Cubria’s Trío: pasos cubanos en el jazz balcánico

Pedro de la Hoz, Enviado especial

LJUBLJANA.— Desde hace unos meses en la escena jazzística eslovena ha comenzado a destacarse la presencia del Cubría’s Trio, una formación que se propone promover la vertiente latina de esa ecuménica expresión musical.

La integración de la pequeña banda habla por sí misma de por qué lado van los tiros: un guitarrista y líder cubano, Arel Cubría; un contrabajista croata, Kreso Tomec, y un percusionista esloveno, Blaz Celarec. Cubría ha hecho explícita su vocación: "El mestizaje es el futuro del jazz, cada vez se puede invocar menos la pureza"

De Portoroz a Ankaran, en la costa adriática, a festivales en Ljubljana y otras ciudades eslovenas, con intervenciones en Austria y Croacia, el trío ha dejado testimonio de ese fuego en el que se cuece la impronta del guitarrista con la experiencia de sus compañeros de ruta.

En el rango de la excelencia se debe citar la versión de Mambo influenciado, la pieza que Chucho Valdés compuso en 1964 para marcar un hito en el jazz afrocubano.

Pero también Cubria’s Trío sorprende por la manera tan intensa y original con que acercan al latin tinge clásicos de Herbie Hancock o el inefable Stella by Starlight de Victor Young, popularizado en su versión instrumental por Charlie Parker y en la vocal por Frank Sinatra.

Formado en el rigor de la academia cubana, y con los oídos puestos en el ejercicio del ex Irakere Carlos Emilio Morales y de Jorge Luis Chicoy, Ariel se hizo notar como guitarrista y compositor en La Habana y luego en España y Argentina, país este último donde grabó su primer disco en calidad de cantautor, contando con la colaboración del laureado pianista norteamericano Bob Telson.

A principios de la década pasada se interesó por cultivar lo que llamó smooth latin jazz, en atención a la inclusión de las claves cubanas en ese territorio del jazz contaminado con el rhythm and blues y el soul, tan caro al guitarrista George Benson.

Mas, en la actualidad, y con la ventura de estar acompañado por Tomec, piedra angular en la base de Cubismo, banda croata especializada en la música cubana; y por Celarec, el más latino de los percusionistas eslovenos, las propuestas de Cubría ganan en espesor conceptual, sin obviar el virtuosismo de su ejecución guitarrística.

Queda una signatura pendiente: presentarse en Cuba. Ojalá que ello sea posible en el próximo festival Jazz Plaza.

 

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