Río, aire, adiós y nunca

En la apertura de Mayo Teatral, la mexicana Ofelia Medina pondrá voz y pasión a otra grande de su tierra, Rosario Castellanos

Pedro de la Hoz
pedro.hg@granma.cip.cu

Ofelia Medina es tan capaz de ser ella misma como tantas otras mujeres de vasto calibre. No hace mucho la vimos vestir a Frida Kahlo en una versión escénica que vino a desmentir, justamente, la zona frívola de la fridamanía. Ahora, con el advenimiento de la temporada teatral que auspicia la Casa de las Américas, ha vuelto a La Habana para entregarnos a otra figura esencial de la cultura mexicana: Rosario Castellanos.

Ofelia Medina, siempre recordada entre nosotros por su magistral Frida.

El espectáculo Íntimamente Rosario de Chiapas —que hoy y mañana representará a las 8:30 p.m. en la sala Hubert de Blanck y el martes 13 y el miércoles 14 en el teatro Sauto, de Matanzas, a la misma hora— se propone rescatar el perfil humano y la transfiguración artística de la poetisa, ensayista y novelista chiapaneca, que vivió entre 1925 y 1974.

Contando con la colaboración en la dramaturgia y puesta en escena de José Antonio Morales y Rosa Blanes Rex, y la contribución imprescindible de la violoncellista Jimena Jiménez Cacho, la Medina profundiza, mediante un audaz juego de imágenes, en la sensibilidad de una mujer que se definió alguna vez como un "modo de ser río, de ser aire, de ser adiós y nunca" y también como "un ancho patio, una gran casa abierta (¼ ), una memoria".

La Castellanos se dio a conocer como poetisa en 1948, pero en 1957, con la publicación de Balún Canán inició un ciclo narrativo que completó con las novelas Ciudad real y Oficio de tinieblas, textos ejemplares por la lucidez con que abordó el tema indigenista.

Su muerte llegó inesperadamente cuando fungía como embajadora de su país en Tel Aviv: una descarga eléctrica la fulminó al salir de la bañera de su residencia para atender una llamada telefónica.

Según el crítico mexicano Adiaron Numa, "con Íntimamente Rosario de Chiapas Ofelia muestra que su aguerrida conciencia social no ha agotado su espíritu creativo. (¼ ) la gran actriz ha rebasado sus óptimos estándares y quizá este monólogo es el anuncio de una nueva etapa histriónica".

Ofelia Medina (Yucatán, 1950) es reconocida no solo por su carrera artística —estudió con el mítico Lee Strasberg en Estados Unidos y en determinado momento entrenó en el no menos célebre Odin Teatr, de Eugenio Barba—, sino también por su compromiso social. Entre el público cubano se hizo querer desde que irrumpió en la gran pantalla por su soberbia interpretación en Frida, naturaleza muerta, película de su compatriota Paul Leduc.

Gente de batalla, recientemente expresó su dolor sobre el estado actual de la filmografía mexicana: "La industria del cine está igual que la industria del algodón, que la industria de los textiles, que la industria de las conservas, el país está en la crisis más grande de su historia, se nos está cayendo, pero claro, se gastan miles de millones, es un presupuesto más grande el de la imagen de las instituciones corruptas, miles de millones de pesos en hacernos creer que no se está cayendo el país, pero abres la puerta y ves: en México se mueren más de cien niños a diario de desnutrición y tenemos el tercer hombre más rico del mundo".

 

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