Un famoso internista español, autor de numerosas obras
científicas, señalaba que el médico antes de realizar la inspección,
la palpación, la percusión y la auscultación, debe realizar la "escuchación",
y son mayoría los especialistas adheridos al criterio de que el
aparato que más ha hecho avanzar a la Medicina es la silla
(léase el lugar donde se sienta el paciente para un interrogatorio
cuidadoso y exhaustivo).
En un artículo recientemente publicado en estas páginas se
subrayaba que con el llamado método clínico —sustentado
fundamentalmente en el interrogatorio al enfermo y el examen físico—
es posible establecer un diagnóstico correcto en un elevado
porcentaje de los casos. Ello permite no tener que someter a los
pacientes a exámenes innecesarios, algunos de los cuales, como
ocurre con los Rayos X o la Tomografía Axial Computarizada (TAC),
pueden originar perjuicios adicionales a la salud.
Lo expuesto motivó una llamada a Granma de un reconocido
especialista cubano, el profesor Roque Roque Frías, Máster en
Atención Integral a la Mujer y profesor Consultante de la
Universidad Médica de La Habana, para reafirmar que, por definición,
la clínica es el corazón de la Medicina y debe ser el elemento
central y primario en la formación del médico. "Ella es la que nos
pone realmente en contacto con la realidad individual de un paciente
y sirve tanto para diagnosticar como para tratar", dijo.
Reconoció que los avances tecnológicos han representado la
oportunidad de rebasar, con mucho, las posibilidades de una Medicina
basada solo en los "meros sentidos del médico". Sin embargo, apreció
que esta creciente tendencia tecnológica viene contribuyendo a
"esclavizar el trabajo médico en esa vertiente, a deformar su
imagen, a disminuir la confianza en su propia capacidad", en la
medida que los desarrollos tecnológicos se han ido convirtiendo en
el gran sustituto del juicio clínico.
Se considera que casi el 50% de las enfermedades de la Medicina
Interna se pueden diagnosticar o sospechar solamente con un buen
interrogatorio al paciente. Y en el caso de las enfermedades
digestivas ese porcentaje se eleva hasta un 80, el examen físico
aporta un 5% y las exploraciones endoscópicas fundamentalmente,
complementadas con la Imagenología, un 15%.
Para el doctor Roque no se trata de elegir entre una Medicina
científica y una Medicina humana como si se tratara de aspectos
antagónicos y excluyentes. Se requieren las dos por igual. La
población necesita una atención médica científica y humanizada.