Donato Mármol, infatigable jefe mambí

PEDRO ANTONIO GARCÍA

Según El Porvenir, publicación independentista editada en la emigración durante la Guerra de los Diez Años, ningún otro cubano, aparte de Carlos Manuel de Céspedes y Francisco Vicente Aguilera, hizo más por el estallido de la Revolución del 68 que Donato Mármol.

Involucrado en las conspiraciones previas, participante de las reuniones de San Miguel de Rompe, donde comenzó a gestarse el levantamiento armado, y la de El Mijial, en la cual se propuso ya la fecha de la sublevación, se incorporó a la contienda el 12 de octubre con unos 100 hombres en su finca Santa Teresa, ubicada entre Bayamo y Jiguaní. Pronto lograría reunir 400 patriotas.

Céspedes lo nombró Mayor General y le envió como asesor a un dominicano, Máximo Gómez, a quien Mármol le encomendó batir al enemigo en Pinos de Baire y luego le asignó la jefatura de la jurisdicción de Jiguaní mientras él preparaba la invasión a Guantánamo.

Andaba en esos preparativos en enero de 1869, cuando ante el avance español sobre Bayamo, la capital de la insurrección, Céspedes le ordenó marchar hacia la llanura del Cauto con una tropa de antiguos campesinos y esclavos, quienes disponían de muy pocas escopetas y solo iban armados de machetes y palos aguzados a guisa de lanzas.

Aunque algunos subordinados trataron de convencer a Mármol de que era imposible acatar esa orden, el joven patriota se dispuso a cumplirla. Pero la línea de defensa que se veía obligado a defender con sus mal armadas fuerzas era muy extensa y los españoles arremetieron allí donde las trincheras cubanas eran más débiles.

El combate, iniciado el 8 de enero de 1869 en las riberas del río Salado, un afluente del Cauto, a unos 30 kilómetros al noroeste de Bayamo, se prolongó desde las primeras horas de la mañana hasta ya entrada la noche. La artillería española hizo estragos en las trincheras mambisas y quedó expedito para los peninsulares el camino hacia Bayamo.

SU INNEGABLE PATRIOTISMO

De acuerdo con sus principales biógrafos, Donato Mármol nació en Santiago de Cuba el 14 de febrero de 1843. Sin embargo, su viuda, Guadalupe Milanés, insistía en afirmar que su ciudad natal era Bayamo y su fecha de nacimiento, el 8 de febrero de 1839. Cuentan que era un hombre de gallarda figura y pocas palabras, sobrio en sus actos y fervoroso por la causa de la independencia.

Dicen que el padre, Raimundo, era coronel español y furibundo colonialista. De la madre, Clotilde, le vino la sangre mambisa tanto a él como a sus hermanos Raimundo, Javier y Leonardo, quienes también se alzaron contra el colonialismo español.

Después de la derrota del río Salado, los bayameses incendiaron su ciudad para que no cayese en manos de los españoles. Entretanto, Mármol incendió algunos ingenios y le ordenaron marchar al norte a recibir una expedición con armas que nunca llegó. Desencantado, se pronunció en Tacajó contra la política militar de Céspedes, actitud que hizo peligrar la unidad entre los cubanos.

La rapidez con que Francisco Vicente Aguilera actuó al sostener oportunas entrevistas con las dos partes, la energía de Céspedes, quien se presentó en el campamento de su subordinado, y el innegable patriotismo de Mármol, salvaron la situación. En la reunión efectuada en Tacajó el 29 de enero de 1869 se llegó a acuerdos muy positivos.

Dos meses después, Mármol escribiría: "Céspedes es para mí la gran figura de la Revolución". A su vez, el Padre de la Patria lo nombró jefe del distrito Cuba que abarcaba Jiguaní, Santiago y Guantánamo. Con Gómez como segundo, procedió a reorganizar las tropas para llevar a cabo su viejo sueño de invadir las tierras del Guaso, de donde España extraía recursos para sufragar la guerra.

Bajo su mando se formaron oficiales de la talla de Antonio y José Maceo, Guillermón Moncada, Paquito Borrero. En Sabanillas, organizó un campamento para el adiestramiento de reclutas. Concentró sus efectivos en Majaguabo para la invasión proyectada. Pero cayó gravemente enfermo.

Ni su juventud ni su fortaleza física pudieron salvarlo. A causa de una fiebre perniciosa, según algunos, de una conmoción cerebral, de acuerdo con otros, o simplemente de viruelas, falleció Donato Mármol. Según investigaciones realizadas por los historiadores Gilberto Toste y Carlos del Toro, el deceso ocurrió el 26 de junio de 1870.

 

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