Instituto Oftalmológico Ramón Pando Ferrer
Coloso contra la ceguera
MARIANELA MARTÍN GONZÁLEZ
Desde
que el Instituto Oftalmológico Ramón Pando Ferrer alcanzó la condición
de Hospital de Excelencia, hace dos años, el mundo se develó para
miles de personas que estaban ciegas o a punto de la ceguera, a causa
de la catarata, principalmente.
Luego de concluir las transformaciones constructivas e iniciarse en
todo el recinto asistencial la introducción de equipos de última
generación, ha sido admirable la cantidad de pacientes intervenidos
quirúrgicamente. Según la doctora Carmen Padilla, especialista en
bioestadísticas del Instituto, en el 2004 realizaron 22 831 cirugías;
al año siguiente 50 477, y así han continuado creciendo las cifras de
pacientes operados.
"Es importante destacar que en el 2006 rompimos el récord de
trasplantes de córnea al beneficiar con ellos a 314 pacientes. Lo
mismo ha sucedido con la cirugía de vitriorretina; hasta el mes pasado
reportábamos 922 intervenciones de este tipo."
EL ALMA DE LAS CIFRAS
Las cifras declaradas por la doctora Padilla nos hacen pensar
irremediablemente en la fundación de la Liga Contra la Ceguera y la
Protección al Ciego, en 1946, cuando cubanos generosos recorrían las
calles reuniendo centavo a centavo para la institución, porque el
gobierno de turno era indiferente a la salud pública primaria, mucho
más a los servicios especializados tan caros como la Oftalmología.
Estos
equipos escogidos por los propios especialistas del hospital son muy
precisos, aseguran los oftalmólogos.
El doctor Armando Capote Cabrera, vicedirector del Centro de
Microcirugía Ocular del Instituto, nos retorna al presente al asegurar
que la lucha contra la ceguera se multiplicará a partir de las
condiciones existentes y recuerda que antes de la Operación Milagro,
en el año 2004, diariamente realizaban entre 30 y 40 operaciones de
catarata. Ahora, afirma el especialista, podrán realizarse cerca de
350, trabajando día y noche.
"Aún faltan algunos detalles en el último piso del centro, pero
cuando comencemos a explotar todos los puestos quirúrgicos del
edificio nuevo, las posibilidades se multiplicarán considerablemente",
explica el doctor Capote, quien aclara que allí también corrigen
defectos refractivos (como las altas miopías) y operan el pterigium o
carnosidad.
DE LA LUPA A LA EXCELENCIA
El doctor Marcelino Río Torres, director del Instituto de
Oftalmología Ramón Pando Ferrer, subraya que esta obra es fruto de la
sensibilidad de la Revolución, y recuerda cuando el Comandante en Jefe
inauguró el Centro de Microcirugía Ocular, el 29 de abril de 1988.
"Caminen el Instituto, conversen con quienes deseen y luego nos
vemos", dijo cuando llegamos a su despacho, en la parte antigua del
hospital.
En
este nuevo edificio se encuentran las consultas externas y dos pisos
quirúrgicos.
Era media mañana y todos los quirófanos se encontraban ocupados.
Luis Curbelo estaba frente al equipo. Aunque no llega a los 40 años
"es todo un maestro en la Oftalmología", según opinan los pacientes y
sus propios compañeros.
Él y sus colegas agradecen poder contar con equipos de tan alta
precisión como el empleado para operar catarata. Ofrecen mucha
seguridad, tanto al paciente como a los cirujanos; humanizan la labor,
consideran.
Zenaida Díaz espera en la antesala del salón de operaciones. En el
2004, cuando contaba con 82 años, le operaron la catarata de uno de
sus ojos. La intervención fue tan exitosa que ahora se someterá a la
cirugía del otro. Dice que en Cuba hay cosas tan cotidianas, como el
derecho a la salud, que suelen pasar inadvertidas; pero, según esta
habanera, nos damos cuenta de las grandezas cuando tenemos problemas y
los resolvemos sin tener que pagar un centavo. "Estuve a punto de
quedarme ciega. Uno no sabe cuánto vale la vista hasta que no la
recobra", sostiene.
En una de las consultas Jorge Luis López espera para que lo
examinen. La noche anterior un insecto se le introdujo en uno de los
ojos y esta mañana amaneció en el Pando Ferrer.
Antes era marcada la incongruencia entre el servicio prestado y las
condiciones existentes, dice. "Teníamos que permanecer de pie por
falta de asientos y las áreas no estaban climatizadas como ahora. Ha
sido una inversión grande, pero valió la pena. El buen gusto y la
funcionalidad se dieron la mano en esta obra. Ahora, agrega, los
excelentísimos médicos del Pando y el pueblo tienen un hospital a la
altura de lo que merecen".
Al retornar donde el doctor Río Torres, podemos presenciar mediante
una pantalla cuanto sucede en los quirófanos. Comenta que, gracias a
la facoemulsificación, se ha revolucionado la cirugía ocular,
especialmente la de catarata, aplicada desde 1992 en este hospital.
Esta técnica, señala, permite una intervención de mínimo acceso y
sin sutura, por lo cual el paciente se recupera muy pronto y logra
reinsertarse a sus labores cotidianas.
"Contamos con los equipos más sofisticados existentes en la
actualidad, entre ellos el faco y el excímer láser. Este último se
utiliza para intervenir miopía, hipermetropía, astigmatismo y
presbicia o cansancio de la vista. Ahora no tenemos que remitir a
ningún paciente al extranjero para operarse alguna enfermedad de la
retina, como antes sucedía, por falta de tecnología", asegura.
Esto es un sueño; lo dice alguien que empezó operando cuando la
catarata se intervenía con lupa, subraya Río Torres. "A partir de
ahora podremos operar a 34 pacientes a la vez. Es un regalo de Fidel
para el pueblo y los pobres del mundo, y para nuestros trabajadores,
quienes también sufrieron el deterioro provocado por los años y las
carencias". |