En el aniversario 50

Las Marianas de la Sierra

Raquel Marrero Yanes

Durante la lucha insurreccional un grupo de muchachas, inspiradas en las más profundas raíces patrióticas del pueblo cubano, integraron la guerrilla rebelde. Ellas desempeñaron oficios propios del sexo y supieron enfrentar los prejuicios machistas de la época al reclamar el derecho de enfrentar al régimen sanguinario de Fulgencio Batista.

Integrantes del pelotón de las Marianas junto a Fidel y otros integrantes del mando del Ejército Rebelde en la Sierra Maestra.

Fidel consideró que las mujeres podían realmente empuñar las armas y serían incluso mejores y más disciplinadas que los hombres. Convocó entonces a una reunión a los miembros del mando del Ejército Rebelde, que tuvo por escenario la Comandancia de La Plata, en plena Sierra Maestra, el 4 de septiembre de 1958. El debate se prolongó unas siete horas.

Aunque Fidel encontró el apoyo de varios compañeros, en particular el respaldo de la heroína Celia Sánchez Manduley, sabía que hallaría oponentes al tomar tal decisión, porque prevalecía en algunos la desconfianza en la capacidad combativa de la mujer.

Luego de hacer un recuento histórico de las luchas de la mujer cubana, el Comandante, con su proverbial poder de persuasión, convenció a todos de la idea. Al término del encuentro se dirigieron a Radio Rebelde, y allí quedó constituido el pelotón de mujeres del Ejército Rebelde Mariana Grajales, integrado por 13 decididas y audaces combatientes: Isabel y Lilia Rielo, Olga Guevara, Angelina Antolín, Rita García, Ada Bella Acosta, Normita Ferrer, Flor Pérez, Eva Palma, Orosia Soto, Juana Peña, Edemis Tamayo y Teté Puebla. La historia demostró que había sido una sabia decisión.

Como prueba de su confianza, Fidel las entrenó y les enseñó a tirar. Luego de varios días de preparación, las convocó para elegir la jefa, y al término de una prueba de tiro, Isabel Rielo resultó la mejor, y fue designada al frente del pelotón.

Transcurridas algunas semanas, y ya armadas, comenzaron a participar en combates dirigidas por el comandante Eddy Suñol, pese a que inicialmente él se había opuesto a que las mujeres fueran armadas.

El combate de Guisa, el más violento de los que libraron, tuvo una duración de diez días, y en él, hombres y mujeres hicieron derroche de heroísmo. Ellas demostraron que eran buenas en la pelea como cualquier hombre. El propio Suñol, en una carta que envió al Comandante en Jefe, le reconoció el acierto en la decisión tomada.

La perspectiva política de Fidel hizo posible que hoy la historia recoja en sus páginas la valentía y el coraje del pelotón Las Marianas en sus acciones combativas.

Terminada la guerra todas las integrantes del pelotón se incorporaron al lugar asignado para la construcción de la nueva sociedad.

A 50 años de aquel suceso histórico, el pueblo les rinde homenaje a las Marianas de la Sierra porque supieron usar sus fusiles contra el enemigo, y demostraron que la mujer, con la liberación de su pueblo, se libera también.

 

| Portada  | Nacionales | Internacionales | Cultura | Deportes | Cuba en el mundo |
| Opinión Gráfica | Ciencia y Tecnología | Consulta Médica | Cartas| Especiales |

SubirSubir