Buenos augurios para el Premio de Ensayo
José Juan Arrom

Pedro de la Hoz
pedro.hg@granma.cip.cu

El trabajo presentado por Modesto Milanés sobre la cuentística de Virgilio Piñera mereció el Premio de Ensayo José Juan Arrom en su primera edición, convocado por La Gaceta de Cuba, de la UNEAC.

Enrique Sacerio-Garí presentó el Premio.

Fue distinguido con el accésit (recompensa inferior inmediata al premio) un ensayo acerca del pensamiento de Cintio Vitier en la etapa transcurrida entre 1938 y 1953, escrito por Enrique Saínz, y recibió una mención Mayerín Bello por un análisis del Libro sobre las maravillas de Boloña, de Eliseo Diego, a cuatro décadas de su publicación.

Tras la premiación departieron con los laureados el miembro del Buró Político del Partido y ministro de Cultura, Abel Prieto; el presidente de la UNEAC, Miguel Barnet; Carlos Zamora, director de Asuntos Consulares del Ministerio de Relaciones Exteriores; Norberto Codina, director de La Gaceta de Cuba; y Nicolás Hernández Guillén, presidente de la Fundaciòn Nicolás Guillén, sede de la ceremonia.

EVOCACIÒN DE ENRIQUE SACERO-GARÍ

Al resumir esta primera edición, Enrique Sacerio-Garí, destacado ensayista y crítico cubano, profesor en Filadelfia, argumentó cómo si bien "los premios no son absolutamente necesarios para promover los estudios de arte y literatura o aún la creación artística" y "aunque la mejor obra no se haga necesariamente por un premio ni un premio defina los valores de una obra, hay concursos que se convocan favorecidos con el nombre y el apellido de una figura destacada", tal es el caso de José Juan Arrom

Recordó que "Arrom fue miembro de la UNEAC, unión de nobles aspiraciones, y la UNEAC otorga este premio. En las bases del Premio José Juan Arrom se destacan las frases: ‘ensayos sobre arte y literatura cubanos donde quiera que estos se expresen’ y ‘autores de nacionalidad cubana o nacidos en Cuba, no importa su lugar de residencia’. José Arrom estaría de acuerdo con estas bases porque sus escritos de investigación fueron testimonio de su sitio Cuba, porque se mantuvo con Cuba en todos los sitios en que residió. He coincidido con Arrom, con Cuba, en muchos temas y lugares: Nueva Inglaterra, Filadelfia, la Revolución, la Universidad de Yale".

Más adelante criticó cierta manipulación en boga del concepto de nación: "Se utiliza lo posnacional para borrar la razón de ser de los pueblos pequeños, para escamotear estrategias subdesarrollantes. La más ardua lucha siempre se da en trincheras de ideas, de piedras y de paz. Hay barricadas más allá de los textos desde donde se vislumbra el fuego cruzado donde caen los que luchan por la paz. Tampoco, jamás, hemos de caer en juegos de prefijos para hablar de lo prenacional. En El Habanero, ya nos advertía Varela sobre las máscaras políticas y el cambio de colores oportunista. José Arrom dio la cara franca por Cuba, con color cubano manteniéndose siempre en todos sus lares en el sitio de una cubanía de ley y de corazón".

Por último hizo votos para que "la noche de premiación sea, en la memoria de todos, una noche a lo Arrom, un homenaje a los ensayistas cubanos con la solidaridad de los otros artistas de Cuba, donde quiera que estén. Muchas felicidades a todos en este recinto de tradiciones artísticas, sitio sencillo y profundo como el pan de Neruda, sencillo y universal como los versos de Martí y el cariño de la Patria, nuestra Patria: sangre universal de Guillén que baña todas las playas".

 

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