estado cubano por detener la degradación y comenzar su gradual rescate, incluida la totalidad de su cuenca hidrográfica y la zona costera aledaña.

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En opinión del General de Brigada (r) y Máster Armando Choy Rodríguez, presidente del GTE-BH, el proceso de limpieza de las aguas iniciado hace casi tres lustros continúa, y la carga contaminante que llega a la rada hoy disminuyó en un 58 %, con respecto a los indicadores de hace catorce años.

La presencia de desechos sólidos todavía es alta en los drenajes pluviales que tributan al estuario.

Según precisó, se registra un aumento de los niveles de oxígeno disuelto en agua (principal indicador de la recuperación), y la reaparición de las aves y peces son signos evidentes de esa paulatina mejoría.

Pero el saneamiento de la bahía aún enfrenta considerables dificultades. Así en el 2011 ascendían a 103 las fuentes contaminadoras que todavía aportan desechos al estuario.

Aparecen en la relación la refinería de petróleo Ñico López, la central termoeléctrica Otto Parellada, el Grupo Electrógeno de Regla (carece del sistema para tratar el combustible residual), la Planta de Hormigón Machaco Ameijeiras, Suchel Proquimia, Empacadora El Ebro, y la Refinería de Aceite Alberto Álvarez, que hoy incumple con las condicionales por las que le fue otorgada la licencia ambiental en 1999.

En las visitas de control efectuadas durante el pasado año por el GTE-BH para verificar y evaluar el cumplimiento de los planes de medidas de las empresas contaminantes, dirigidos a disminuir de forma paulatina esa condición, fue identificado un conjunto de deficiencias, como son el no incluir dentro de ellos objetivos cuantificables, indicadores de medición y los posibles costos de las inversiones a ejecutar.

Asimismo hay inestabilidad en la permanencia de los directivos y coordinadores ambientales, mal manejo de residuales sólidos, deficiente funcionamiento de los sistemas de tratamiento existentes, y bajo nivel de introducción de prácticas de Producción Más Limpia.

Los mayores volúmenes de residuales líquidos y sólidos de origen doméstico e industrial son aportados a través de los ríos Luyanó (representa el 45 % de la carga contaminante), y Martín Pérez, a los cuales se suman los tributados por varios drenajes pluviales, fundamentalmente los de Agua Dulce, Matadero y San Nicolás.

Por eso, señala Armando Choy, las principales obras en ejecución para mejorar la higiene ambiental de la bahía contemplan la planta de tratamiento de las aguas del río Luyanó, que debe terminarse en el 2013 y será capaz de depurar un metro cúbico de agua por segundo, y el DREN AGUA DULCE, cuya función será evitar el desagüe de significativas cantidades de desechos a la ensenada de Atarés.

Mediante la colaboración de agencias especializadas, organismos internacionales, y entidades gubernamentales de varios países, también se acometerán varias plantas para sanear aguas en diferentes barrios asentados en la cuenca hidrográfica de la bahía, la cual abarca diez municipios capitalinos con una población aproximada de más de 900 mil habitantes.

En opinión del presidente del GTE-BH, las dificultades referidas al irregular servicio de los equipos especializados en la recogida de sólidos flotantes durante los últimos tres años incide en los esfuerzos por avanzar más en el saneamiento de la rada, al igual que el haberse detenido la extracción de embarcaciones hundidas o semihundidas, y los pilotes, al no contar con grúas especializadas para esa labor.

Aunque disminuyó la presencia de hidrocarburos, metales pesados, y mejoró el aspecto paisajístico del acuatorio, el estado hidroquímico del agua continúa en el rango de malo. De acuerdo con lo expresado por varios especialistas del GTE-BH, será una quimera aspirar a la completa descontaminación de la bahía antes de que se rehabilite y aumente la capacidad del alcantarillado central de la ciudad.

Mientras llegue ese momento, el gradual rescate ambiental de la rada y su cuenca hidrográfica debe continuar sin retrocesos. Nada debe empañar esa compleja labor.

El Parque Temático Ecológico Río Hondo ocupará alrededor de 236 hectáreas situadas entre los municipios de San Miguel del Padrón y Arroyo Naranjo, justo donde nace el río Luyanó, principal tributario de la carga contaminante que llega a la bahía. Según explicó su directora, la Máster en Ciencias Silvia Vilma García Fernández, además de contribuir al saneamiento de la rada habanera, por sus bellezas paisajísticas y los proyectos previstos para el manejo integrado de los recursos agua, suelo, forestal y empleo de energías renovables, el lugar debe convertirse en un sitio ideal para la recreación y fomento de una cultura de respeto a la naturaleza.

 

 

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