Abbas inició así la firma de un convenio sobre el programa
oftalmológico con Eumelio Caballero, embajador de Cuba en Argel, y
avanzó con Raúl Roa Kourí, asesor especial del ministro cubano de
Comercio Exterior y Colaboración, detalles de la próxima reunión a
nivel ministerial en enero.
Se firmarán entonces en La Habana otros acuerdos para la
ampliación del programa materno-infantil y servicios en nuevas
esferas como la cardiología y urología.
El convenio fue rubricado el jueves 16 de diciembre. El Ministro
aludió al dinámico programa, ideado por Bouteflika y Fidel, con "un
país que, a pesar del bloqueo que ya dura 50 años, es uno de los más
avanzados en el tema de la salud pública; es una potencia médica con
sus programas sobre mortalidad infantil y materna, con la vacunación
universal y otros, sin olvidar sus logros en el deporte para crear
gloriosas figuras como Javier Sotomayor".
Desde la apertura, el Ministro creó un distendido ambiente al
hablar de los antecedentes históricos de la relación
cubano-argelina. Recordó cómo el primer alto dirigente cubano en
visitar Argelia, en julio de 1963, el comandante Che Guevara, hizo
una reflexión con la que hizo reír a los presentes: al escuchar una
ráfaga de ametralladoras en la calle, comentó con naturalidad: "En
Argelia hasta el desorden es revolucionario".
Unos tres meses antes de esa visita del Che, en abril del 1963,
el entonces Primer Ministro Fidel Castro envió a la destrozada
Argelia la primera brigada médica con carácter permanente donada por
Cuba a un Estado amigo. El altruista gesto se realizó a pesar de que
en los cuatro años anteriores, una buena cantidad de los médicos con
que contaba Cuba habían emigrado, aconsejados desde Washington. La
ayuda se ha mantenido sin interrupción.
A una pregunta de Granma, el Ministro dijo estar más que
satisfecho con el trabajo de los profesionales cubanos, que se
refleja en resultados como la reducción de la mortalidad infantil y
la materna, al punto que la parte argelina ha solicitado incrementar
la cifra de especialistas a más de 300.
El embajador Eumelio Caballero, por su parte, agradeció con
regocijo las palabras del Ministro, las cuales reflejan los
sentimientos de hermandad y solidaridad en relaciones iniciadas
desde cuando se luchaba aún por conseguir la independencia.
Aseguró Caballero que todos los miembros de la brigada médica y
los diplomáticos cubanos se sienten comprometidos con esta tarea que
"cumplimentaremos con dinamismo, contentos de constatar la decisión
de las más altas figuras de nuestros gobiernos de que llegue la
salud a todo el pueblo argelino y especialmente a los más
necesitados".
Recientemente se han firmado también con Argelia importantes
acuerdos que cubren la transferencia de tecnología para la
producción de vacunas, como la Hepatitis B, medicamentos genéricos y
de la biotecnología, el tratamiento del pie diabético con el
novedoso producto cubano Hebertprot.
El Programa Oftalmológico para la prestación de servicios en el
nuevo Hospital de Ouargla, fue objeto del primero de los tres
acuerdos firmados. Es parte de un proyecto que consiste en la
construcción de siete hospitales en esa disciplina —explicó el
embajador cubano a Granma—, principalmente en provincias (Wilayas)
del macizo central y el sur del país, donde las condiciones del
desierto dan origen a mayores enfermedades de los ojos. Comprende
las ciudades que llevan el nombre de sus respectivas provincias:
Djelfa, Ouargla, Bechar, El Oued, Tamanrrasset. También fueron
seleccionadas Sétif y Tlemcen que no están enclavadas en zonas
desérticas. El segundo acuerdo es la asistencia en el servicio de
Oncología, al que 64 profesores serán incorporados. El tercero
regula el financiamiento argelino y estudios ya realizados para los
nuevos hospitales.
Caballero informó que la Empresa Servicios Médicos Cubanos, tuvo
a su cargo la construcción de dichos hospitales. "La dirección de la
obra es cubana: arquitectos, ingenieros, proyectistas —agregó—, y la
ejecución se realiza con empresas argelinas subcontratadas.
"También tiene a su cargo todo el proceso selectivo de los
especialistas y técnicos de la salud que deben garantizar la
atención especializada en estos hospitales, así como la gerencia de
los mismos. O sea, es una operación completa que comprende desde la
construcción hasta la atención de los pacientes.
"Teniendo en cuenta que Argelia es un país que dispone de
recursos financieros, principalmente de sus riquezas energéticas,
esta colaboración es compensada y de mutuo beneficio. Mediante
acuerdos y convenidos intergubernamentales, el Gobierno argelino
financia todo el proceso constructivo, así como los servicios que
posteriormente también garantiza Cuba mediante la gerencia de esos
hospitales y los servicios especializados con médicos y técnicos de
la medicina."
Djelfa fue el primer y mayor hospital del programa. Con una
plantilla de 126 especialistas y técnicos, se abrió al público en
abril del 2007, los otros emplean alrededor de 80 en cada uno. El de
Ouargla fue inaugurado por el presidente Bouteflika en octubre
último, con la presencia del embajador Caballero. Próximamente
culminarán las obras del de Bechar y a mediados de año próximo las
de El Oued. En el 2011 debe ser situado por el Gobierno argelino el
financiamiento para comenzar la construcción de los tres restantes:
Sétif, Tlemcen y Tamanrrasset.
Los proyectos contaron con el impulso que significaron las
visitas de los presidentes Raúl Castro y Abdelaziz Bouteflika a los
respectivos países, y comenzaron desde hace también tres años con el
programa materno-infantil que lleva el nombre de Vilma Espín. Se
emprendió con una plantilla de 125 especialistas, quienes trabajan
en 14 wilayas del sur del país. Con la ampliación de la
colaboración, este programa también pasa a la modalidad de servicios
compensados por parte del Ministerio de Salud argelino.
La doctora Juana María Larrea Salazar, especialista en Medicina
general e integral, graduada en 1986 en el Instituto de Ciencias
Médicas de Villa Clara, es la directora en Argelia de la Empresa de
Servicios Médicos cubanos, que cuenta ahora con 288 médicos,
paramédicos y técnicos. De ellos, 60 trabajan en el programa de
oncología. En el futuro próximo también contarán con servicios de
urología y cardiología, dijo a Granma.
Los lazos de Argelia y Cuba no se limitan a la medicina, pues
están establecidos en el comercio y las finanzas con un monto
superior a los 300 millones de dólares. Se manifiestan también en el
deporte, el turismo, los recursos hidráulicos, la educación y la
cultura, con asesorías e intercambios fructíferos.
Las relaciones, el diálogo y el intercambio político entre ambos
países se encuentran como vemos al más alto nivel. Sus raíces
históricas datan de los años 60 del siglo XX, en que los argelinos
desarrollaban su lucha por liberarse del yugo colonial francés.
A inicios del verano de 1961, solo meses después de haber
aniquilado el desembarco por la Bahía de Cochinos organizado por el
gobierno de Estados Unidos, Cuba envió azúcar a los guerrilleros
argelinos, así como fusiles y municiones arrebatados al ejército de
Batista. El contacto fue encargado por Fidel a Jorge Ricardo Masetti,
quien fue a las montañas argelinas para preguntar al coronel Houari
Boumedien qué les hacía falta para ayudarlos en su lucha.
El periodista argentino volvió a las montañas con la respuesta
positiva y la nueva pregunta de Fidel ¿adónde transportar las armas
solicitadas? Y se trasladó después al puerto de Casablanca para
recibirlas y entregarlas. En octubre de 1963 el Gobierno argelino
pidió ayuda de Cuba. Se trataba de rechazar la invasión de la
monarquía marroquí, que contaba con medios militares modernos de los
cuales carecía el ejército guerrillero argelino. Una semana después
llegaban por vía aérea altos oficiales del ejército cubano,
encabezados por Efigenio Ameijeiras y Flavio Bravo, para dirigir las
operaciones militares. Mientras tanto, en medio del huracán Flora,
que devastó la zona oriental de la Isla, zarpó en un mercante cubano
una brigada de modernos tanques soviéticos T-34 y más de 700
combatientes que arribó al puerto de Orán el 17 de octubre de 1963.
En los hospitales cubanos fueron atendidos después cientos de
soldados heridos y de niños y jóvenes argelinos que sufrían las
secuelas de la guerra. Ellos viajaron a La Habana en el regreso del
buque transportador de las armas y muchos permanecieron después en
Cuba y estudiaron carreras universitarias; dos de ellos hoy son aún
profesores en la Universidad de Orán.
Los invasores marroquíes tomaron en el primer momento territorios
fronterizos, algunos de los cuales fueron recuperados en cruentos
combates por el ejército guerrillero argelino. Pero a la vista de
los tanques cubanos, la monarquía alauita desistió de su aventura.
Los militares cubanos permanecieron meses en un campamento en Bedó,
para instruir a los argelinos en el uso de los blindados que les
fueron donados por Fidel y Raúl. Todavía en el Sahoura y la Oranie
se recuerda la acción de los jóvenes médicos cubanos que allí
llegaron como parte de aquella expedición, quienes de inmediato
abrieron un hospital de campaña para atender a la población civil
ingentemente necesitada de asistencia médica.