Ella (18 años) y él (21) son ejemplos de los frescos aires que
cruzan hoy por el circo cubano, algo que se ha hecho patente en
Circuba 09 donde la juventud campea a sus anchas por la pista
multicolor. Con restos de "tensión" y sudor a flor de piel, acabados
de salir de la escena, pero con una amplia sonrisa en los labios por
cumplir otra dura faena, Yunier señaló que la variedad la tenía
montada desde que se graduó en la Escuela Nacional de Circo hace 4
años, pero con otra muchacha (Venus).
Con Dairenys lleva trabajando solo ¡ocho meses!, y cuatro
preparándose con todas sus fuerzas para estar aquí en el Circuba 09.
Algo realmente asombroso de lograr en tan corto tiempo, máxime
cuando uno los ve en la pista, con esa seguridad, precisión,
limpieza, en tan rápidos movimientos, sobre la estrecha tarima
circular de madera donde realizan los difíciles ejercicios!
Detrás hay también mucho amor-pasión por este arte. Cuando entró
en la escuela le atraía, como a todos los que recién llegan, por
aquello de levantar al público de sus asientos: la acrobacia de
grupo, en báscula, columpio¼ Pero tuvo
que decidirse por los patines, "y ahora no los cambio por nada, me
gustan los retos, las dificultades y sobrepasarlas con éxito". A
Dairenys siempre le atrajo la acrobacia sobre ruedas aunque comenzó
por otros caminos, como la percha, valtich¼
Por eso cuando vio la oportunidad, se unió a Yunier para integrar
este formidable dúo denominado Constelación. "Es una inmensa
satisfacción".
Para llegar a este nivel, Yunier ha estudiado e indagado mucho,
ha visto videos, y tiene referencias de otros acróbatas cubanos de
patines que han dejado huellas, como Los Ferrá, Toni y Aleida¼
A partir de ahí, tomamos los ejercicios más complicados,
combinándolos con la fuerza y también lo lírico para llegar al
auditorio de muchas maneras, tocando cuerdas sensibles. Un
equilibrio más, comentó.
Como es una variedad muy difícil, ¿sienten miedo en algún
momento? Ella tiene en él "toda la confianza del mundo y eso es
importante, me siento segura". él: "en el circo todos los artistas
sentimos, en algún momento el miedo, pero tenemos el valor de
soportarlo e irnos por encima". Ninguno tiene tradición de artistas
en su familia, menos del circo. Aunque aseguraron que sí tendrán
descendencia, "¡detrás vendrán algunos!".
Ambos están felices de participar en este evento, el de mayor
rango en el que han tomado parte desde que tienen ese número.
¿Patinar? Para ellos es la manera de realizarse, diríamos de "volar"
por los cielos y hasta soñar. Casi un sueño es su ejercicio que
tiene, además de excelentes intérpretes, un diseño de vestuario
elegante —algo a veces difícil de lograr en estas lides—, así como
la música, que es una selección de grandes clásicos en lo cual está
también la mano de ese gran coreógrafo nuestro que es Alberto
Méndez. ¿Los premios? "No los buscamos, salimos siempre a darlo
todo, dice Yunier. El mejor premio es ese que recibimos a diario,
con las ovaciones, cuando terminamos de actuar. No hay satisfacción
mayor".