MATANZAS.— Varias acciones en favor del teatro de títeres y para
niños han convertido a Matanzas en la ciudad de los títeres. La
urbe, ahora también sede de la presidencia y la secretaría general
del nuevo Centro Cubano de la UNIMA (Unión Internacional de la
Marioneta), acogió durante dos jornadas a los titiriteros miembros
de la organización que celebraron, en diversos espacios y con
numerosas actividades, la primera reunión nacional del Centro.
Reconstituida el pasado 18 de abril, en el 9no. Taller
Internacional de Títeres, la UNIMA cuenta ya con una membresía que
sobrepasa los cincuenta. El comité ejecutivo, regido por el Premio
Nacional de Teatro René Fernández Santana e integrado por el
dramaturgo Norge Espinosa, el titiritero Armando Morales (ambos
vicepresidentes), la teatróloga Blanca Felipe (tesorera) y el
director y actor Rubén Darío Salazar (secretario general), presidió
en el Centro de Documentación e Investigación Israel Moliner, los
diálogos donde se debatieron nuevas estrategias y proyectos para
desarrollar acciones concretas que enriquezcan la calidad del teatro
de figuras en todo el país.
Conferencias sobre dramaturgia y la historia del títere cubano,
exhibición de materiales audiovisuales, una muestra sobre la vida de
Pelusín del Monte, en la Galería El Retablo, y las puestas en
escenas de Caperucita Roja Rojita, por Teatro Papalote, y de
la pieza de Dora Alonso Quico Quirico, por el Teatro Nacional
de Guiñol, tuvieron lugar en el marco de la reunión en la cual,
además, intervinieron los contactos regionales de Guantánamo,
Santiago, Camagüey, Ciego de Ávila, Villa Clara, Cienfuegos y La
Habana, así como se discutieron y valoraron las estrategias para la
cotización, la formación profesional y el desarrollo artístico de
los colectivos que realizan teatro de títeres dirigido, en su
mayoría, a los niños.
Siguiendo los estatutos, los afiliados que anteriormente tenían a
la narradora Mayra Navarro como único miembro de honor,
seleccionaron diez artistas más del mundo titiritero en
reconocimiento a sus trayectorias, eligieron de igual manera a Rubén
Darío y a Norge Espinosa como consejeros internacionales, y
propusieron a la maestra titiritera Carucha Camejo como Miembro de
Honor de la UNIMA internacional.
Con apoyo y auspicio total del Consejo Nacional de las Artes
Escénicas, la nueva UNIMA cubana —cuya reincorporación a la unión
internacional se debe a la contribución del arte del títere por
teatristas e instituciones— aunque joven comienza a realizar un
trabajo juicioso en pro del teatro. Querer hacer, y hacerlo bien y
consciente es la premisa de la organización, una tarea que, según
palabras de su secretario general, demanda ser certeros, humildes y
objetivos porque "llevar a escena el teatro de títeres es lanzarse
para que el público viva una experiencia emocionante, es realizar,
para mí, el teatro más lindo del mundo."