Disminución acelerada de la natalidad y
envejecimiento poblacional Reto
inaplazable para los cubanos
ORFILIO PELÁEZ
pelaez@granma.cip.cu
Sin
aparecer entre los problemas económicos y sociales que gravitan en la
vida cotidiana de los ciudadanos, el envejecimiento poblacional
constituye uno de los fenómenos más preocupantes de la sociedad cubana
actual.
Pero se convierte en una trama más inquietante cuando se constata
la acelerada disminución de la natalidad.
Los siguientes datos ilustran la magnitud del asunto. Desde hace
veintiocho años la tasa de fecundidad del país está por debajo del
nivel de reemplazo poblacional, al quedar menos de una hija por cada
mujer en edad reproductiva.
Esto se traduce en una disminución considerable del número de
nacidos. Si durante las décadas de los sesenta y setenta del pasado
siglo el promedio anual de alumbramientos era de unos 250 000, en el
2005 solo hubo poco más de 120 000, a pesar de haber un millón de
mujeres más en edad reproductiva.
Como la esperanza de vida de los cubanos es hoy de 77 años, el
cuadro demográfico de la nación apunta a un sostenido crecimiento de
la cantidad de personas con 60 o más años (ya representan
aproximadamente el 16% de la población total, y llegarán al 26% en el
2025), mientras la proporción de habitantes de 0 a 14 años disminuye
cada vez más.
RAZONES PARA NO PARIR
Para Juan Carlos Alfonso Fraga, director del Centro de Estudios de
Población y Desarrollo de la Oficina Nacional de Estadísticas, la
contracción de la fecundidad durante las últimas tres décadas es la
causa principal del envejecimiento poblacional en Cuba, y sin duda,
impactará notablemente en la seguridad social, la salud pública, y en
la renovación de la fuerza laboral y el potencial científico técnico,
entre otras esferas.
Según
Juan Carlos Alfonso, director del Centro de Estudios de Población y
Desarrollo de la Oficina Nacional de Estadísticas, la contracción de
la fecundidad es la principal causa del envejecimiento poblacional en
Cuba.
Las razones conducentes a la expresión de esta tendencia compleja
de revertir, precisa Juan Carlos, tiene que ver mucho con el cambio
favorable registrado en la condición de la mujer cubana dentro de la
sociedad, el cual puede apreciarse no solo en su masiva incorporación
al trabajo y los altos niveles de educación, cultura y desarrollo
profesional que disfrutan, sino también en el libre acceso a métodos
de planificación familiar, y la garantía de una salud sexual y
reproductiva satisfactoria, incluyendo el aborto en condiciones
seguras.
Si vamos a los resultados de las investigaciones sobre el tema
podemos ver que hoy no es extraño encontrar mujeres que se abstienen
de tener más de un hijo o ninguno, porque ello limita su desempeño
social en un entorno cada vez más competitivo, indicó el reconocido
especialista.
Pero sobre el marcado descenso de la fecundidad (tenemos la tasa
más baja de América Latina) influyen también problemas materiales que
el Estado tendrá que analizar cómo resolverlos para intentar detener
esta negativa situación. Ellos son, por ejemplo, la insuficiencia de
viviendas, el costo de la vida, la carencia de círculos infantiles y
servicios de apoyo al hogar, además de las dificultades con la
canastilla.

Como
puede apreciarse en la tabla, las provincias de Villa Clara y Ciudad
de La Habana, presentan los valores más altos de envejecimiento.
Otro factor que repercute sobre la fecundidad es la migración hacia
el exterior de mujeres en edad reproductiva.
Conceptualmente, explica Juan Carlos, la definición de
envejecimiento desde el punto de vista demográfico, está relacionada
con el aumento en la proporción de personas de edad avanzada con
respecto al resto de la población.
También se asocia a la inversión de la pirámide de edades, pues el
fenómeno implica además una disminución de la proporción de niños y
jóvenes menores de 15 años.
La
población de adultos mayores en Cuba la integran actualmente alrededor
de 1,8 millones de personas, cifra superior a la cantidad de
adolescentes entre 10 y 19 años. Sin embargo, como tendencia la
primera seguirá incrementándose de manera progresiva, a la vez que la
población joven tiende a decrecer.
Estimaciones de la División de Población de las Naciones Unidas,
indican que Cuba y Barbados serán los países más envejecidos de
América Latina y el Caribe en la perspectiva inmediata, mientras que
para el 2050, si no hemos modificado la situación, nuestro país
estaría entre los once más envejecidos del mundo.
PONERLE EL CASCABEL AL GATO
De cara al futuro, la nación encara grandes desafíos derivados de
esta situación. Si nos atenemos a las proyecciones, es casi seguro que
no llegaremos a los 12 millones de habitantes, e incluso, nuestra
población comenzará a decrecer en términos globales, pero tendrá un
mayor número de ancianos.
Tasa
Global de Fecundidad, (cantidad total, promedio, de hijos por mujer):
Para lograr un incremento en la población este índice debe ser
superior a 2.2. En Cuba este índice bajó de 2.0, a partir del año
1978.
Tasa Bruta de Reproducción, (cantidad promedio de hijas hembras
por mujer):
Para garantizar la reproducción estable, sin incrementos, esta
tasa debería ser de 1.0 a 1.01, o sea, que cada mujer, deje
aproximadamente, una hija hembra como promedio.
Para lograr un incremento en la población, este índice debe ser
superior a 1.2. En Cuba este índice bajó de 1.0 a partir del año 1978.
Como refiere en un trabajo la profesora María Elena Benítez Pérez,
del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana,
"el boom de los nacimientos de la década del 60 se convertirá en el
boom de las jubilaciones en la segunda decena del presente siglo XXI".
Según estimados de la Oficina Nacional de Estadísticas, ya en el
cercano 2019 entrarán menos personas en la edad laboral en comparación
con la cantidad de hombres y mujeres que dejarán de pertenecer a ese
grupo.
Más allá de los sustantivos incrementos previsibles en los gastos
de seguridad social, y la necesaria redefinición de las estrategias de
salud, es imprescindible pensar desde ahora en el diseño de políticas
que respondan a las realidades de una futura población, donde los
adultos mayores tendrán un gran peso.
Esta
escena será deficitaria en un futuro no muy lejano, si no encaramos el
desafío planteado.
Casi seguro dentro de unos cuántos años, la demanda de hogares de
ancianos, comedores, casas de abuelo y otros locales de atención y
esparcimiento para las personas de edad avanzada, superará la de
nuevas fábricas, escuelas o tecnológicos.
La sociedad cubana debe prepararse para hacerle frente a estos
retos. |