MANAGUA,
11 de enero.— Con la declaración oficial de adhesión de Nicaragua a la
Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) y la suscripción del
documento constitutivo, ya suman cuatro los países que formamos parte
de esta nueva forma de integración de los pueblos.
En el teatro Rubén Darío estaban los representantes del nuevo
bloque de integración en un acto que el presidente Daniel Ortega
calificó de histórico, al señalar que Nicaragua adoptaba los
principios de la declaración fundacional del ALBA del 14 de diciembre
del 2004, suscrita entonces por el Comandante en Jefe Fidel Castro y
el Presidente Hugo Chávez. Luego se uniría Bolivia, el tercer miembro,
en abril del 2006 y le incorporó el Tratado de Comercio de los
Pueblos.
Los principios, recordados por el vicepresidente del Consejo de
Estado de Cuba, José Ramón Machado Ventura, son solidaridad,
cooperación y complementariedad, en una región en la que hay que
tratar de resolver los derechos humanos fundamentales, como son la
educación, la salud y la seguridad social.
Los cuatro firmantes de la incorporación de Nicaragua condenaron la
estela de pobreza dejada por la aplicación de las recetas
neoliberales. Ortega señaló que los últimos 16 años habían creado una
situación de emergencia en Nicaragua y Machado Ventura subrayó que hay
cambios que necesitan los pueblos y no se pueden postergar más.
"Vamos por buen camino, ya somos muchos", exclamó Evo Morales;
"llegó la hora de la resurrección de los pueblos en esta nueva
batalla", señaló el líder venezolano Hugo Chávez.
Y Fidel estuvo presente. Su nombre resonó en el teatro en la voz de
los cuatro firmantes con reconocimiento, con amistad, con cariño.
Porque sus ideas comienzan a dar frutos.
El Presidente nicaragüense condecoró a Chávez y a Evo Morales con
la Orden Augusto César Sandino en su grado mayor de Batalla de San
Vicente. Ya antes Fidel había recibido ese reconocimiento.
Los cuatro signatarios, al terminar de rubricar los documentos, los
levantaron en alto como bandera, y luego, cual símbolo de unidad,
extendieron los brazos y colocaron uno sobre otro los ejemplares
firmados.