Tropas de prevención de las FAR
La pertinencia de prevenir
Mairelys Cuevas Gómez
La sabiduría popular posee artificios para designar la vida y sus
encrucijadas. La experiencia tipifica certezas que se convierten en
dichos y refranes esgrimidos por todos. Al conocer sobre el quehacer
de una gran unidad de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), no
podemos más que recordar aquello de: "es mejor prevenir que
lamentar".
Los
jóvenes procedentes del Servicio Militar Activo constituyen el grupo
fundamental a través del cual se nutren las tropas de prevención.
El trabajo de los hombres y mujeres de las tropas de prevención,
da muestras irrefutables de la veracidad contenida en esa frase.
Ellos se encargan, diariamente, del patrullaje para velar por la
disciplina, tanto de los soldados como de los oficiales, en la vía
pública.
Es muy importante que la población tenga una buena imagen de los
integrantes de las FAR, declara el mayor Daniel Sagó, jefe de un
batallón de esta unidad de prevención. Por ello cuidan el correcto
comportamiento y el porte y aspecto de los militares.
El
patrullaje para velar por la disciplina de los militares en la vía
pública es una de las principales tareas preventivas.
Sin embargo, su misión va más allá de los asuntos que atañen a la
actitud de los miembros de las FAR en el intercambio con la vida
civil. Entre sus objetivos esenciales, planteados desde su
fundación, el 11 de septiembre de 1981, se encuentran además
asegurar la adecuada explotación de los medios de transporte, la
cooperación con otras fuerzas de seguridad para la protección a
dirigentes del Estado y del gobierno durante su participación en
actos públicos, así como a delegaciones extranjeras que visiten
entidades militares.
La colaboración con el Ministerio del Interior en actos con
amplia afluencia del pueblo constituye una acción rutinaria. La
preservación de la tranquilidad ciudadana es para ellos un principio
invariable.
En un inicio, afirma Sagó, teníamos un número reducido de
efectivos, pero las representaciones por cada territorio fueron
aumentando ante la necesidad de cumplir este tipo de tarea en todo
el país.
Las tropas de prevención han participado en diversas misiones de
trascendental interés para el pueblo cubano. Como ejemplo resalta la
protección a las caravanas militares que trasladaron recursos
materiales desde la capital hacia varias provincias para los
damnificados de los últimos huracanes.
Sembrando juventudes
El aliento juvenil caracteriza a este colectivo. Siempre estamos
aprendiendo de los hombres más experimentados en la actividad,
afirma el primer teniente Frank Pereira, pero es indudable que le
imprimimos un espíritu de avanzada a todas las tareas que nos
encomiendan.
Una de las principales vías a través de la cual se nutren las
tropas de prevención radica en el ingreso a sus filas de jóvenes del
Servicio Militar Activo (SMA), después de un proceso riguroso de
selección. El sargento de tercera Osvaldo Pelletero, quien transita
por este periodo en la fuerza, explica a Granma los pasos
hacia la superación que allí se promueve. Primeramente se nos
imparte un curso en el que recibimos preparación militar de manera
general y podemos optar por una especialización dentro de las
actividades que competen a este tipo de tropas.
La opción para matricular estudios superiores, expresa Osvaldo,
es también una ventaja a la que muchos se acogen gracias a la Orden
18 del Ministro de las FAR.
La gran unidad de la capital es sede de un curso de superación
cultural, con jóvenes que cumplen el SMA, también posee un centro de
formación y preparación de sus propios profesionales.
Los entrevistados describen a las tropas de prevención como una
entrañable familia, la cual garantiza cotidianamente que el
prestigio de las FAR ante la población civil mantenga su elevada
dignidad. Por supuesto, no lamentan nada, los frutos de su trabajo
responden a una sistemática labor preventiva. |