La luz de Clara ilumina la danza

Amelia Duarte de la Rosa

"Soy una mujer de movimientos y no de palabras", así se definió la bailarina, ensayadora y profesora de danza Clara Luz Rodríguez al recibir la condición de Miembro Emérito de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) a manos de su presidente Miguel Barnet y el reconocimiento del Consejo Nacional de las Artes Escénicas, en la sala Villena de la UNEAC.

Maestra de varias generaciones de bailarines y coreógrafos, la prolífera trayectoria de esta pinareña comenzó en el Conjunto Nacional de Danza Moderna (Danza Contemporánea de Cuba), compañía en la que, durante trece años, interpretó como primera figura obras de Ramiro Guerra, Lorna Burdsall, Víctor Cuellar, Elena Noriega, Raúl Flores Canelo, Doris Humphrey y Morris Donaldson. Dentro de su repertorio como bailarina atesora cerca de 30 títulos entre los que se encuentran Suite yoruba; Milagro de Anaquillé; Rítmicas; Chacona; Orfeo Antillano; Medea y los negreros, donde hizo historia con su Creusa; Concerto Grosso; Juegos poliformes y Panorama, entre otros.

En su labor a lo largo de casi 50 años dedicados al arte ha colaborado con el trabajo metodológico en los planes de estudio de la Escuela Nacional de Danza Moderna y Folclórica y las Escuelas de Instructores de Arte. De igual forma ha trabajado como asesora del movimiento escénico nacional y profesora en países de distintas regiones del mundo. Clara Luz, quien además ostenta la Distinción por la Cultura Nacional, la Orden al Mérito Pedagógico y la Medalla Alejo Carpentier, actualmente se desempeña como Presidenta de la Comisión de la carrera de Arte Danzario y miembro del Grupo de Expertos del Consejo Nacional de las Artes Escénicas, de la Comisión Nacional de Evaluación Artística y del Consejo Nacional de Casas de Cultura.

Entre artistas, intelectuales y amigos, el homenaje contó en la gala cultural, con las interpretaciones de Omara Portuondo, la pianista Ana Martín, el quinteto Voces, y el humorista Carlos Ruiz de la Tejera. Siempre Creusa, siempre Chacona, siempre Macorina, como destacó el crítico de arte Ismael Albelo, sobran los motivos para reconocer a Clara, referente ineludible de nuestra historia danzaria.

 

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