Fue en Nueva York donde Fidel dijo:
En 1956, seremos libres o seremos mártires
Este
reportaje lo escribió el periodista Vicente Cubillas el 6 de
noviembre de 1955 para la revista Bohemia bajo el título Mitin
oposicionista en Nueva York. Cubillas
(La Habana, 1921-1972) trabajó en los periódicos habaneros Alerta,
El Crisol, Diario Nacional, El Mundo y la Revista Bohemia. Sus
reportajes sobre la presencia de Fidel Castro en Nueva York en 1955
tuvieron gran impacto en la opinión pública nacional e
internacional. Ganador de los premios Juan Gualberto Gómez y
Enrique José Varona. En 1959 empezó a trabajar en Revolución y
luego integró el equipo periodístico fundador de Granma.
Por su inmenso valor histórico,
reproducimos a continuación ese material periodístico.
Celebran en Nueva York el más concurrido mitin de oposición al régimen de Batista. Interrogó la policía neoyorkina a Fidel Castro al investigar una de sus reuniones. Se proponen recabar el apoyo de los emigrantes de Tampa, Cayo Hueso y Miami
VICENTE CUBILLAS Jr.
(Corresponsal de Bohemia en Nueva York)
·
Todos vivimos muy
modestamente. Aquí no hay millonarios. Cada hombre nuestro
en el destierro se sostiene con menos de lo que cuesta un
caballo del Ejército.
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El primer manifiesto
revolucionario se imprimió con el producto de un sobretodo
empeñado.
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El régimen está
totalmente desorientado en cuanto a nuestras actividades
revolucionarias. Muchas veces, sin embargo, publicarán
informaciones imaginarias para dar la sensación de estar
bien enterados y sembrar la confusión.
·
Se nos quiere ignorar y
se quiere ignorar a las decenas de miles de hombres que se
agrupan en torno al 26 de Julio, porque no formamos parte
del coro de aspirantes electorales... tal parece que para
algunos ser aspirante a un cargo, cualquiera que sea su
precio de sumisión, es una virtud, y ser revolucionario
dispuesto a redimirse por un ideal sin aspirar a nada, un
crimen.
·
Somos contrarios a los
métodos de violencia dirigidos hacia las personas de
cualquier organización oposicionista que discrepen de
nosotros y somos radicalmente opuestos, del mismo modo, al
terrorismo y al atentado personal.
·
Cuba ansía un cambio
radical en todos los campos de la vida pública y social.
Hay que darle al pueblo algo más que libertad y democracia
en términos abstractos, hay que proporcionarle una
existencia decorosa a cada cubano; el Estado no se puede
desentender de la suerte de ninguno de sus ciudadanos que
han nacido en el país y han crecido en él.
·
Nosotros somos hoy en
Cuba, los únicos que sabemos hacia dónde vamos.
·
Un saludo para el pueblo
de Cuba, y la más firme promesa de que volveremos. |
Nueva
York amaneció el domingo último bajo un temporal de agua. Hasta
las fuerzas de la naturaleza parecían haberse conjugado contra el
propósito de un núcleo de jóvenes cubanos de levantar en la urbe
de los rascacielos la bandera de su inconformidad contra el régimen
de Batista, aprovechando la visita de Fidel Castro, principal
protagonista de los sucesos del cuartel Moncada.
Previamente el acto
organizado a la precipitada —en solo cuatro días—para encauzar
el clamor de protesta de centenares de emigrados cubanos radicados
en Nueva York, que atribuyen su éxodo de Cuba a la pésima
situación política y económica imperante aquí, rumores de
sabotaje contra la concentración anunciada para los amplios salones
del Palm Garden, en la calle 52 y Octava Avenida, comenzaron a
esparcirse por los mentideros criollos de la metrópoli. Unos
afirmaban que se había dado la confidencia al Departamento de
Inmigración de que al mitin iban a asistir muchos cubanos que
permanecen ilegalmente en territorio norteamericano; otros se
hicieron eco de la especie de que Fidel Castro iba a ser detenido
por el FBI y se recordó el incidente ocurrido en Union City, ciudad
de New Jersey, situada en las proximidades de Nueva York, donde el
joven exilado había sido detenido e interrogado por un grupo de
detectives que arribaron en varios carros perseguidores al lugar
donde se reunía con numerosos simpatizadores.
A pesar de ello,
alrededor de 500 cubanos de ambos sexos se reunieron en horas del
mediodía del domingo último en el Palm Garden, para escuchar las
arengas de Fidel Castro y su compañero de peregrinación, Juan
Manuel Márquez.
Los tres grupos
oposicionistas existentes en Nueva York: "Acción Cívica Cubana",
Comité Ortodoxo de Nueva York y el Comité de Emigrados y Obreros
Democráticos, se unieron en sólido bloque por vez primera para
ofrecer el más concurrido y animado acto escenificado en la ciudad
del Hudson contra el gobierno del general Batista.
Asimismo, anunció Fidel
Castro que, siguiendo los pasos del Apóstol, visitaría a los
emigrados de Tampa, Cayo Hueso y Miami, para pedirles que se unan a
la causa de la nueva revolución.
Los que escucharon a
Fidel Castro asumieron que su campaña de rebeldía está
completamente desvinculada de otros sectores de la Oposición, pues
reiteró ante los centenares de cubanos que le escuchaban, "que su
lucha era no solamente contra los gobernantes de hoy, sino contra
los que ayer también habían hecho sufrir a la patria".
Antes
de concluir el acto se guardó un minuto de respetuoso silencio en
memoria de los caídos en los sucesos del Moncada y se dejó oír
una grabación de un discurso de Eddy Chibás, el inolvidable líder
ortodoxo, que la concurrencia escuchó reverentemente puesta en pie.
PALABRAS DE FIDEL
CASTRO
A continuación
reproducimos algunos párrafos del discurso pronunciado por el
líder del "Movimiento 26 de Julio".
"No
tengo punto fijo de residencia. Radico en un lugar del Caribe y
puedo sentirme igualmente conforme en una urbe como esta, que en un
cayo inhóspito y desierto... Vivo entregado a la lucha y las
contingencias y sacrificios de esta vida azarosa no me importan: los
dos años que pasé en una celda solitaria me han preparado muy
bien.
Donde quiera que haya un mitin oposicionista, allí estaremos nosotros para pronunciar este breve discurso de masas: ¡Revolución! ¡Revolución!...
"Todos
vivimos muy modestamente. Aquí no hay millonarios. Cada hombre
nuestro en el destierro se sostiene con menos de lo que cuesta un
caballo del Ejército. A ninguno de nosotros se le verá nunca en un
cabaret o en un bar. El primer manifiesto revolucionario se
imprimió con el producto de un sobretodo empeñado, pero eso no nos
desanimó, porque teníamos fe en la justicia y razón de nuestra
línea, y ya solo en Nueva York hay miles de cubanos dispuestos a
dar una parte de sus sueldos todos los meses. A esto hay que añadir
los cubanos que están organizándose con el mayor entusiasmo en
Bridgeport, Union City, Elizabeth, Long Island y otras ciudades.
Estamos realizando de nuevo con la emigración las tareas que nos
enseñó el Apóstol en situación similar. Esos miles de familias
lanzadas al destierro por la miseria y la opresión, que llegan por
centenares todos los meses, llenas de tristeza y dolor, desterrados
de los que nunca se habla, que no han interesado jamás a los
políticos porque no votan y que están deseosos de regresar a su
patria cuando puedan vivir en ella decorosamente, conservan todo su
amor por Cuba y son hoy formidables baluartes de la liberación
nacional. El pueblo cubano de allá y de acá nos secundará. Vean
ustedes lo que está ocurriendo aquí en el Palm Garden; miles de
pesos se recogen en un instante. Esta lucha se llevará adelante
únicamente con los recursos del pueblo. "En todos los honrados
corazones hallaremos magnánima ayuda. Y tocaremos de puerta en
puerta. Y pediremos limosna, de pueblo en pueblo, y nos la darán
porque la pediremos con honor".
"Puedo
informarles con toda responsabilidad que el año 1956 seremos libres
o seremos mártires. Esta lucha comenzó para nosotros el 10 de
marzo; dura ya casi cuatro años, y terminará con el último día
de la dictadura o el último día nuestro. Uno de nuestros más
ilustres libertadores sentenció que quien intente apoderarse de
Cuba recogería el polvo de su suelo anegado en sangre.
Las encendidas arengas de los oradores de la concentración de emigrados cubanos en Nueva York fueron vitoreadas repetidamente por la concurrencia.
"El
régimen está totalmente desorientado en cuanto a nuestras
actividades revolucionarias. Muchas veces, sin embargo, publicarán
informaciones imaginarias para dar la sensación de estar bien
enterados y sembrar la confusión. Hemos ideado métodos
incontrastables de organización y trabajo. Nuestro equipo de
contraespionaje funciona mejor que su espionaje; cuando sus agentes
en el extranjero informan algo allá, inmediatamente nos llega el
contenido del informe acá. Todas las oficinas de información y
todos los espías de Batista en el extranjero los tenemos
perfectamente vigilados. Se nos quiere ignorar y se quiere ignorar a
las decenas de miles de hombres que se agrupan en torno al 26 de
Julio, porque no formamos parte del coro de aspirantes a cargos
electorales. A tal extremo de hipocresía moral se ha llegado en
cuanto se habla y escribe de Cuba, que tal parece que para algunos
ser aspirante a un cargo, cualquiera que sea su precio de sumisión,
es una virtud, y ser revolucionario dispuesto a redimirse por un
ideal sin aspirar a nada, un crimen. Política de avestruz que se
niega a palpar la realidad. ¡Muy grande va a ser la sorpresa para
todos!
"Los
militantes del 26 de Julio acudirán a todos los mítines que se
organicen en Cuba, sea cual fuere el partido de oposición que los
convoque, pero para pronunciar al pie de la tribuna un solo discurso
de masas: ¡REVOLUCIÓN! ¡REVOLUCIÓN! Todo el que obtenga permiso
para un acto cuente, pues, con un público seguro... nosotros
sabemos también usar las tácticas cívicas.
"Somos
contrarios a los métodos de violencia dirigidos hacia las personas
de cualquier organización oposicionista que discrepen de nosotros y
somos radicalmente opuestos, del mismo modo, al terrorismo y al
atentado personal. Nosotros no practicamos el tiranicidio. Cuando a
Maceo le propusieron asesinar a un jefe enemigo, respondió que "el
hombre que expone el pecho a las balas y que puede en el campo de
batalla matar a su contrario, no apela a la traición y a la infamia
asesinando".
"Miren,
el pueblo cubano desea algo más que un simple cambio de mandos.
Cuba ansía un cambio radical en todos los campos de la vida
pública y social. Hay que darle al pueblo algo más que libertad y
democracia en términos abstractos, hay que proporcionarle una
existencia decorosa a cada cubano; el Estado no se puede desentender
de la suerte de ninguno de sus ciudadanos que han nacido en el país
y crecido en él. No hay tragedia mayor, por ejemplo, que la del
hombre que, capaz de trabajar y deseoso de hacerlo, pasan hambre él
y su familia por falta de ocupación. El Estado está obligado a
proporcionársela ineludiblemente o a mantenerlo mientras no la
encuentre. Bien claro establecía la Constitución del 40 la
obligación de agotar para ello todos los medios a su alcance.
Ninguna de las fórmulas de bufete que hoy se discuten, contemplan
esa situación, como si el problema grave de Cuba consistiera en el
modo de satisfacer las ambiciones de unos cuantos políticos
desplazados del Poder o deseosos de llegar a él. Pero si existiera
la posibilidad de darle una salida pacífica a esta situación,
nosotros tenemos una fórmula: Elecciones generales inmediatas sin
Batista. ¡Que renuncie a la Presidencia y entregue el Poder a Don
Cosme de la Torriente! (1) ¿Qué cubano no
estaría de acuerdo con esa solución?
"Don
Cosme de la Torriente tiene toda nuestra consideración. Los voceros
del régimen, sin respeto alguno para sus canas venerables, lo han
insultado lamentablemente. Aunque entre su criterio y el nuestro
existen las naturales diferencias de los tiempos, estamos seguros de
sus patrióticas intenciones. Su actuación dará a la postre un
saldo positivo en esta lucha por la recuperación de las
instituciones democráticas. Pero lo más crítico de la situación
es que el régimen se ha negado rotundamente a escuchar los
planteamientos que toda la Oposición hizo a través de los Amigos
de la República y ahora la SAR (2) tendrá que
promulgar la resistencia cívica, pues de lo contrario carecería de
todo sentido su actuación en esta etapa y tendría que afrontar el
más lamentable descrédito. Los partidos de oposición que la
respaldan han llegado a su momento más crítico. ¿Qué harán
frente a la tajante negativa del régimen? Es preciso repetir las
palabras de Martí: "Ya no hay espacio en las mejillas de los
pedigüeños para las bofetadas".
"¿Cuándo
se ha levantado una nación con limosneros de derechos?"
"El
miedo no ha resuelto una situación que solo podía resolver el
valor."
"Nosotros
somos hoy en Cuba, los únicos que sabemos hacia dónde vamos y no
dependemos de la última palabra del Dictador."
"Un
saludo para el pueblo de Cuba, y la más firme promesa de que,
volveremos."
(1) El coronel mambí
Cosme de la Torriente fue durante la República un activo
participante de la política nacional. Mantenía prestigio y
autoridad en los sectores conservadores.
(2) Sociedad Amigos
de la República. |