Por decisión de las máximas direcciones del Partido y del
Gobierno en la provincia de Granma y el municipio de Bayamo, se
concibió entonces un programa de saneamiento y recuperación del
afluente, entre otras acciones con la supresión de vertimientos
directos de residuales líquidos y la construcción de varios sistemas
de tratamiento.
Unos
300 metros de largo del río sirven de balneario.
La rectificación del cauce presupuso el desbrozo de alrededor de
8 000 metros cuadrados de material, excavación de millón y medio de
metros cúbicos de tierra y la tala de 20 hectáreas de malezas.
El proyecto incluyó, además del balneario, la construcción de un
complejo recreativo. Este último llamado Las Vegas del Río Bayamo,
quedó conformado con varios kioscos para la venta de productos
alimenticios y artesanales, áreas para juegos, parque infantil,
cafetería, parqueo de bicicletas, restaurante, parrillada y un
amplio mercado para la venta de diversos productos del agro.
La habilitación del balneario contempló la construcción de un
dique, el cual impuso trabajar hasta lo profundo en más de un
centenar de metros de orilla a orilla, sembrando a cinco metros por
debajo del lecho las bases de un muro de contención de acero,
hormigón y rocas de piedras de mármol de 12 y 15 toneladas.
En la parte superior fue concebido un paso peatonal que une ambas
orillas y reduce el trayecto de unos tres kilómetros que cientos de
personas hacen cada día para ir desde sitios aledaños hacia este
punto de la ciudad.
Gerardo Fernández, trabajador de Palmares en la vecina provincia
de Las Tunas, destaca que vino hasta el balneario para comprobar las
bondades que al entorno y al servicio gastronómico le atribuían sus
coterráneos. "Sería lo máximo —ponderó— que en cada provincia se
hiciera un complejo así".
Diana García Almeida, de Guáimaro, en Camagüey, también llegó
hasta la "playita" de los bayameses ."Supera los comentarios, el
balneario es magnífico, las ofertas son variadas y en cantidades
suficientes, es la primera vez que venimos pero esperamos repetir".
Jorge González Sánchez, de Holguín, y el camagüeyano William
López, ya se han convertido en asiduos al lugar, con diez y cinco
visitas, respectivamente.
Todos coinciden en la tranquilidad del sitio, la diversidad de
ofertas, el permanente cuidado del lugar, el cual —según Ángel Luis
Ramírez, director de la Unidad Básica de Servicios Especiales
radicada allí— es visitado entre lunes y viernes por unas 12 000
personas.
"Años atrás —aseguró— ya habíamos recibido vacacionistas de otras
provincias, pero este año la concurrencia es superior, vienen desde
diferentes municipios de Guantánamo, Santiago de Cuba, Las Tunas,
Holguín, Camagüey y Ciego de Ávila incontables vehículos.
"Dada esa gran afluencia —destacó—el Gobierno en la provincia y
el municipio mantienen una constante preocupación por el servicio, y
los proveedores garantizan suficientes ofertas con las cuales se
logran en días normales ventas en el orden de los 95 000 pesos y los
fines de semana de hasta 130 000."
La creación este año de otra área recreativa administrada por la
entidad de Campismo Popular amplió las ofertas del balneario, ahora
también con alquileres de tómbolas para reposar al cobijo de la
sombra de una tupida vegetación, y de botes para navegar en las
mansas aguas del río.