Dadas
las condiciones favorables para su cultivo, la superficie que en
Cuba se dedica al garbanzo va en ascenso, lo cual ya comienza a
hacerse notar también en los mercados.
La zona oriental es el motor que impulsa la producción del
garbanzo, al lograr alentadores incrementos de hectáreas dedicadas a
este cultivo: Las Tunas (700) y Guantánamo (250), por ejemplo.
A estas provincias se sumaron Mayabeque, Villa Clara, Cienfuegos
y Sancti Spíritus, con valores provinciales que rondan las 100 y las
150 hectáreas.
El ingeniero Osvaldo Puig Triana, especialista en granos del
Ministerio de la Agricultura, expresó a Granma que ahora
ultiman los detalles organizativos para que en la campaña del 2011
todas las provincias se encuentren incorporadas, en mayor o menor
escala, a este programa.
Afirmó que, por lo general, el periodo óptimo para la siembra se
ubica entre noviembre y mediados de diciembre y los preparativos
tienen un fin: llegar en este año a unas 1 700 hectáreas (en la
pasada campaña se lograron unas 1 300).
Elogió la disciplina y el esfuerzo de los tuneros por ser los
líderes en este cultivo y elevar la producción de garbanzos con
índices favorables de rendimiento agrícola.
En una experiencia que ahora tiende a generalizarse, obtener un
rendimiento promedio entre 0,8 y 1 tonelada por hectárea, es obra de
una sistemática atención desde la siembra hasta la cosecha, ciclo
que debe durar unos 90 o 100 días.
Este programa se apoya, según los técnicos, en sembrar variedades
ideales para nuestro clima y en poseer hoy un conocimiento mayor
sobre las características y el alcance de este cultivo, lo cual
brinda más seguridad y estímulo a los productores.
Para lograr la permanencia de la leguminosa en el surtido de
granos que se ofrece hoy, es necesario establecer un sistema de
producción de semillas que sostenga la integridad genética y física
de las variedades en producción.
En los últimos años se han evaluado en el Banco de Germoplasma
del Instituto de Investigaciones Fundamentales de la Agricultura
Tropical (INIFAT) más de 80 variedades de garbanzo de diferentes
países productores tradicionales como México, España y otros.
El garbanzo, originario del sudeste de Turquía, está hoy en la
lista de las leguminosas más desarrolladas después de la soya, el
haba, los frijoles y los chícharos o guisantes. Su rendimiento
agrícola se mueve en el rango de unas 1,3 toneladas por hectárea.
Para los productores nacionales, al tanto del precio del grano
internacionalmente, por sus costos relativamente bajos de producción
(al medirse con otras especies), este se convierte en un cultivo
sumamente atractivo.
También para los consumidores: su valor nutricional en proteínas
es de 22,1 %.
Especialistas que velan atentamente por el desarrollo del
garbanzo, aclaran que no se trata de un maratón para ver quién
siembra más. Lo importante es ir paso a paso y no violar ninguna de
las exigencias que este cultivo demanda. El aumento de su presencia
en los mercados debe tener como sostén un rendimiento por hectárea
que justifique la inversión.