Una reedición de Testimonios, volumen sobre la desaparecida
instructora de arte Olga Alonso se presentó en Pinar del Río ante un
público joven, seguidor de la trayectoria de la emblemática cubana.
Egresada del primer curso de esa especialidad, Alonso decidió
dedicarse a esculpir el talento y las potencialidades inherentes al
ámbito cultural entre los trabajadores de granjas y cooperativas, en
bien del naciente Movimiento de aficionados, de modo especial en la
zona oriental de Manatí.
La reciente presentación de Testimonios tuvo lugar en la Escuela
de Instructores de Arte de la provincia de Pinar del Río, frente a
un auditorio para el cual esta nueva edición constituirá un material
de estudio —como para el resto de los planteles homólogos del país—,
indicaron directivos del sector en la nación, allí reunidos.
Para la citada obra, Olga González, madre de la notable
instructora, hizo públicos los escritos de su hija, quien inició
esos estudios en 1961 en respuesta a un llamado de Fidel para
incorporar jóvenes a la noble tarea de llevar la oportunidad de
expresarse artísticamente a los interesados en cualquier sitio del
país.
Ya graduada, Olga Alonso eligió siempre "probar fuerzas e ir a
enseñar y aprender con los hombres y mujeres del campo, para ser
semilla verdadera", como evidencia el texto, comentado a los alumnos
de las distintas especialidades.
En honor de esta mujer, coincidente con la fecha de su natalicio
cada 18 de febrero se celebra el día de esos formadores de talentos,
hoy con una misión aún más fortalecida dentro del marco de la actual
Batalla de Ideas, que tiene entre sus propósitos el fortalecimiento
de la identidad cultural de la nación.
Tal prioridad permitirá lograr para el año 2010 la
sustentabilidad artística en las comunidades en provincias como
Pinar del Río, antes de 1959 signada por poseer uno de los mayores
índices de analfabetismo de Cuba.