Cuba posee servicios con tecnología de avanzada, en todo el país,
para el tratamiento de afecciones oftalmológicas de la infancia, que
permiten detectar desde el nacimiento enfermedades de la visión, y
evitar la ceguera.
En exclusiva a la AIN, la doctora Teresita de Jesús Méndez, jefa
de los servicios de oftalmología pediátrica del Instituto Cubano de
Oftalmología Ramón Pando Ferrer, en la capital, destacó el objetivo
fundamental del programa nacional en aras de evitar la retinopatía
de la prematuridad.
Todo paciente que nace prematuro tiene alto riesgo de poseer la
referida afección, por lo cual se realiza un seguimiento en la
consulta de oftalmología para que esta enfermedad sea detectada y
tratada oportunamente y evitar que llegue a estadios avanzados, y
sea un débil visual o un ciego total, acotó la especialista.
Insistió en la importancia del chequeo oftalmológico a los niños
en el nacimiento, a los seis meses, un año, tres años y cinco años y
en los casos que la familia padezcan afecciones de la visión, deben
estar pesquisados, tanto por el médico de la familia como por el
pediatra del área para tener un seguimiento más estricto.
Además hay padres portadores de enfermedades hereditarias como la
catarata congénita y el glaucoma y por tanto los hijos tienen riesgo
de nacer con estas afecciones y deben ser chequeados en edades
tempranas para recibir el tratamiento oftalmológico.
El niño que nace prematuro no tiene su retina completamente
formada, está inmadura, porque los vasos todavía no han llegado a la
periferia y ello provoca ciertos procesos en el ojo que la mayoría
de las veces ocasionan la retinopatía de la prematuridad, aseveró
Méndez.
Entre los logros de la especialidad en la isla, que posee 71
oftalmólogos pediátricos, figuran la formación de recursos humanos y
la cirugía de la catarata en edades tempranas, cuya incidencia es de
80 a 100 casos anualmente.
Méndez participa en el VI Congreso Internacional y el XIV
Nacional de Oftalmología que hasta el viernes reúne en el Palacio de
Convenciones de La Habana a más de 600 especialistas, de 15 países,
incluido Cuba.