Argelia revoluciona la salud pública y la relación con Cuba

GABRIEL MOLINA, enviado especial

Un ejército de batas blancas cubano ha irrumpido en el sur de Argelia para contribuir a revolucionar la salud pública en el Sahara.

El ministro de la Salud del Pueblo y de la Reforma Hospitalaria argelino, Djamel Oüld Abbas, lo caracterizó: "el presidente Bouteflika me ha orientado de manera muy clara fortalecer y continuar ampliando las relaciones de cooperación con Cuba".

La tradición internacionalista de los médicos cubanos se inició en Argelia.

Abbas inició así la firma de un convenio sobre el programa oftalmológico con Eumelio Caballero, embajador de Cuba en Argel, y avanzó con Raúl Roa Kourí, asesor especial del ministro cubano de Comercio Exterior y Colaboración, detalles de la próxima reunión a nivel ministerial en enero.

Se firmarán entonces en La Habana otros acuerdos para la ampliación del programa materno-infantil y servicios en nuevas esferas como la cardiología y urología.

El convenio fue rubricado el jueves 16 de diciembre. El Ministro aludió al dinámico programa, ideado por Bouteflika y Fidel, con "un país que, a pesar del bloqueo que ya dura 50 años, es uno de los más avanzados en el tema de la salud pública; es una potencia médica con sus programas sobre mortalidad infantil y materna, con la vacunación universal y otros, sin olvidar sus logros en el deporte para crear gloriosas figuras como Javier Sotomayor".

Desde la apertura, el Ministro creó un distendido ambiente al hablar de los antecedentes históricos de la relación cubano-argelina. Recordó cómo el primer alto dirigente cubano en visitar Argelia, en julio de 1963, el comandante Che Guevara, hizo una reflexión con la que hizo reír a los presentes: al escuchar una ráfaga de ametralladoras en la calle, comentó con naturalidad: "En Argelia hasta el desorden es revolucionario".

Unos tres meses antes de esa visita del Che, en abril del 1963, el entonces Primer Ministro Fidel Castro envió a la destrozada Argelia la primera brigada médica con carácter permanente donada por Cuba a un Estado amigo. El altruista gesto se realizó a pesar de que en los cuatro años anteriores, una buena cantidad de los médicos con que contaba Cuba habían emigrado, aconsejados desde Washington. La ayuda se ha mantenido sin interrupción.

A una pregunta de Granma, el Ministro dijo estar más que satisfecho con el trabajo de los profesionales cubanos, que se refleja en resultados como la reducción de la mortalidad infantil y la materna, al punto que la parte argelina ha solicitado incrementar la cifra de especialistas a más de 300.

El embajador Eumelio Caballero, por su parte, agradeció con regocijo las palabras del Ministro, las cuales reflejan los sentimientos de hermandad y solidaridad en relaciones iniciadas desde cuando se luchaba aún por conseguir la independencia.

Aseguró Caballero que todos los miembros de la brigada médica y los diplomáticos cubanos se sienten comprometidos con esta tarea que "cumplimentaremos con dinamismo, contentos de constatar la decisión de las más altas figuras de nuestros gobiernos de que llegue la salud a todo el pueblo argelino y especialmente a los más necesitados".

Recientemente se han firmado también con Argelia importantes acuerdos que cubren la transferencia de tecnología para la producción de vacunas, como la Hepatitis B, medicamentos genéricos y de la biotecnología, el tratamiento del pie diabético con el novedoso producto cubano Hebertprot.

El Programa Oftalmológico para la prestación de servicios en el nuevo Hospital de Ouargla, fue objeto del primero de los tres acuerdos firmados. Es parte de un proyecto que consiste en la construcción de siete hospitales en esa disciplina —explicó el embajador cubano a Granma—, principalmente en provincias (Wilayas) del macizo central y el sur del país, donde las condiciones del desierto dan origen a mayores enfermedades de los ojos. Comprende las ciudades que llevan el nombre de sus respectivas provincias: Djelfa, Ouargla, Bechar, El Oued, Tamanrrasset. También fueron seleccionadas Sétif y Tlemcen que no están enclavadas en zonas desérticas. El segundo acuerdo es la asistencia en el servicio de Oncología, al que 64 profesores serán incorporados. El tercero regula el financiamiento argelino y estudios ya realizados para los nuevos hospitales.

Caballero informó que la Empresa Servicios Médicos Cubanos, tuvo a su cargo la construcción de dichos hospitales. "La dirección de la obra es cubana: arquitectos, ingenieros, proyectistas —agregó—, y la ejecución se realiza con empresas argelinas subcontratadas.

"También tiene a su cargo todo el proceso selectivo de los especialistas y técnicos de la salud que deben garantizar la atención especializada en estos hospitales, así como la gerencia de los mismos. O sea, es una operación completa que comprende desde la construcción hasta la atención de los pacientes.

"Teniendo en cuenta que Argelia es un país que dispone de recursos financieros, principalmente de sus riquezas energéticas, esta colaboración es compensada y de mutuo beneficio. Mediante acuerdos y convenidos intergubernamentales, el Gobierno argelino financia todo el proceso constructivo, así como los servicios que posteriormente también garantiza Cuba mediante la gerencia de esos hospitales y los servicios especializados con médicos y técnicos de la medicina."

Djelfa fue el primer y mayor hospital del programa. Con una plantilla de 126 especialistas y técnicos, se abrió al público en abril del 2007, los otros emplean alrededor de 80 en cada uno. El de Ouargla fue inaugurado por el presidente Bouteflika en octubre último, con la presencia del embajador Caballero. Próximamente culminarán las obras del de Bechar y a mediados de año próximo las de El Oued. En el 2011 debe ser situado por el Gobierno argelino el financiamiento para comenzar la construcción de los tres restantes: Sétif, Tlemcen y Tamanrrasset.

Los proyectos contaron con el impulso que significaron las visitas de los presidentes Raúl Castro y Abdelaziz Bouteflika a los respectivos países, y comenzaron desde hace también tres años con el programa materno-infantil que lleva el nombre de Vilma Espín. Se emprendió con una plantilla de 125 especialistas, quienes trabajan en 14 wilayas del sur del país. Con la ampliación de la colaboración, este programa también pasa a la modalidad de servicios compensados por parte del Ministerio de Salud argelino.

La doctora Juana María Larrea Salazar, especialista en Medicina general e integral, graduada en 1986 en el Instituto de Ciencias Médicas de Villa Clara, es la directora en Argelia de la Empresa de Servicios Médicos cubanos, que cuenta ahora con 288 médicos, paramédicos y técnicos. De ellos, 60 trabajan en el programa de oncología. En el futuro próximo también contarán con servicios de urología y cardiología, dijo a Granma.

Los lazos de Argelia y Cuba no se limitan a la medicina, pues están establecidos en el comercio y las finanzas con un monto superior a los 300 millones de dólares. Se manifiestan también en el deporte, el turismo, los recursos hidráulicos, la educación y la cultura, con asesorías e intercambios fructíferos.

ÁMBITO POLÍTICO

Las relaciones, el diálogo y el intercambio político entre ambos países se encuentran como vemos al más alto nivel. Sus raíces históricas datan de los años 60 del siglo XX, en que los argelinos desarrollaban su lucha por liberarse del yugo colonial francés.

A inicios del verano de 1961, solo meses después de haber aniquilado el desembarco por la Bahía de Cochinos organizado por el gobierno de Estados Unidos, Cuba envió azúcar a los guerrilleros argelinos, así como fusiles y municiones arrebatados al ejército de Batista. El contacto fue encargado por Fidel a Jorge Ricardo Masetti, quien fue a las montañas argelinas para preguntar al coronel Houari Boumedien qué les hacía falta para ayudarlos en su lucha.

El periodista argentino volvió a las montañas con la respuesta positiva y la nueva pregunta de Fidel ¿adónde transportar las armas solicitadas? Y se trasladó después al puerto de Casablanca para recibirlas y entregarlas. En octubre de 1963 el Gobierno argelino pidió ayuda de Cuba. Se trataba de rechazar la invasión de la monarquía marroquí, que contaba con medios militares modernos de los cuales carecía el ejército guerrillero argelino. Una semana después llegaban por vía aérea altos oficiales del ejército cubano, encabezados por Efigenio Ameijeiras y Flavio Bravo, para dirigir las operaciones militares. Mientras tanto, en medio del huracán Flora, que devastó la zona oriental de la Isla, zarpó en un mercante cubano una brigada de modernos tanques soviéticos T-34 y más de 700 combatientes que arribó al puerto de Orán el 17 de octubre de 1963.

En los hospitales cubanos fueron atendidos después cientos de soldados heridos y de niños y jóvenes argelinos que sufrían las secuelas de la guerra. Ellos viajaron a La Habana en el regreso del buque transportador de las armas y muchos permanecieron después en Cuba y estudiaron carreras universitarias; dos de ellos hoy son aún profesores en la Universidad de Orán.

Los invasores marroquíes tomaron en el primer momento territorios fronterizos, algunos de los cuales fueron recuperados en cruentos combates por el ejército guerrillero argelino. Pero a la vista de los tanques cubanos, la monarquía alauita desistió de su aventura. Los militares cubanos permanecieron meses en un campamento en Bedó, para instruir a los argelinos en el uso de los blindados que les fueron donados por Fidel y Raúl. Todavía en el Sahoura y la Oranie se recuerda la acción de los jóvenes médicos cubanos que allí llegaron como parte de aquella expedición, quienes de inmediato abrieron un hospital de campaña para atender a la población civil ingentemente necesitada de asistencia médica.

 

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