León
Gieco acaba de demostrar que su relación con Cuba es un amor
correspondido. Tras su última visita hace más de cinco años, el
autor de Solo le pido a Dios vivió en la Isla uno de esos
momentos llenos de emociones que solo ocurren cuando uno se permite
el placer de visitar a un viejo amigo que siempre nos recibe con las
puertas abiertas. En esta ocasión no se colocó detrás de un atril,
ni desenfundó su guitarra para cantar los himnos que retrataron las
historias íntimas y desgarradoras de una buena parte de su
generación.
Ahora
el célebre músico argentino regresó a La Habana para presentar su
primera obra como director cinematográfico en el Festival del Nuevo
Cine Latinoamericano, una faceta con la que deja claro que sigue
manteniendo los principios que lo impulsaron hace ya casi 40 años a
querer transformar la realidad a través del arte. Se trata del
documental Mundo Alas, una road movie (película de
viajes) dirigida junto a dos jóvenes realizadores de su país,
Fernando Molnar y Sebastián Schinde.
El filme refleja las vivencias de un grupo de chicos
discapacitados que realizaron una gira de conciertos por la
geografía argentina y tuvo su estreno el lunes en el cine Yara. Un
día antes de la premier en La Habana, su director ofreció un
adelanto a los jóvenes que desbordaron una sala de conferencias en
el Pabellón Cuba, sede nacional de la Asociación Hermanos Saíz. Para
el músico argentino este documental es una "película feliz y
divertida con un alto nivel de solidaridad y humanidad", y afirmó
que se siente "muy orgulloso de haberla hecho".
Nacido en la provincia argentina de Santa Fe, León tiene grabados
en la memoria recuerdos imborrables de sus viajes a Cuba. Entre
ellos aparece el memorable concierto que ofreció en la Plaza de la
Revolución, junto a Chico Buarque, Pablo Milanés y Mercedes Sosa.
"Para mí Cuba es el país de la resistencia y nosotros tenemos que
aprender mucho de él. Yo por suerte lo he aprendido ya, pues vengo
desde 1984", señaló.
Con la autoridad que le dan casi cuatro décadas de hacer historia
en la música latinoamericana, en las que ha grabado 47 discos y
compartido escenarios con figuras de calibre mundial como Silvio
Rodríguez, Pablo Milanés, Bruce Springsteen, Peter Gabriel, Sting,
Joan Manuel Serrat, entre otras, el legendario cantautor rememoró
los tiempos en que se vio obligado a abandonar su nación por las
amenazas de la dictadura militar. "Del 76 al 83 estuve prohibido y
tuve que salir del país. Fue realmente un momento difícil. Primero
te censuraban en la radio, después en la televisión, y luego te
metían preso por cantar canciones prohibidas. Y si veían que no te
ibas te amenazaban de muerte".
León evocó el impacto que le produjo el fallecimiento de la
cantora Mercedes Sosa. "Mercedes era nuestro Pavarotti, nuestro Mick
Jagger, nuestro Silvio Rodríguez. Su muerte dejó un agujero
tremendo. Para colmo decidió ser cremada. Eso me descolocó muchísimo
porque no podemos llevarle flores a ningún lugar. Ahora ella es
parte del aire, como dice una canción de Fito Páez. Es parte de todo
el universo".
Gieco también habló sobre la decisiva influencia que ejercieron
en su carrera Los Beatles y John Lennon, de quien se cumplió el
pasado martes el aniversario 29 de su asesinato frente al edificio
Dakota, en Nueva York, donde vivía junto a su esposa, la artista
japonesa Yoko Ono.
"Yo empecé cantando sus canciones cuando formé mi primer grupo de
rock. Para mí la música de los Beatles y la filosofía de Lennon no
son solo una influencia, sino que las llevo en la sangre. Y cada vez
que piso Nueva York paso por donde lo mataron."
Coincidiendo su visita a la Habana con la fecha en que el mundo
recordó a John Lennon, Gieco aseguró que llegaría hasta el monumento
que perpetúa su memoria en un céntrico parque del Vedado para
rendirle su homenaje particular al líder Beatle, ese artista total
que afirmó en su día que podía ser un soñador, pero no era el único.
Y tenía razón.