El volumen aborda en sus inicios un vínculo insoslayable en
cuanto al conocimiento de nuestras naciones, llevado de la mano por
José Martí. El compromiso cotidiano de la emigración cubana en Nueva
York, Tampa y otras ciudades estadounidenses a favor de la
independencia de Cuba y las características de la esforzada nación
vecina, cuyos hijos por lo regular son ejemplo de trabajadores
ingeniosos, nación de inmigraciones constantes, como Martí escribe
en sus Escenas Norteamericanas ponen en antecedentes al
lector.
No falta la alusión a Henry Reeve, El Inglesito, quien alcanzó
altos grados militares en el Ejército independentista de Cuba frente
al colonialismo español. Fue y es un héroe norteamericano y un héroe
cubano. Henry Reeve fue el nombre escogido por Cuba para nombrar a
la brigada médica que estaba lista a prestar servicio desinteresado,
solidario, a los vecinos de Nueva Orleans, cuando la ciudad fue
azotada por el huracán Katrina. Pero su ingreso al territorio fue
prohibido por la administración del entonces presidente George W.
Bush.
El autor del libro ha logrado sintetizar los momentos más
extraordinarios en la épica solidaria desde Estados Unidos hacia
Cuba. No lo ha hecho cronológica —no era necesario— pero en sus
páginas aparecen los momentos cruciales: colectivos y personas
sirven de ejemplo.
El registro de León Cotayo recuerda el viaje de Fidel a Nueva
York para participar en el acto celebrado en el Palm Garden, antes
de partir a la gesta libertaria en el yate Granma. La obra describe
los días en que Fidel, ya en plena Revolución triunfante habitó en
el Hotel Theresa en el barrio de Harlem. Y refleja la actitud
diáfana, comprensible y solidaria de muchos estadounidenses luego de
la invasión mercenaria de Bahía de Cochinos. Los mártires de la
solidaridad no podían faltar en este libro. Como ejemplo digamos
uno: la heroica historia de Carlos Muñiz Varela.
El libro aportará al lector varias sorpresas, entre ellas la
historia de El año más largo de una americana rubia: Sandra y
su Centro de Estudios Cubanos de Nueva York, muy joven profesora
norteamericana atacada por la contrarrevolución de Miami que envió a
sicarios a Nueva York para matarla por el delito de haber exhibido
un filme cubano en la modesta sede del Centro. Solo los cinco
minutos de diferencia entre su salida del local y el estallido de la
bomba terrorista evitaron su muerte instantánea.
Cuántas historias y cuántas personas que se arriesgan como nadie,
día a día por causas justas. Y claro que no faltan tampoco la
Brigada Venceremos y la caravana de los Pastores por la Paz,
encabezada por el reverendo Lucius Walker.
Hermosa obra esta de León Cotayo, pues honra a quienes
sobradamente lo merecen y ayuda a sembrar conciencia.