Para los cubanos, esencialmente, las innovaciones con aportes
concretos, capaces de resolver carencias en determinados frentes
productivos, siempre son bienvenidas, aunque —paradójicamente— en
numerosas ocasiones no se aplican.
¿Qué causas originan esta situación? ¿Qué se hace para
revertirla? Aunque no se deja de comprender el hecho de que muchas
investigaciones e innovaciones adolezcan de adecuados estudios de
factibilidad, uno de los problemas radica en la escasa y mala
planificación a la hora de que las empresas, centros e instituciones
incluyan en su presupuesto los proyectos o líneas investigativas a
desarrollar posteriormente. Al no hacerlo, no se prevén,
lógicamente, los aseguramientos que se requieren para llevarlos a
cabo y poder extender así su aplicación.
No obstante, también se dan casos de algunas instituciones que sí
planifican sus proyecciones y que luego no pueden llevarlas a feliz
término debido a "ajustes" en el presupuesto asignado, donde —en
definitiva— termina "sacrificada" la ciencia, según afirmaron a
Granma directivos de Ciencia y Técnica de distintas empresas y
centros. En este sentido, hay que decir, además, que en múltiples
oportunidades no se le da a este tema la prioridad que amerita.
Otro factor importante es la pertinencia de partir de estudios de
factibilidad, en aras de que los proyectos respondan a necesidades
reales de las entidades y enfocar objetivamente el trabajo
científico. Pero, desafortunadamente, este eslabón esencial de la
cadena muchas veces se viola y entonces vienen las especulaciones y
los porrazos.
Con el propósito de aplicar el talento y la innovación
tecnológica en todos los frentes de la economía y los servicios, la
capital volcó el pasado año su punto de mira hacia tres metas
fundamentales: fortalecer la participación de los colectivos
laborales en la búsqueda de soluciones que respalden los programas
priorizados, avanzar en la generalización de los resultados y
continuar perfeccionando el Movimiento del Fórum.
Entre las principales fortalezas durante el 2011, estuvo la
constancia en el empeño por elevar la eficiencia en la economía, la
producción y los servicios, lo cual fue factible por el respaldo del
movimiento científico-técnico, organizado en 826 empresas y unidades
presupuestadas, que involucró a más de 65 mil 800 trabajadores —de
manera directa— en la respuesta a problemas técnicos identificados
en los diferentes centros.
Otra fortaleza está relacionada con un tema prioritario para el
país: la producción de alimentos, específicamente a través de la
Agricultura Urbana y Suburbana.
A pesar de las desfavorables condiciones climatológicas, durante
el primer semestre en este territorio se cumplió con lo planificado
para la producción agropecuaria, en buena medida gracias a las
invenciones y soluciones presentadas por el Movimiento, así como al
trabajo mancomunado de diferentes organismos y asociaciones,
especialmente de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños.
Investigaciones sobre el nematicida biológico Thurisave-25; el
desarrollo, producción y empleo de un biofertilizante líquido para
el cultivo mecanizado de la soya en Cuba; y la obtención de bulbos
de ajo a partir de germoplasma conservado in Vitro,
estuvieron entre las aportaciones más relevantes en este sentido.
De gran impacto, además, resultaron las contribuciones
relacionadas con la Salud Pública, la Informática y las
Comunicaciones, así como la eficiencia energética (fundamentalmente
el ahorro de combustibles, lubricantes y electricidad, y la
reparación de equipos electrodomésticos que conforman el módulo de
la Revolución Energética).
En esta última sobresalen contribuciones como la sustitución de
cable interno en las hornillas eléctricas, la adaptación del
block de conexión de la olla multipropósito, la solución de
salideros internos por alta en los refrigeradores Haier y la
fabricación de una bazuca artesanal para destupir el capilar de los
mismos, además de la innovación de un comprobador de componentes y
flyback.
La sustitución de importaciones y el desarrollo de renglones
exportables —ineludibles por su impacto en la economía nacional—
constituyeron temas priorizados por el Fórum durante el año y, en
relación con ellos, se continuarán implementando acciones con vistas
a su fortalecimiento.
Asimismo, la gestión medioambiental se vio favorecida por la
extensión y aplicación de investigaciones como la evaluación de
riesgo de la salud humana por exposición en sitios contaminados y la
generación del modelo PETROMAR para el pronóstico de la trayectoria
y destino de manchas de petróleo en el mar.
Sin embargo, no todos los resultados científicos corren la misma
suerte. Y este hecho no solo afecta a la capital, similares
experiencias se repiten en el resto del país. La despreocupación y
la falta de atención siguen impidiendo que se socialicen
adecuadamente las inventivas. Por otra parte, se "elevan"
innovaciones y resultados con el fin de que se apruebe su
aplicación, pero las orientaciones para ello no "bajan", como el
caso del fertilizante de urea furfural.
Burocratismo y otros "ismos" más, contraproducentes todos,
también inciden negativamente en ello.
Ante esta situación, urge ahora, más que en cualquier otro
momento, poner la ciencia en función de la eficiencia.